lunes, 13 de febrero de 2017

PIDIENDO GUERRA

Cuántas veces escuchamos, va pidiendo guerra, se viste como una puta, tiene cara de puta. Cuándo era estudiante de INEF, me presenté a un casting en la universidad para un papel, el director me dijo que andase como una puta y yo me marché, no tenía ni idea de como andan las putas, si atendemos a la definición de puta, mujer que vende su cuerpo por dinero, ¿qué tiene que ver la forma de andar', habrán mujeres  putas que anden con la elegancia de una reina o putas que anden de manera ordinaria o vulgar.
Tenemos que despojarnos de estas metáforas y calificativos machistas. Va vestida pidiendo guerra, ¿qué significa eso?, que llevas un fusil cargado y te sacarán una recortada, no creo que nadie por vestir como le venga en gana, sea elegante o atrevida, vista pidiendo guerra, es un dicho que utilizan tanto hombre como mujeres, hacia señora , o joven que no se uniforman como exige la sociedad, que no se encasillan como la típica imagen de  chica elegante o madre de familia ,si no que lo hacen por decisión propia y por pura apetencia, y esto no da derecho, ni justifica la violencia sobre ella, ni física ni verbal, libres de ponernos lo que nos de la real gana, le guste o no al prójimo sin darle pié a nada y el que lo interprete de otra manera, que se lo haga mirar o vaya a terapia, pues tiene un grave problema.
Es importante transmitírselo a los adolescentes, que tienen facilidad para faltar el respeto a sus compañeras. Para ello es vital la aclaración de conceptos:
Puta: mujer que vende su cuerpo por dinero.
No existe término masculino.
promiscua: práctica libre de una persona hacia relaciones sexuales con varias parejas o grupos sexuales.
No existe término masculino.
Ninfómana: mujer que siente un deseo sexual exagerado, generalmente necesitan terapia.
curioso, que no exista el término masculino.
Si existe en lo masculino golfo: término que se popularizó en el siglo XIX, amante de una mujer de más edad, que lo mantiene.
Al hombre no se le juzga por su forma de vestir, por sus encuentros sexuales, ni por su cara y menos por sus intenciones o actitudes, por que el mundo les pertenece o eso se creen muchos por los antecedentes históricos.
Tenemos que proponernos hacer desaparecer esas palabras que nos humillan y nos castigan, por el bien nuestro, pero sobre todo  de nuestras hijas e hijos.


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