lunes, 25 de marzo de 2019

6 AÑAZOS.

Estábamos en el coche esperando a que saliera su hermana de una actividad extraescolar, y desde el sillón de atrás su vocecita preguntó: Mamá cuándo yo tenga tu edad (50 años) ¿tu estarás viva o muerta?. No lo sé respondí yo, si estoy viva seré muy viejecita, y si estoy muerta seré una muerta feliz por haber tenido lo más bonito que se puede desear, que eres tu y tus hermanos. Se hizo un silencio. Dudé de si lo había asimilado. 
Se desabrochó el cinturón y se acercó a mi asomando la cabecita, suspiró y me dijo: Mamá estoy a punto de llorar por tus palabras. El silencio ahora fue mío, me quedé estupefacta, todavía no doy crédito, que madurez emocional para expresar tan claro lo que le han producido esas palabras. 
Nunca dejes de dar importancia a los oídos de un niño por que sea pequeño y quizás pienses que lo que digas no transciende en su yo más profundo. 

COMO CAMBIAR MI ESTADO DE ÁNIMO Y MEJORAR MI RENDIMIENTO.

Es importante que entrenes a diario tu mente. ¿cómo hacerlo?.
- Agradeciendo todo lo que das por hecho. Familia, trabajo, hijos, tener hogar, nómina, amigos, capacidades para hacer, reconocer tus facultades, y darle importancia a lo más básico como poder comer, beber, darte una ducha sin restricciones de agua..., poder ver, oír, relacionarte. Partir de lo que hay, para hacer la mejor interpretación de uno mismo. Primero nos aceptamos y después nos descubrimos, para eso tenemos toda la vida. Arqueólogos de nuestro interior.
- Reconocerte, escucharte de manera activa, para ser tu mejor aliada. Ten paciencia contigo misma, háblate con cariño, abrázate y mímate. ¿cómo se hace eso? con un paseo relajante, ducha, masaje, peluquería...haciendo lo que más te gusta. Busca tiempo para ti.
- Práctica la escucha activa. Atiende cuándo te cuenten mensajes importantes, práctica la calidad de la escucha.
- Sé una historia positiva, emite palabras que construyan, no participes de los dimes y diretes. Acuérdate de la leyenda de los tres filtros. Si lo que me vas a contar no es necesario, ni bueno, ni rigurosamente verdad. ¿para qué me lo cuentas?.
- Desarrolla las interrelaciones personales, es tan importante tener vida social como el comer o beber. Selecciona tu gente.
- Respira al menos 10 minutos al día de manera consciente. Para y atiende a tu respiración, inhalando suavemente y exhalando lentamente haciendo pausas en inspiración y exhalación. Sería así la cuenta atrás 21 inhalo, 21 exhalo..20 inhalo, 20 exhalo y así hasta 0. Si tu atención se pierde en algo que aparece y monopoliza tu atención, no te preocupes. De manera cariñosa retornas a la atención en la respiración. Es un entrenamiento y con el tiempo verás que tu mente funcionará mejor, más relajada, más eficaz, y sobre todo menos impulsiva. Gestionarás mejor los problemas. Volviéndote más resiliente al conflicto.
- Haz ejercicio al menos 30 minutos al día, andar, correr, montar en bici. Ejercicio aeróbico, suave. Ponte retos cómo andar todos los días 10.000 pasos, hacerte la cama todos los días...los hábitos también te ayudan a creer en ti, saber que tienes fuerza de voluntad te da seguridad para afrontar cualquier reto en la vida. Vivimos en una sociedad que sufre cambios tecnológicos rapidísimos y tenemos que ser capaces de adaptarnos y cambiar a igual o a mayor ritmo. Eso es garantía de éxito.
- Colócate un bolígrafo o un separa páginas en los lábios durante cinco minutos, sin darte cuenta gesticulas la risa y esto te ayudará a generar endorfinas, la hormona de la felicidad. (Técnica del lapiz Fritz Strack, psicólogo austriaco 1988).
- Sentido del humor. Cuándo haces chistes de cualquier situación de la vida cotidiana y te ries de ti mismo, es cuándo ves las cosas de otra manera. German Albraight oficial de la primera guerra mundial de los Estados Unidos dice que tener una actitud positiva, quizás no acabe con todos tus problemas pero va a cabrear  a tanta gente que solo por eso merece la pena. 
Al sonreír, las endorfinas se disparan y esta hormona es el mejor cicatrizante para la pena y cómo sostén de la alegría y el buen humor. Somatizar la alegría fortifica el sistema inmune y atenúa el dolor y ayuda en la enfermedad.
- Haz una lista de 100 deseos, suelos ni uno más o menos. Da igual que sean imposibles, hazlo te ayudará  a abrir ventanas en tu mente.
- Práctica el Hoponopóno, una rutina que mejora tu autoestima, repite como un mantra la frase Lo siento, perdóname, te amo , gracias. Te ayudará a reconciliarte contigo mismo/a.
- Canta durante el día, canturrea. Esta demostrado científicamente que mejora la autoestima y obtienes una actitud positiva que te fortalece el espíritu y te hace más fuerte. Tu actitud cambia tu mente. william James filósofo y psicólogo dice No canto porque soy felíz, soy felíz porque canto.
- Hazte responsable de tus actos, pues es la única manera de cambiarlos. Las justificaciones solo te limitan falsamente.
- Aprende a ser asertivo, aprende a decir NO, esto nos permite expresar nuestras prioridades, necesidades, opiniones de manera consciente, clara y sincera sin herir o perjudicar a nadie.
- Permite te fracasar, nadie es perfecto, todo el mundo se equivoca. Aprende de tus fracasos, fracasar es la antesala del éxito. Nunca dejes de intentarlo. Siempre se consigue a la última.
- Abrázate, abraza a tus familiares, amigos. Dedícales miradas de ternura, de empatia, de complicidad y compasión.
- Ayudar a los demás, el altruismo(te hace segregar oxitocina) y te hace muy grande pero primero ayúdate a ti mismo, cuándo sepas nadar en tu mar podrás adentrarte en otros mares para ayudar a los que no sepan nadar. Está comprobado por la ciencia, quien tiene una actitud altruista, sus acciones bondadosas producen efectos muy beneficiosos para sí mismo.
- Aliméntate para vivir con salud, con ganas de disfrutar cada momento, sanear tus arterias y venas, y darle al cuerpo lo que necesita. Es fundamental aprender a escuchar al cuerpo.
 Ya no estamos en la prehistoria no nos hace falta tanta alacena, tanto tejido adiposo. El segundo cerebro está en el estómago, en él hay más de 100 millones de neuronas. Gústate a ti mismo.
- Organiza tu tiempo, en darle prioridad a tus metas, estas se consiguen poco a poco, pero muchos pocos hacen un muchísimo. Prioriza tus metas al infinito ( instagram, whatsapp, facebook....). Las redes sociales entre otras cosas se consideran el infinito, te atrapan todo el día pero no te ayudan a conseguir tus metas. Ves una por una, si te propones muchas a la vez se hace un imposible.
- Aprende a rodearte de personas que sumen en tu vida, y aprende a fintar a los vampiros de energía.
- Debes tomar luz natural al menos 2 horas al día. No exposición directa al sol, si no luz natural.

- Celebra cada uno de tus logros como lo hace nuestro Nadal, fortaleciendo cada paso. No lo des por hecho. Es importante que te aplaudas. Nadie como tu mismo/a para animarte.
- Ten objetivos, metas, retos en tu vida. Emprende nuevos aprendizajes eso mejora la red neurofuncional del cerebro, aprender nuevos idiomas, tocar un instrumento musical, una nueva disciplina deportiva...
- El cambio del mundo empieza por el de uno mismo.
- No te dejes condicionar por los tópicos, ni por los debes tóxicos, no dejes que te  definan, no dejes que te limiten nadie puede poner barrotes a tu vida. Eres libre solo tienes que  creer lo.
- Escribe lo que sientes, materializar los sentimientos te hacen tu mejor aliado. Te ayuda a entenderte, y a ser más solidario contigo mismo. Abre un espacio de perspectivas que a veces están encerradas en el pensamiento rumiante, ese que te lleva a un círculo vicioso sin salida.
- Respétate y no olvides nunca que eres lo más importante.
- la humildad nos hace muy grandes, una grandeza interna imposible de arrebatar y de la que una se siente muy orgullosa. Es difícil de aprender, pero los más grandes son ejemplo de humildad.
- Prepara tu sueño con cariño, despídete del móvil dos horas antes de irte a la cama, al igual que de otros aparatos electrónicos. Cena dos horas antes de dormir, y algo ligero. Ayudarás a conciliar un sueño de calidad que te permitirá estar positiva y con ganas de vivir al día siguiente.
- Pon a prueba tu fuerza de voluntad. Trabaja con rutinas de 30 días. Esta científicamente comprobado que se automatiza y se incorpora a tus hábitos favoreciendo tu vida. (en el estudio, en el deporte, en la alimentación, en las relaciones...). Cuándo instauras un hábito ahorras en fuerza de voluntad porque lo automatizas.
- Planifica tu día, es mejor ser un listo productivo que un tonto liado. 
- Evita las interrupciones cuándo trabajes, si te interrumpen necesitas quince minutos para volver a centrarte. Es necesario ser muy consciente de cómo se hacen las cosas.
Abrahan lincon decía si tuviera seis horas para cortar un árbol, estaría cuatro afilando el hacha (la preparación para hacer las cosas más optimizadas, de la mejor manera).
- Aprende a delegar cuándo sea necesario.
Las fases son: yo hago, tu miras. Yo hago tu haces. Yo miro, tu haces. Tu haces.
- Aliméntate principalmente de verduras, fruta, frutos secos, legumbres y en menor cantidad carne y pescado. Evita el azúcar y la sal. No compres productos pre-cocinados. Cuidado con los zumos que tienen mucho azúcar aunque sean naturales. 
Cena dos o tres horas antes de irte a la cama y alimentos de fácil digestión. No tomes dulces ni azúcar justo antes de irte a dormir, y sí un vaso de algo caliente como leche o infusión sin teina.
- Cuida el sueño, planifica la hora de acostarte. Es tan importante como la de levantarte. No utilices los aparatos electrónicos dos horas antes de acostarte y si es imposible acude a programas como el software de ios que te permite bajar la luz de la pantalla y hay un software F. Lux que es gratuito que lo instalas en el ordenador y a medida que va cayendo la luz del sol, va bajando la temperatura del color, así te permite seguir segregando melatonina y no te resta calidad de sueño.
Si quieres  y te esfuerzas puedes hacerlo, solo necesitas fuerza de voluntad. Si lo haces durante 30 días lo automatizas como un hábito. Serás un jinete (lo racional) que habrá conseguido domar al elefante ( lo emocional), y no habrá vuelta atrás, si lo mantienes toda la vida.
Si cambiamos nuestro interior, cambiamos nuestro alrededor más próximo y cambiamos el mundo.



domingo, 17 de marzo de 2019

LUZ Y ESPERANZA.

A veces es mejor vivir un mal sueño que la realidad.
Cuándo conocí a Luz supe porqué le habían puesto ese nombre. Sus ojos desprendían destellos cálidos con sabor a canela, cúrcuma y un ligero picor a jenjibre que te hacían querer mirarlos como una pequeña adicción a la sorpresa de su existencia. 
Su matrimonio por mil porqués y algunas respuestas quedó enterrado con una bandera de paz que ondeaba majestuosa tras el duro bache de la ruptura. De esa conjugación nació Esperanza, preciosa igual que su madre pero sin el candor de su mirada. 
Luz, tras el divorcio se quedó con su custodia, fines de semanas alterno y dos días en semana Esperanza se iba con su padre.
 Madre abnegada, dedicada al cien por cien a su hija, detallista, amorosa, exigente pero siempre la llevó mimosamente hacia las risas, cuentos, juegos y mucho amor.
Un día se rompió en dos la vida de Luz, su ex marido le envió una carta con los deseos de su hija, esta carta de la que nunca antes había sabido nada ya que Esperanza mantuvo secreto los deseos  de vivir con su padre.
Apareció el surami, el choque de trenes, el terremoto, la catástrofe que la llevo al más crudo infierno. El desahucio vital, las ganas de perderte en el abismo del olvido. No sin mi hija, ¿cómo vivir sin mi hija?, ¿cómo encontrar aliento, cómo respirar, cómo caminar, cómo trabajar, cómo, cómo, cómo?. No es natural que una madre se de cuenta que su hija a crecido desde la última vez que la vio, como destetarte sin que la madurez haya llegado y tenga que volar, ¿cómo hacerlo si no te duermen, si no te anestesian para no sufrirlo?. ¿Como explicarle al mundo tu injusticia y de ningún modo tener respuestas que te alienten a seguir viviendo a desdibujar la tristeza. ¿cómo hacerlo?.
Cuándo te arrebatan parte de la vida de una hija solo hay silencio externo lleno de ruidos rompedores en el interior, llanto, quejidos, gritos de desaliento. Te encuentras en un desierto, todo es ácido, todo duele, escuece, pica. Te rodea una claridad cruel que te hace cerrar los ojos, que te hunde en aguas movedizas, que te encoje y te mina. Una hecatombe interna que te hace querer morir y no tener fuerzas para decirlo, para gritarlo, para pedir un SOS. 
A pesar de todo, todas las mañanas tienes que despertar, lavarte la cara, vestirte con un peso que te mortifica,  que te impide andar por ese desierto, no ves tierra, ni horizonte ni ninguna estrella solo tu luz interna que se apaga y te ciega. Caes sobre la arena queriendo que te trague  de una vez. Ya planean sobre ti dos buitres carroñeros en cada vuelo observan que parte de los mil añicos de tu cuerpo van a devorar. 
Pero algo ha pasado, sin fuerzas pero con coraje, como una auténtica Juana de Arco, sales tú y la heroína que llevas dentro, un grito de resistencia, de guerra contra la depresión, de lucha por la vida sale de tu interior y con él también se escucha el de tu abuela, madre, hermana, amigas. Un grito tan fuerte que te hace levantarte  con una fuerza sobrehumana. Ahora caminas sabiendo que después de esto, eres casi invencible. Dentro de ti ya no hay solo una mujer, hay un verdadero ejército de guerreras. 
La batalla ha sido y sigue siendo un infierno pero ahora eres más fuerte y más libre. Ahora sabes que nadie te parará para conseguir lo que quieras. 
Una madre es una madre pese a quién le pese, sobre todo a quienes no saben encontrar la solución a un sociedad que busca la igualdad desde la diferencia. En las emociones no sirve el protocolo porque el protocolo no es razonable para todos.


sábado, 16 de marzo de 2019

12 PASOS.


12 pasos recorría mi padre día tras día mañana, mediodía y noche desde la puerta de entrada hasta el salón, 12 pasos que hacían que el aire no fuera aire y se convirtiera en algo denso con olor a alcohol y tabaco imposible de respirar. Cuándo mis ojos de niña eran capaces de intuir, de observar, de oír, de oler empecé a construir y colocar los los barrotes de una cárcel en el infierno. 12 pasos de los que continuamente quería esconderme, de los que quería escapar, pero no podía, mi mente vivía arrestada por ellos.  
Recuerdo temblar, conquistarme el pánico y el terror.
Quería luchar contra el gigante del desprecio, de la autodestrucción. La saliva parecía cemento, sentía el bloqueo y quería correr para quitarme de en medio, sentía frustración por no poder defender a mi madre del monstruo que habitaba dentro de mi padre.
Escuchar las voces, los gritos, las cosas caer y romperse en mil pedazos, a mis hermanos y a mi, se nos desquebrajaba el cuerpo, el alma. 
Deseaba volar para ser  libre, deseaba que el tiempo pasara muy deprisa para hacerme mayor, para poder huir, para poder respirar, pero el tiempo transcurría muy lento, no tenía escapatoria solo me quedaba escribir.
12 pasos que me perseguían por la vida continuamente, que me pesaron en mis pesadillas y condicionaron mis sueños. 12 pasos de querer y no poder comprender la violencia de sumirnos en la tristeza, de nublar y oscurecer nuestra infancia, con lo fácil que hubiera sido.
12 pasos llorando por no poder echar el monstruo que estaba dentro de mi padre, ese que le destruyó por completo. 12 pasos de lamentos de una madre que no pudo frenarle y que con la sumisión le dejó crecer y volverse más destructivo.
Ahora ya no lo escucho, estuve dieciocho años en una cárcel, golpeé mi cabeza contra los barrotes muchas veces. Dejé de ser niña, aprendiendo a afrontar el miedo, la violencia, la frustración y la tristeza, ahogándome con los obstáculos del día a día. Ser resiliente y menos impulsiva me costó mucho esfuerzo.
Ahora, ya escucho el canto de los pájaros, disfruto del aire que respiro y tengo la suerte de haber perdonado al monstruo que se marchó con mi padre, pero que dejó parte de él en mi.
Hoy, disfruto de mis hijos, en cada paso surgen sobre todo risas, palabras bonitas, hay estrellas y soles. Hay mucha brisa limpia de esa que acompaña al mar, un mar libre en el que me gusta chapucear y nadar.
Y a pesar de todo nunca dejé de quererte papá porque sé que fuiste una víctima del monstruo que te contagió tu padre, mi abuelo y quizás él del suyo.


viernes, 1 de marzo de 2019

LOS ZOMBIES DE LA EDUCACIÓN.



Estoy viendo que no son todos los que están ni están todos los que son. En el cementerio hay gente mucho más viva que muchos de los que deambulan por estas tierras ocupando profesiones solo por ganar dinero, por aferrarse a lo único que no llena el alma. Sólo un bolsillo vacío de emoción, de inquietudes, de vocación, de fuerza, de ímpetu por cambiar lo que no funciona. Dicen que escuchan pero no lo hacen, dicen que respetan pero te intentan doblegar de pura inseguridad. Se venden a el aplauso fácil, a los premios que adornan estanterías pero no engañan al corazón. Muertos vivientes que ven pasar las injusticias enmudecidos por su necedad, por su mediocridad, por su conformismo. Relajan sus gestos ante la injusticia por que solo ven su ombligo, matan con su mirada invulnerable ante lo obvio, lo razonable y ridiculizan a los que luchamos por cambiar lo que no funciona . Quizás nos ven como una amenaza. 

No estoy triste por que me rodeen tantos muertos, pienso tacar les las narices con mis ganas de hacer a ver si espabilan. Es lo que hay. No pienso morir en vida.






EL SILENCIO DE LA CORDURA.

El silencio de la cordura 
Cuándo tu mente arremete por que no hay ruidos en el exterior que apacigüen los del interior. 
Cuándo la soledad se hace un espacio denso lleno de dificultades donde no puedes avanzar.
Cuándo tu mirada se pierde en cientos de porqués sin contestar, Cuándo la tormenta y el bullicio de ideas encienden los rayos que queman la esperanza, gritos de auxilio que solo oyes tú, que solo escuchas tú. 
Como un edificio que se quema donde tú eres la víctima y el bombero a la vez, donde las llamas calientan y queman tu piel, tu mirada se cierne perdida en un bosque de basura sin oxígeno, se respira nicotina, a veces alcohol y otras veces la vida rasca como un cepillo de púas finas que hieren y duelen.
 El despertar vacío de la rutina, de la nostalgia, de tu violencia te hace llegar al precipicio dónde paras y empiezas a sentir vértigo, miedo de caer, miedo de morir. 
Piensas que es difícil recuperarte, pero ahora llega lo más fácil tumbarte y respirar profundamente, acariciar el aire que entra por tus fosas nasales, descubrir la vida en cada inspiración, llenarte de oxígeno,  poco a poco relajarte, acariciarte suavemente, escucharte, perdonarte por no haber sabido quererte como mereces.
 Disfrutar del silencio y descubrir que en él hay pájaros que cantan, viento que susurra, libros que enamoran, películas que te erizan, estrellas que flotan en un cielo azul, una luna que te sonríe cuándo la miras y que incluso te guiña un ojo.  
Entonces empiezas a disfrutar de lo que antes eran gritos de reproches por una tranquilidad que te enamora y que cada vez necesitas más.