viernes, 17 de febrero de 2017

EL LABERINTO DE VILLAPRESENTE.


Cuándo vayamos al laberinto de Villapresente, con nuestros hijos les contaremos la leyenda del Minotauro.

Minos, era un legendario rey de unas tierras llamadas Creta, su tío le regaló un precioso toro blanco, y esperó que Minos lo sacrificase y se lo ofreciera como ofrenda, pero Minos decidió quedarse con el hermoso animal y en su lugar matar a otro toro, su tío enfureció, y hechizó a la mujer de Minos, con el objetívo de que se enamorara del toro, y así sucedió. Tanto era el amor de la mujer de Minos por el toro, que mandó a un inventor hacer un traje de vaca para encandilar al toro, y así fue, Pasífae, se quedó embarazada del toro, y nació una mezcla de cuerpo de hombre y cabeza de toro. Minos furioso por la infidelidad de su mujer, le pidió a un inventor, que hiciera un laberinto inmenso debajo del palacio, donde esconder a la fiera, que además comía carne humana.
Minos y su mujer Pasifáe, tuvieron tres hijos más, dos chicas y un chico, al chaval lo asesinaron los Atenienses, por lo que el rey Minos les declaró la guerra, y tal era su sed de justicia, que les venció rapidamente, pero no fue todo, además les puso una clausula, cada nueve años, los atenienses, enviarían a Creta, nueve jóvenes varones y nueve doncellas para meter en el laberinto y que el minotauro los devorase, en una persecución mortal, donde no había salida y antes de morir quedaban extenuados por la huida. 
Después de 27 años, tres ciclos donde murieron 28 jóvenes, llegó la hora de mandar a una nueva remesa de chicos y chicas al laberinto, durante el largo viaje, los jóvenes sabían cuál iba a ser su destino, pero esta vez, el hijo del rey de Atenas, Teseo se ofreció a ir para acabar con el minotauro, cuando llegó a Creta, la hija mayor de Minos quedó prendada del joven y le dió un hilo resistente, para no perderse, una espada mágica y un escudo paralizador.
Teseo encabezó la remesa de jóvenes que penetró en el laberinto, y le dijo al rey, yo entraré primero, como plato real para la bestia, y si no salgo al anochecer, que entren el resto de jóvenes, Minos, muy seguro del fin del muchacho, aceptó su sugerencia, y le dejó entrar a pié, con paso firme y seguro como hijo de rey que era, nada más entrar en el laberinto dejo caer el hilo de mecha y la punta de la espada mágica se encendió dirigiendo el camino por el que avanzar, y así llego donde la mala bestia, el minotauro se abalanzó sobre él, y Teseo no dudó en cortarle la cabeza, de su cuerpo empezaron a salir todos los jóvenes que había devorado y a los que Teseo devolvió a la vida y dirigió hacia la salida del laberinto. El rey Minos ya relajado en su Palacio pensando que Teseo había sido comido, mandó  que entraran el resto de jóvenes, que siguieron el hilo de mecha que había dejado Teseo para garantizar la vuelta sin perderse, así que todos se encontraron dentro y juntos salieron del laberinto. Teseo subió solo al palacio, se metió en la habitación de la hija menor la raptó, se la llevó a Atenas, esta no puso resistencia, por que la idea de salir de Creta e irse con el hijo del rey, el cual había cautivado a las dos hermanas antes de entrar en el laberinto, le pareció maravilloso. Teseo le llevó la cabeza del minotauro a su padre, como símbolo de victoria, y 
Teseo y la hija de Minos fueron muy felices y comieron perdices.




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