domingo, 31 de diciembre de 2017

EN El CULO DEL MUNDO

Por Dios Santo, que viaje mas largo, nací en el culo del mundo y los políticos me lo hacen saber cada vez que viajo a Ceuta. ¡Que lejos!,¡que mala coordinación de transportes!.Doce horas de tren, haciendo transbordos, tengo el culo como un mazapán del 2004. Cuando llegué a Algeciras hay que coger el Ferry. Solo deseo que el estrecho se porte, para que no tenga que echar la cena de nochebuena, y eso que ya hace días de ello.
Llego al puerto, después de más de once horas de viaje y de partir España en dos medias naranjas, cojo el último barco, el de las diez horas. Desde el embarque al Ferry hay unos 500 metros, las cintas de equipaje averiadas. Esto no esta hecho para discapacitados, ancianos, o personas que van sencillamente con una maleta. Cuando llegas suplicas que no haya marejada porque ya estas hasta las narices y hay que ver el vaso medio lleno siempre cabe la posibilidad de que cierren el puerto y tengas que tomar las uvas en un hotel sola frente al espejo, pero nada te quita de la cabeza el abrazar a tu madre, vuelve a casa vuelve y decirle este viaje es un puto infierno.

sábado, 30 de diciembre de 2017

EL OPRESOR SOCIAL

Ahora, pasó a la historia lo de durmiendo con tu enemigo, liberada después de pasar por sus garras y su voracidad queriendo tragarme no sin antes masticar me hasta la saciedad, saboreando cada segundo como sufro y como mi piel languidece por el dolor, la soledad, y la desesperación de verte rota y coger fuerzas para recomponer te de un desguace q te provee de piezas poco a poco, pero q al final te recompone, así que pasas a ser un vehículo de lujo de ocasión pero según te apetezca. 
Ahora en la distancia e intentando hacer una separación de bienes justa sin rencores, quiere seguir devorando te, masticar te y escupir te a la calle y que vivas entre cartones, y cuando tengas a tus hijos sufras para alimentar su ego, su prepotencia. 
Quizás se avergüenza de haber tenido una mujer con ovarios como campanas para sacar adelante a 4 hijos, que aunque económicamente estábamos los dos, físicamente los saque yo sólita. 
Ahora, ya liberada del opresor, sigue queriendo torturar, pero cada vez lo tiene más difícil. 
Aunque quedan cuatro hijos, que inocentes están bajo el yugo del opresor, controlados, manipulando sus afectos, teniéndoles miedo que con el miedo no se juega, por eso ya sienten el nudo oprimiendoles el cuello. 
Ahora tengo que estar agradecida a la vida por darme la oportunidad de quitarme a este prenda, que pierde color, con cada lavado de cara. 
Ojalá los niños tengan recursos para liberarse de tanto control opresor. 
Quizás el tiempo ponga las cosas en su sitio, por que nadie se queda con nada de nadie, al otro mundo te vas en pelota picada y quizás allí Le pongan una pantalla revisando todo lo que ha hecho, para que se vea malo, ridículo, prepotente e indigno de todas las oportunidades que Le dio la vida y que no supo aprovechar. 

viernes, 22 de diciembre de 2017

El CUENTO DE LA HORMIGA AQUÍ ESTOY YO.

Érase una vez una hormiga a la que llamaban aquí estoy yo, desde que era muy pequeña se había mostrado rebelde a los uniformes del resto de hormigas y a su modo de ver la vida, vistiendo de modo diferente y soñando con ser libre. Había intentado salir del hormiguero para aventurarse por otros caminos a las sorpresas, descubrir historias por medio de otros insectos y vivir una vida más apasionante, pero sus intentos fracasaban ya que los guardianes del hormiguero siempre la pillaban por los alrededores y la llevaban de nuevo a casa, a la rutina, a la uniformidad, a su zona de confort, que para ella era una cárcel.
Un día consiguió salir del hormiguero y se encontró en su camino con una araña con sombrero de copa y llena de plumas, era muy cool, se hicieron amigas y caminaron juntas, encontraron que en su diferencia tenían muchas cosas en común, a las dos les aburría hacer siempre lo mismo y les encantaba conocer insectos nuevos. De nuevo por el camino se encontraron con un escarabajo pelotero muy gordo y con un andar muy torpe, pero era tan gracioso que después de cinco minutos de no parar de reír, sintieron dolor de estómago, quizás era por no poder respirar, les merecía la pena ir despacio y cambiar de ritmo, por que ese escarabajo pelotero era único y muy divertido. Siguieron andando los tres y se encontraron a un gusano, arrastrándose por la tierra, adaptándose a cada rincón de ella, les iba contando hermosas historias de como se sabía camuflar en el suelo para evitar ser devorado por los pájaros, siguieron andando juntos adaptándose todos al ritmo que juntos podían llevar, y se encontraron a un ciempiés dolorido que apenas podía andar, su cuerpo se curvaba hacia arriba por que los pies de la parte delantera los tenía llenos de juanetes.
Los insectos se pusieron manos a la obra y le tejieron con la ayuda de la araña unos valiosos zapatos, adaptados a su deformación, al ciempiés se le dibujó una preciosa sonrisa, y les invitó a merendar, fue una jornada llena de risas y anécdotas divertidas, la hormiga a la que llamaban aquí estoy yo, encontró una nueva pandi para sentirse querido, integrado y con una vida llena de alicientes nuevos, amada por sus cualidades y por sus diferencias.
Colorín colorado este cuento se ha acabado y por la ventana se ha volado, adiós cuento adiós.


jueves, 21 de diciembre de 2017

LA LUZ DE LA NAVIDAD

Quizás la referencia que tomamos para visualizar a toda la familia unida, quizás son anhelos que tenemos que separan la realidad de la ficción, reunir a quienes a veces no se tragan o no se pueden ver, observando que más que un clima de amor y paz, hay tensiones, miradas que ocultan rencores, o contenidas, quizás no sabemos perdonar desde lo más intimo, pero el perdón da calidad de vida, da años nítidos de luz mental y el perdón te libera de rumiar sobre lo que esperamos de los demás, sobre lo que pensamos que han sido malas intenciones, sobre todas las interpretaciones que hemos hecho de aquello que nos ha molestado y que no deja muy bien a los protagonistas. 
Quizás ahorremos energía en comprar y comprar para mitigar las frustraciones de todo tipo que a veces tenemos y que ni siquiera les ponemos nombre, por que no sabemos identificarlas. 
Quizás decidamos vivir la realidad aparente que nos toca, hemos nacido con suerte y no estamos tirados en una pradera con un balazo encima, o nuestros hijos se mueren de hambre, mientras nuestra casa vuela por los aires, o luchamos en medio de alta mar para salvar la vida, queriendo llegar a un mundo que creemos será mejor. 
Pasearemos por las calles sonriendo, llenos de paquetes, y deseando le a todo el mundo una felicidad inmensa, inmersos en lo que la sociedad una vez más espera de nosotros, no miraremos atrás, ni a los lados de la calle, no miraremos al cielo, por que aquí no llueven bombas, no miraremos al mar, por que aquí no llegan refugiados, no miraremos más allá de nuestro alrededor más cercano, nuestra zona de confort está protegida y eso es lo que cuenta. 
El mundo real está ahí fuera, triste y desolado, lleno de violencia e injusticia, y por mucho que disimulemos y por mucho que creamos que está lejos, el dolor salpica  y viviremos esta navidad sabiendo que no es el cuento que nos han contado, aunque estos cuentos vengan de la mejor empresa del mundo, que los sabe contar muy bien. Las navidades como la vida no será auténtica hasta que todo el mundo tenga el derecho a vivir con plenitud y todos los niños sonrí
an. 

martes, 28 de noviembre de 2017

LA NECESIDAD DE APARENTAR



La necesidad de aparentar, ¡que trabajo más duro y difícil!, muchos y muchas se proponen hacer creer al resto de las personas que viven a su alrededor, que tienen más dinero que nadie, que su vida es feliz, que derrochan alegría, que no les falta de nada, para ello es necesario que hayan personas que se presten a que todo eso les alimente su tiempo, así pueden chismorrear y criticar llenando su tiempo gracias a lo que hacen los demás, un juego muy banal que solo sirve para codiciar la vida de los demás, aunque sea pura ficción, por que mirar para adentro es duro, y entonces llegamos a la yoismos o yoyitis inflamación del yo, por que yo me he comprado, por que yo soy..., por que yo tengo... por que  yo hago..., y luego empieza el posesivo de mi marido, mis hijos, mi coche, mi trabajo, mi móvil, mi tableta, mi .....

Un etc...que intenta convencer al resto de algo que tu no te crees, pero que te hace actuar cada momento de tu vida perdiéndote la espontaneidad de cada segundo. 

A medida que lo tienes todo controlado, tus momento pierden frescura, pierden verdad, y se convierten en el guión de una peli mala, donde los personajes secundarios son sumamente aburridos, y el principal se ha metido en un reloj de arena donde todos sus condicionamientos le lleva a que el tiempo se escurra entre sus dedos sin más transcendencia que lo que pensarán los demás de mi vida, una vida insustancial, que quizás algún día me arrepienta de haberla vivido así, o quizás no, por que condicionado hasta las patas, no pueda ser consciente de ello, pero eso sí, en la esquela aparecerá lo previsible con cariño de tus seres queridos, y te meterán en el panteón familiar, para que luzcas el más bello del cementerio.


martes, 7 de noviembre de 2017

El COCHE DE CABALLOS



Son las ocho y diez de la mañana, y otra vez pasa ese coche de caballos por la puerta de la urbanización, la calle es estrecha y hay una curva cerrada, pero pasa desde hace un mes todos los días y los caballos parecen conocerla de memoria, es un coche del siglo XVIII, y su cochero lleva traje de la época blanco, con esa peluca tan característica, parecen llevar prisas y siempre pasan a la misma hora. No entiendo nada, el otro día salí con una vecina y ella no lo vió, disimulé por que pensé que me estaba volviendo loca, como aquella serie que en los ochenta ponían en la tele Yo Claudio, donde El Cesar se volvió loco por que escuchaba el galopar de unos caballos, me producía mucho desconcierto pensar que me estaba ocurriendo a mi. 
Decidí ponerme en la cera, ser valiente y verlo más de cerca, esperé a que fuera la hora, y después de la curva donde se iniciaba la calle, comenzaron a aparecer los caballos, era espectacular lo sincronizados que iban al galopar, tan bellos y limpios, con la crin ondulada y con un brillo alucinante. El ruido era ensordecedor. 
- El cochero gritaba:¡¡ arre, arre, ayúdenme me han robado el alma, un grupo de bandoleros me ha robado el alma!!.
 Cuando pasó por mi lado frenó tirando de las riendas, se abrió la puerta del coche y no dude en entrar, quería saber que estaba ocurriendo. 
Dentro del coche una bella señora, no paraba de llorar gritando:
-¡¡ me han robado el cuerpo, me han robado el cuerpo, esos bandoleros me han robado el cuerpo!!.
 La señora me miró en un momento de quietud y me dijo que estaban mortificados a deambular eternamente por esa calle hasta que encontraran las partes robadas por los bandoleros. Les dije que parasen que no siguieran, que se escucharan, que observaran su interior, el cuerpo solo es un vehículo, una carcasa que se puede reparar, recuperar si la mente se lo propone, nadie puede robar tu cuerpo si tu mente es libre.
 Me senté al lado del cochero y le dije que la mente no se puede robar, que le habían hecho creer una imposibilidad, la mente está metida en una caja fuerte y el único que tiene la llave es uno mismo. 
Quizás salieron del bucle en el que estaban desde hacía años.
Me bajé del coche, se puso en marcha pero esta vez los caballos despegaron como un avión hacia arriba y desaparecieron en el cielo azul, un fuerte olor a jazmín embadurnó todo mi alrededor. 
Nunca más volví a ver aquel coche de caballos, quizás fueron unos espíritus atormentados de aquella época, o quizás estaba muy cansada y creí soñar algo que parecía real. Pero siempre que paso por la calle de mi urbanización a las ocho y diez cuándo voy a trabajar hay un fuerte olor a jazmín, que me hace recordar aquel hermoso paso del coche de caballos.


lunes, 6 de noviembre de 2017

LOS SUEÑOS DE ANTONIO

Erase una vez un niño de cinco años llamado Antonio, era rizoso, con un pelo rojizo y su cara llena de pecas, ojos grandes verdes, corpulento y perezoso de movimientos. A Antonio le gustaba mucho pensar, fantasear todo el rato, huir de la realidad e introducirse en inquietantes historias de dragones, piratas, ataques de marcianos, y monstruos verdes. 
Su tía Mari se lo llevaba al cine los miércoles, el día del espectador, aprovechando que sus padres trabajaban hasta tarde, después le invitaba a una hamburguesa, y le acostaba después de contarle una de esas historias increíbles que nadie como ella se inventaba. 
Antonio no podía soportar los gritos de sus padres, se peleaban continuamente, su padre lanzaba cosas, golpeaba la mesa cuando estaban comiendo, le tiraba del pelo a su madre, y se acuerda de aquel día que desde su habitación vió como su padre le retorcía la muñeca a su madre, que gritaba de dolor. Entonces apretaba fuerte los ojos, tan fuerte que siempre salían lágrimas de ellos y humedecida la cara, empezaba a soñar sus hermosas historias, todas ellas acababan igual, el estaba en un precipicio apoyado solo con la punta de los pies, perdiendo el equilibrio hacia el vacio, y de pronto llegaba su tía Mari, llevaba a su madre detrás y lo rescataban casi en el aire, cabalgando en un hermoso unicornio blanco, sentía la cara fresca del viento rozando sus mejillas y su madre lo abrazaba fuerte, mientras su tía llevaba las riendas del animal.
Antonio, solo quería que llegara el miércoles, esas tardes no sufría y vivía el momento con auténtica atención, le daba pereza que llegara la hora de dormir, por que sabía que vivía en una casa donde había mucho sufrimiento, y él solo quería huir, soñar con dragones, piratas, ataques de marcianos, y monstruos verdes.

lunes, 30 de octubre de 2017

NACIDAS PARA AMAR, CRIAR, Y CALLAR.

¿Ponemos los puntos sobre las ies?,ya está bien, ¿que mundo les dejamos a nuestras hijas?, ¿Que licencias les hemos dado a nuestros hijos en la educación?. Que verguenza que hayan pasado millones de años desde que apareció el primer espécimen de hombre, y no hemos evolucionado nada en instintos, da igual el cociente intelectual del homo, y como sale el Harvey weinstein, uno de los más influyentes productores de Hollywood con un saco de abusos a mujeres, solo nos hace reflexionar que esto es como las pulgas, hay millones de ellos purulando por empresas de todo tipo, con el único instinto primario de devorar sexualmente a la especie femenina, así se asegura la superviviencia, para eso están estos especímenes para penetrar a la mujer en lo más íntimo y recordar le que sin ellos no son nadie, que su cuerpo es un objeto de deseo, y que si no cumplen serán unas necias frustradas, por que para eso están para cumplir con los deseos de cualquier macho en celo.
Es verdad que hay hombres respetables, justos, equilibrados, pero son muchos los abusadores, los que el poder les da licencia para todo, sin escrúpulos, aprovechándose de la ternura, de la inocencia, de la indefensión de la poca edad. Viéndose en muchos casos sin salida y sin recursos para pedir auxilio en un entorno tan protegido como la política, Hollywood, o cualquier empresa en la que el poder machacará cualquier voz de auxilio distorsionando la realidad. Y ahí están directores como Quentin Tarantino cayó a sabiendas de lo que ocurría, cuándo uno calla participa del delito, como lo hacen muchos, así no cambiaremos nada. ¿Que le pasó a Amy Winehouse?, cuando empezaba su carrera musical, un productor abusó de ella y la machacó psicológicamente, y a Marilyn otra que fue violada y abusaron de ella, y cuantas mujeres sin transcendencia social, sin ser famosas que callaron por no ser señaladas con el dedo para que no dudaran de su integridad moral, por que la mujer todavía tiene miedo de que la acusen de incentivar los deseos más primarios del hombre. 
El cuerpo y la mente de una mujer pertenece a ella como el de cualquier ser humano, la maternidad produce mil transformaciones en el cuerpo y en muchos casos nos deja secuelas para toda la vida.
todavía hay mujeres que pierden la vida en el parto, muy pocas pero las hay, pero es nuestra obligación, nos preparan para la maternidad, hasta que decidamos que nuestro cuerpo vale mucho, que el tener un hijo es un lujo  y si no hay una compensación de buen trato social hacia la mujer, un trato desde la diferencia, por que un hombre y una mujer nunca van a ser iguales aparecerá la equitatividad, en todos los ámbitos sociales. La mujer debe tener recursos para defenderse, que haya medidas que no pongan en duda que alguien ha sido invitada al abuso, a la humillación, a ser devorada sin escrúpulos, y a que calle para no ser señalada como la incitadora.
Por que mi abuela calló cuando abusaron de ella, por que mi madre calló cuando  abusaron de ella, por que yo callé cuando abusaron de mi, por que mi hija denunciará cualquier tipo de abuso y que Dios me dé salud para aplaudirlo.

Sinverguenza, sinverguenzas!!!!

sábado, 28 de octubre de 2017

LA MEDITACIÓN DE LA PRINCESA

La princesa vivía en un castillo muy hortera, adornado por una madrastra ambiciosa y con un gusto pésimo, desde que murió su madre el castillo se convirtió en una feria de ostentosos adornos dorados, y llenos de ornamentos, terciopelos, y satenes por todos lados. Chirriaba todo a su alrededor. A la princesa le encantaba pasear por los caminos que rodeaban el palacio llenos de árboles y flores.
En primavera y otoño eran las estaciones más bonitas para caminar y sentarse encima de una piedra o al lado del hermoso lago, además la malvada reina sufría de alergia primaveral y se encerraba en sus aposentos. Así ,todo estaba mucho más tranquilo, y había paz. En Invierno y verano la princesa se cobijaba en su interior y se pasaba horas y horas meditando, disfrutando de su respiración y sus sensaciones.
Un día la reina le propuso al rey que llamarán a un príncipe casamentero para concertar el matrimonio de su hija, que se le iba a pasar el arroz, y así lo hicieron. la princesa no dijo ni sí, ni no, no hizo ni caso a las propuestas de su padre y su madrastra, como si no fuera con ella. Pero llegó el día y se presentó un príncipe en las puertas del palacio, llamaron a la princesa que meditaba como todos los días en el jardín al que daba su habitación, pero no hubo manera de despertarla de la concentración, dejaron entrar al príncipe que se sentó enfrente de ella, mirándola sin cesar quedó profundamente enamorado. Cuándo la princesa decidió culminar su rato de meditación se encontró a un príncipe absorto, lleno de espectativas, quería una princesa, casarse, tener hijos y aprovechando el despertar de la princesa de su concentración se lo comunicó. Ella se quedó en silencio y decidió volver a introducirse en su respiración, el príncipe se sintió rechazado y se marchó cabizbajo. 
Así fueron deambulando príncipes y más príncipes por el castillo.
Hasta que llegó uno y se sentó a su lado con las piernas cruzadas y cerró los ojos, cuándo la princesa terminó lo vio a su lado y se quedó mirándole, absorta sin pestañear. Cuándo el príncipe termino su meditación, pasearon durante horas, al final de la tarde el príncipe se marchó y volvió al día siguiente y al otro y al otro hasta que decidieron emprender un camino juntos lejos del castillo, sin prisas se pararon muchas veces a disfrutar de la luz, del sonido del agua, del piar de los pájaros y sus sensaciones se volvieron maravillosas compartiéndolas, se amaron profundamente y cerraron los ojos juntos muchas veces.


viernes, 27 de octubre de 2017

TODO PASARÁ. CUENTO SUFI.

. Cuento sufí glosado por el místico y espiritual indio Osho, entre otros, explica lo que un rey pidió a los sabios de su corte:

–Me estoy fabricando un precioso anillo y quiero ocultar bajo el diamante algún mensaje que pueda ayudarme en momentos de deses­peración. Tiene que ser muy breve de modo que pueda esconderlo allí

Aquellos eruditos habían escrito grandes tratados, pero no sabían cómo darle un mensaje de solo dos o tres palabras que pudiera ayudar a su rey en esos momentos en los que él consideraba que esa ayuda podría marcar la diferencia.
Sin embargo, el monarca tenía un anciano sirviente que era como de la familia, el cual le dijo:

–No soy un sabio, ni un erudito, pero conozco el mensaje que buscas, porque me lo dio un místico hace tiempo.

Dicho esto, el anciano escribió tres palabras en un pequeño papel, lo dobló y se lo entregó al rey con la advertencia. “No lo leas, mantenlo escondido en el anillo. Ábrelo solo cuando todo haya fracasado y no encuentres salida a tu situación”.
El momento llegó cuando el país fue invadido y el rey tuvo que huir a caballo para salvar la vida mientras sus enemigos le perseguían. Finalmente, llegó a un lugar donde el camino se acababa al borde de un precipicio.
Entonces se acordó del anillo. Lo abrió, sacó el papel y allí encontró el siguiente mensaje: “Esto también pasará”.
Mientras leía aquella frase, los enemigos que le perseguían se perdieron en el bosque, al errar el camino, y pronto dejó de oír el trote de los caballos.
Tras aquel sobresalto, el rey logró reunir a su ejército y reconquistar el reino. En la capital hubo una gran celebración y el monarca quiso compartirlo con el anciano, a quien agradeció aquella providencial perla de sabiduría. El viejo le pidió entonces:

–Ahora vuelve a mirar el mensaje.

Al ver la cara de sorpresa del rey, explicó: “No es solo para situaciones desesperadas, sino también para las placenteras. No es solo para cuando estás derrotado; también sirve cuando te sientes victorioso. No es solo para cuando eres el último, también para cuando eres el primero”.

El rey abrió el anillo y leyó el mensaje: “Esto también pasará”, y entonces comprendió.
–Recuerda que todo pasa –le recordó el viejo sirviente–. Solo quedas tú, que permaneces por siempre como testigo.



lunes, 23 de octubre de 2017

DENTRO DE MI.


Me desnudé para pedirte perdón
por hablarte en un idioma incomprensible
por no entenderte y querer destruirte 
por cerrar los ojos y no querer ver la verdad,
Esa que se  esconde entre tus dedos 
esa que está en cada rincón de tu cuerpo
y descubrí un cúmulo de sensaciones y 
olvidé los recuerdos de desprecios.
Ahora tengo ganas de ti
de abrir los ojos por dentro,
y mirarte, mimarte a cada paso
sin que el pensamiento me ciegue
sin que marchite ni un minuto más
quiero cobijarme en tu latir
ese que me hunde en las emociones
la de cuidarte cuerpo, la de quererte.
Ahora seré tu y tu serás yo
todo uno para aceptar el sol y la lluvia,
el frío y el calor, la calidez de la brisa,
y la brusquedad de la tormenta.



domingo, 8 de octubre de 2017

TADEO JONES

Después de ver en Tele 5 la publicidad de la peli y saber que seguramente tendría que ir a verla si o si, ayer fue el día, mis hijos que volvían de la semana con su padre y pasaban el finde conmigo, ya que son alternos, aparecieron con mil compromisos, el sábado tres cumpleaños, y empezó el dilema de como dividirme, pero  ¿para qué preocuparse ? todo tiene arreglo, el de 15 años se iba solo, el de 12 había que llevarle a Cinesa, a la de 10 venían a buscarla, ¿y a la de cinco?, estaba claro aprovechando llevar al de 12 años a Cinesa a las 3.45 para que se encontrase con sus amigos, nos meteríamos en una de esas pelis de princesas valientes que toman el protagonismo, y que pasan de los príncipes y prefieren besar ranas, pájaros, perros, o lo que sea. 
Allí estábamos después de despedirnos de su hermano, observando la cartelera y pronunció las fatídicas palabras: quiero ir a Tadeo Jones. Entre con ella en el cine a las 3'45 todo rodado ni un minuto de espera, nos sentamos en las butacas con un chupa chups biológico que tiene el mismo azúcar que uno normal, pero que lo deben hacer con más cariño, por eso cuando mis hijos vienen a casa todo lo que comen es bioafectívo.
Empezó la peli, y ahí empecé a chocar con mis prejuicios, fue maravillosa, divertida, las ubicaciones donde se desarrollaba la película estaban magníficamente detalladas, el guión estaba muy currado y tratado cuidadosamente para que lo entendieran los infantes. Quedé perpleja del talento que tenemos los españoles, tres vivas por España, por todos esos estudiantes que se aburrieron en clase y que no pararon de dibujar para colocarnos en la cumbre de los animadores, viva por la creatividad, y por la gracia de un país que aunque lleno de corruptos y con una crisis que ahoga, se sabe reír de su sombra y disfrutar de la vida.


domingo, 1 de octubre de 2017

EL CUENTO DE LA VELA

La vela iba a brillar en lo más alto de la tarta, era el número 1, espero su momento cuando familiares y amigos del bebé se pusieron delante de ella para soplar la, fue la protagonista de un día maravilloso para Laura, no le dio tiempo de asimilar tanto éxito cuando fue abandonada en un cajón durante 10 años, llena de polvo la recuperaron, Laura cumplía 10 años, a partir de ahora contarían con ella año tras año luciendo encima de la tarta acompañada de un número nuevo, pero llegó el fatídico día de ese año 20 en el que no fueron a recogerla, triste y desolada espero y espero con el resto de números que tampoco le tocaban. Al año siguiente en el 21, lució con sobriedad mientras Laura soplaba con fuerza y se proclamaba reina de su  veintiún año. Pasaron los años y nada, por el cajón no llamaban al 1, no se le echaba de menos, así que decidió aceptarlo y vivir en concordia asumiendo su destino, que era brillar cada 10 años. A los 81, laura sopló la vela por última vez, y su hija la cogió para la tarta de Gustavo su hijo que cumplía un año, y que mejor que poner la vela que había acompañado a su abuela toda su vida. Pero llegó el abuelo con una vela nueva dorada y que se encendía sola y la vieja vela fue al cubo de la basura, donde se perdió entre latas y cartones de leche. La vela se pasó la vida esperando lucir en los cumpleaños, en las fiestas, y mientras lo hacia se mostraba fuerte, segura, con su mejor sonrisa. Mientras tanto no supo hacer otra cosa que lamentarse dentro del cajón, pensar en sus recuerdos y en como luciría en el futuro, pero se bebió el presente sin enterarse, su vida se esfumó en la oscuridad.


LA PLAYA DONDE VIVO.

 Ahora vivo en una playa, me tumbo en la arena blanca a observar e introducirme en mi interior como un caracol, sin tener que hacerlo por que tenga miedo. Escucho las aguas que vienen hacia mi y retroceden con un ritmo académico, además le acompasa la brisa que acaricia mi piel y ayuda en cada inspiración a sumergirme más en mi misma, disfrutar de las pausas. Cuando llega la espiración, mi cuerpo se traslada al mar, mejor dicho es un océano lleno de agua salada, ese que hidrata mis surcos y cura mis heridas, donde  mi cuerpo es mecido como los restos de una embarcación, eso es lo que queda de todos estos años, pero realmente es lo mejor, es lo que ha sobrevivido a fuertes mareas y tempestades. El agua donde floto, donde a veces me sumerjo, no tiene muchos seres vivos, solo los que yo he elegido, los que me ayudan a decorar esta playa por su color, su grácil nadar, por su sonrisas, y su manera positiva de encarar la vida. El sol siempre me acompaña y es el único que me intimida al mirarlo, me obliga a cerrar los ojos o mirar hacia delante pero siempre observando donde estoy y voy en cada paso, disfrutando del instante en el que vivo, momento a momento.


sábado, 16 de septiembre de 2017

MI HERMANA ELI.



Oscar llevaba una pequeña maleta encima de sus rodillas y la agarraba con sus manitas, tenía miedo a que se le cayera con el movimiento del tren. En el cuello un cordón del que colgaba una tarjeta rectangular con un nombre y un apellido con su fecha de nacimiento. Le habían dicho de modo reiterado que no hablase, que no dijera nada, ni una palabra. A la llegada a la estación donde el tren finalizaba su recorrido iría una señora, que lo primero que le diría sería la palabra rosa.


Una pequeña maleta llena de sensaciones encontradas abrazos, gritos, empujones, susurros, y mucho dolor íntimo, algo difícil de exponer sin abrir con un bisturí. Su último recuerdo lágrimas y carcajadas con su hermana Eli, la echaba de menos. Ella se fue el día anterior, no sabía donde ni con quien. Se despidieron tensos, mirándose con miedo pero con mucha ternura. Se cogieron de las manos y su hermana le abrazó, mientras le mojaba el cuello de lágrimas. Eli se iba alejando pero sin dejar de mirarle, andando a ciegas de la mano de una señora que no conocía, sus ojos se alejaban y sus miradas se buscaban continuamente, se metió en el coche y desapareció por aquel camino por el que habían jugado juntos tantas veces.
Entonces él se puso de pie en el vagón, colocó su maleta en el asiento y se sentó encima de ella, no quería que se le cayese, ni se esfumase ningún recuerdo.

llegó a su supuesto destino, hacía frío y apenas llevaba un jersey de lana. Se quedó sentado en el asiento solo y de pronto llegó una señora, dijo rosa, su piel era blanca casi transparente, y tenía unas mejillas muy sonrojadas. Le sonrió, me llamo lawrence y ella le preguntó su nombre, el niño no respondió. Dame la mano, acuérdate rosa, la palabra rosa, y Oscar le tendió su mano temblorosa, ella la agarró con firmeza. Oscar no paraba de susurrar el nombre de su hermana Eli, Eli, lawrence le dijo tranquilo con una voz muy suave y serena, repitió tranquilo. 


Cuándo salieron del tren, se oía la Gestapo movilizarse por las vías, registrando el tren y pidiendo documentación. Oscar sintió mucho miedo, esas voces unos días atrás llegaron a su casa, mientras su hermana y él se escondían en una agujero que había hecho su padre en uno de los árboles del jardín donde vivían.
No lo pudo evitar y se hizo pis, mientras Lawrence tiraba de él, había mucha gente y pasaron desapercibidos, era cuestión de suerte.
Se metieron en un coche, Oscar no se separó de su maleta agarrándola fuerte con la mano izquierda, de la derecha se encargaba ella, dándole seguridad. Las piernas mojadas al igual que los calcetines y le sudaban las manos. 
Recorrieron un largo camino, sin palabras, aunque ella pasó a rodear su brazo por su cuerpecito, ya que el pis se había enfriado y tenía frío, no podía evitar temblar. 
Se acercaban a una casa muy grande, llena de árboles, le pareció ver la figura de una niña, parecía su hermana, cada vez que se acercaban la veía con más nitidez.



El coche se paró, y el señor que conducía se bajó para abrirles la puerta, Oscar dejó la maleta, salio del coche y empezó a correr hacia ella, se abalanzó, se abrazaron fuerte muy fuerte y lloraron de emoción durante mucho tiempo, besándose y acariciándose, sin palabras.
Nada los volvió a separar, Eli murió antes que Oscar, quizás por ley de vida, o por caprichos del destino. Pero Oscar sabía que habría otro encuentro, no lo dudaba, y ese sería para la eternidad.

viernes, 15 de septiembre de 2017

NUESTRO SISTEMA EDUCATIVO COMETE UN CRIMEN.

https://www.youtube.com/watch?v=3puPU4c7pwM
Maravillosa explicación de porqué debe cambiar el sistema educativo.

miércoles, 13 de septiembre de 2017

SE FUERTE HIJO, FUERTE!!!



Aquello no era imaginable, no nos lo esperábamos y sucedió. Mi padre me metió en la cocina, y cerró la puerta. Tenía que ser el primero en saberlo, era el mayor. Salí llorando, miré a mi madre seria, muy seria, mi padre salió detrás mía y se echó sobre mi llorando, se iban a divorciar. Volví a mirar a mi madre fijamente, no echaba ni una lágrima, me acerqué a ella y me dijo sin pestañear fuerte hijo, se fuerte. Cogí el móvil y escribí por whatsAAp a una amiga y le dije lo que estaba pasando . Eso calmo mi insaciable ganas de saber el porqué de todo, estuve hablando con ella hasta muy tarde, llorando y sufriendo con la inesperada noticia, pero al final me dormí. 
¿Que ocurre pensé, no entiendo nada, había mucha gente con capirotes que le tapaban la cabeza, antorchas en la mano y seguían a alguien, de pronto aparece un chaval de piel oscura, era de noche y su gesto era de miedo, no paraba de correr, escuchaba perfectamente su respiración, corre, corre le decía yo, él miraba para atrás y veía a toda esa gente con antorchas y perros cada vez más cerca, murmuraban, pero no lograba entender lo que decían.


 El chaval seguía corriendo ya estaban muy cerca de él, y de pronto un precipicio salto con todas sus fuerzas, alguien cayó en mi cama y yo salí despedido, ahora era yo, veía mi cara corriendo, huyendo de toda esa gente con ansia de linchamiento. Cuando estaban muy cerca escuché el ruido de un tren, y al atravesar el camino lo vi y me monté en él, los capirotes se acercaron y se quedaron mirándome acechando con las antorchas, de pronto observé como una niña pequeña se bajaba del tren, era mi hermana, corrí por el interior del vagón y le agarré por el brazo, tenía la boca cerrada y no podía abrirla, ¿que pasa?, ¿que pasa?, le grité pero no podía hablar. recorrimos los vagones que estaban llenos de gente veíamos sus cabezas por detrás, pero me dí la vuelta para verles las caras y los asientos estaban vacíos. Seguimos buscando el primer vagón, y al final del pasillo del penúltimo estaban mi hermano y mi hermana, no podían abrir la boca, nos abrazamos los cuatro,  tenían la boca como pegada y no podían hablar, nos sentamos en el primer vagón, intentando ver la cabina de mando, pero no se veía a nadie y estaba cerrada. Al final el tren se puso en marcha y después de unos segundos paró en alta mar, cerca del tren había una isla, teníamos  que llegar hasta allí,  no sé por qué,   cogí a mis hermanos de la mano, a la pequeña sobre mi espalda emprendiendo la salida , conseguimos llegar nadando despacio y con calma, allí nos sentamos solos, pero juntos, no sabíamos que podría pasar ahora, teníamos miedo y agotados nos quedamos dormidos. 



El chaval de nuevo apareció corriendo, pero esta vez no era perseguido por nadie, llegaba a una casa donde le recibió una señora a la que se abrazó. Desperté preocupado con mis hermanos, pero vi que dormían plácidamente, bajé con miedo las escaleras, pensando que todo al fin y al cabo había sido un sueño, una mala pesadilla, pero mi madre abrazándome me dijo que era verdad. 
Al menos  pensé mis hermanos estarán bien, subí de nuevo y les miré la boca, les susurré en el oído que les quería y ellos me dijeron dormidos lo que nos decimos siempre yo más.
Ese año cursé 3 de la ESO, eso dicen, pero yo no fui consciente de ello, estuve huyendo de mis pesadillas, evadiéndome de la realidad. hasta que por fin llego un sueño, de esos de los que no quieres despertar, por que los estás disfrutando y te estas divirtiendo.



martes, 12 de septiembre de 2017

EL CUENTO DE LA VACA SIN MANCHAS.



Había una vez un rebaño de vacas frisonas muy saladas, eran felices, daban mucha leche y se cotizaba muy bien por su sabor y textura, vivían en unas tierras verdes y húmedas de Cantabria.
Era de noche y una de las vacas líderes en dar leche, muy presumida con sus manchas se puso de parto, parió una becerra limpia de piel sin manchas. La vaca se puso de pié y abochornada abandonó a su cría, cabizbaja, triste muy triste. Obligaron a la vaca a dar cobijo y amamantar a su cría, pero estaba tan disgustada que dejó de dar leche, el ganadero no se lo podía creer, una de sus mejores piezas con depresión postparto. La vaca apenas podía mirar a su cría y tuvieron que darle biberones,
la tristeza se contagió en el rebaño y la becerra seguía sin manchas. El ganadero empezó a tener perdidas y desconsolado también él, no sabía que hacer. 
Un día, tras pasar una noche dándole vueltas al problema, se le ocurrió una idea, llamó a un pintor y le tiñó la piel con manchas negras. la becerra se sintió una más y su madre recobró la felicidad y empezó a dar leche de nuevo, el rebaño se contagió de esa regocijo y recuperaron la capacidad de producción de antaño. 
La solución a tanta gravedad, era muy sencilla y resultó difícil dar con ella, Simplemente pintar unas manchas. Así de fácil.



A MARIO LE GUSTAN LOS LAZOS



¡Mamáaaaa.....Mario se quiere poner mis lazos!, dijo Lucía mientras se vestía para el cole, mamá contestó: déjale que se los ponga, y Mario esperó a que llegase su abuela jugando con un coche por el pasillo. Mamá tenía que llevar en coche a Lucía al cole, mientras que Mario de solo un año, salía con la abuela al parque. Se cruzaron por la puerta, mamá no le quites los lazos a Mario, ¿que, que? respondió la abuela, y cuando entró vió al niño con semejante pinta, ¿ que clase de espécimen van a pensar que es mi nieto si lo llevo así al parque?, lo van a señalar como si fuera un animal exótico y me harán la típica pregunta, ¿es niño o niña?. la abuela le arrancó los lazos, y Mario empezó a llorar a moco tendido. 
Mario se hacía mayor y seguía con su pasión por los lazos, dibujaba moñas a los barcos, a los árboles, a las casas, y encima de cualquier cabeza o parte del cuerpo que se le antojase. Nunca dijo que le gustara ser niña, a él solo le gustaban los lazos, por que si así hubiera sido no entendía el problema, es tan válido querer ser mujer que hombre independientemente de los genitales con los que hayas nacido. Pero a él solo le gustaban los lazos. No le importaba como le mirasen, él se ponía lazos y moñas donde le apetecía, sobre todo en los zapatos y la cabeza. Muchas veces sentía el rechazo de sus compañeros, pero el se gustaba  y no le importaba las miradas insultantes que percibía, sabía que el cariño y el amor estaba por encima de algo tan poco transcendental como ponerse un sencillo adorno. 
Estudió en la facultad de ingeniero agrónomo de Madrid, y cuando terminó hizo bellas artes, allí se encontraba muy a gusto, ya que las personas se conocían sencillamente, no se juzgaban, y un día en la cafetería de la facultad se le acercó Olga, una belleza tipo irlandesa vestida con falda larga y frac, empezaron a hablar con una afinidad increíble, a ella le encantó la moña que llevaba Mario en la cabeza, y se dieron cuenta de todas las cosas que tenían en común. Así se conocieron y a Olga nunca más le faltó una pajarita en su cuello, ni una bonita moña en su falda. 
Mario es un gran empresario, junto a Olga tienen una empresa de diseño gráfico, él siempre lleva lazos y moñas, y a ella no le falta nunca su pajarita. Tienen tres hijos Lucas, Alma, y Menta. A lucas le gustan los lunares, tiene rotuladores de colores de tela y dibuja miles de lunares en su ropa, y en los dibujos que hace para el cole, se siente niño pero le vuelven loco las pintas, y en el caso de que se sintiese niña, ¡que más da!, lo importante es que haga y sienta de verdad.


lunes, 11 de septiembre de 2017

ESPAÑA ES CULPABLE. DE ARTURO PEREZ REVERTE.



https://www.zendalibros.com/espana-es-culpable/
No se puede explicar mejor, la verguenza de nuestra actualidad, lo que nos pasa.

¡ PACA, VUELVE!.


Paca, no tenía formación pero desde muy joven se había dedicado a limpiar casas y cuidar a los niños de las casas donde trabajaba. Era corpulenta y sus rasgos denotaban fuerte carácter, aunque sabía cuando tenía que callarse, y cuando tenía que dar conversación a la jefa, una inteligencia natural heredada de su madre que también se había dedicado a lo mismo. no había delantal que se le resistiese todos le quedaban a su justa medida, ni mancha que  no se quitase con sus remedios caseros de jabón chimbo y mucho sol, las toallas  le quedaban relucientes, y las sábanas no conocían arrugas si las planchaba Paca. Paca encadenaba un trabajo con otro y así fue pagando la educación de su hijo Alvaro, fruto de una relación ilegítima con el hijo de la difunta Nora, que murió de vieja. Su hijo prometió a Paca el oro y el moro, pero cuando se quedó embarazada miró hacia otro lado y se hizo el escurridizo. Ella siguió con su embarazo, mientras encontraba otra casa donde lavar y planchar, esta vez en casa de Doña Aurora, una señora de unos 50 años sin hijos, que vivía con su marido Berto, guardia civil de profesión. Desde que entró embarazada notaba los ojos de Berto pegados a su culo a todas horas, pero Paca se hacía la sueca. Desde que llegó Paca a la casa, Berto no se quitaba el traje de Guardia de tráfico, intuía que simbolizaba poder, y podía despertar el deseo de Paca. 
A Paca le resultaba violento tener a un Guardia civil todos los días rondando por la casa, llevaba el delantal con el dni, el pasaporte,el carnet de conducir, el justificante de empadronamiento, y el alta de la seguridad social por si le daba por pedirle algo. Además cuando conducía y veía a la Guardia Civil, de manera automática pegaba el pié al freno y le daba el típico parkinson, muy peligroso.
Paca dió a luz y siguió trabajando llevaba a su hijo Alvaro a casa de Doña Aurora y mientras limpiaba atendía a su bebé, aprendió a esquivar a Berto en el baño, en la cocina, en el salón. Lo que más temía Paca era que Berto se quedara en casa sin su mujer, que esta saliera a jugar la partida al bar de enfrente con las amigas y ella tuviera que exponerse a las peticiones de Berto. Odiaba sus ataques, esas miradas que no pestañeaban cuando limpiaba el polvo o pasaba la fregona, a veces se le cuadraba en el pasillo, con esas botas negras y el pantalón se lo subía hasta pillar la hendidura entre barriga y pecho, pareciendo un souvenir de aeropuerto, la típica figurita que se pone encima del televisor, una mezcla entre la benemerita y José Tomas el torero.
Una tarde Berto se armó de sinvergonzonería y se acercó a Paca mientras le susurraba en el cuello le acercó el arma al trasero mientras le tocó el culo con una palmada brusca. Paca se giró y le dio una soberana bofetada, cogió a su bebé y las llaves del coche y se marchó, mientras escuchaba a voz en grito: ¡Paca vuelve, Paca vuelve!. A la orden de la Guardia, ni puñetero caso hizo Paca.
Cuando volvió Doña Aurora, su marido le dijo que había pillado a Paca robando una sortija del cajón de su secreter del dormitorio, que le dijo que si se marchaba no la denunciaría, y ella sabiendo de la profesión que se valía decidió sin tartamudear marchar sin cobrar ni un euro por que realmente era un despido improcedente, calumnioso, y abusivo. ¡Que iba hacer ella contra la palabra de un guardia civil?.pasaron unos meses y Berto vestido con el traje y el tricornio le dió el alto a Paca,  ella salía de trabajar y no estaba para pruebas de alcohol, aún así paró el coche, Berto la saludó muy cariñoso y le dijo que se dispusiese a soplar. Berta le respondió: te va a soplar tu.......soltando un buen taco, mientras apretaba el acelerador, y Berto gritaba: Paca vuelve, Paca vuelve. 
Berto se dio cuenta que sus ordenes flaqueaban, y que el uniforme le quedaba grande, muy grande.


MARIVÍ SESIÓN CON LA PSICÓLOGA

Mariví se va a su sesión de los martes, con su psicóloga. En la última sesión le recomendó esta que escribiese todo lo que se le ocurriese a modo de carta, que era un desahogo y funcionaba muy bien como terapia.

¿Que culpa tiene mi tatarabuela, y mi abuela y mi madre de lo mal que tenían amueblada la cabeza?, les llenaron la cabeza de contaminación machista y ¿como no, me iba a salpicar a mi de lleno?.
la mujer compuesta quita el hombre de otra puerta, no te dejes que los hombres enseguida se fijan en otra, la mujer tiene que ser señora en la calle y puta en la cama, y así hasta un sinfín de barbaridades que nos hacen esclavas de las palabras y nos ponen rejas a nuestro ser, culpabilizandonos de todo lo que nos pasa, de lo que no nos exigimos, de que no dimos lo suficiente. ¿Acaso se puede dar más?, nunca es suficiente. La mujer se auto exige de manera cruel, recriminándose lo que no hace, por que el día no tiene más horas. La mujer es indispensable, y nadie puede hacer las cosas tan bien como las hace ella. 
No solo estamos nosotras para mortificarnos, también está la competencia, o así la percibimos en muchos casos, las rivales que se disputan los machos alfa, muchos dichos de nuestras antecesoras nos advierten que una actitud de relajación permitirá el acto de arrebatarnos la pareja por otra congénere , quizás podíamos pensar que nos hacen un favor, pero pensamos lo contrario por culpa de nuestra educación. 
Quizás si fuéramos más practicas cederíamos a la celebridad con una hoja de advertencias, la prenda ronca, tiene el síndrome del te ayudo en la cocina y no hago nada, el de la cerveza después de venir de la calle, el del fútbol, el de mi vida no tiene aliciente, el de los fines de semana con mi madre, el de asistir cada vez más a menudo a comidas y cenas de empresa , el de buscar alternativas a la vida familiar como la pesca y la caza en todo su significado, el de ausentarse cada vez más rato, el de a mi madre las croquetas le salen de miedo.
Hemos conseguido que avancen las tecnologías y esto ayuda a nuestra espalda, lavadora, secadora, electrodomésticos varios, pero ya, por que ahora hacemos más cosas en menos tiempo, y nuestro cerebro busca salida en un todo incluido, aunque en este paquete no este incluida la pareja, después de muchas advertencias, y de mostrarse con sordera crónica, me saco un billete uniparental, el carro de caballos se ha quedado obsoleto, y estoy harta de arrastrar un paquete. Así que cojo las riendas de mi caballo y lo hago sola, que demostrado esta que lo hago bien.
Me he sacado un billete a Cancún, a un todo incluido, esta tarde vuelo como nunca y espero volver y no reconocer todas esas patrañas que las generaciones pasadas femeninas metieron en mi cabeza.
te saluda atentamente Mariví.




sábado, 9 de septiembre de 2017

EL CUENTO DE ADRIANA Y EL CAJÓN DE LOS SUEÑOS



Adriana era la única niña de la casa y eso significaba que era única hija, nieta, sobrina, ahijada. Tenía miles de juguetes y no le gustaba compartir nada, todo tenía su nombre. por mucho que le habían dicho lo de que las cosas se comparten, ella ni caso. Así que un día se levantó y decidió guardar también sus sueños para no compartirlos, los encerró en un cajón, se cansó de perder los y olvidar los,y  los fue apilando de uno en uno. El sueño de los animales parlanchines, el sueño del set de la doctora curalotodo, tenía un desfibrilador del odio, un audífono del alma, un jarabe contra la ansiedad, capsulas para la humildad, inyecciones para la empatía, un purificador del ansia y la glotonería, y un inhalador de la generosidad, en este sueño se lo recomendaban a Adriana, tres veces al día, pero nunca se lo echaba. Así fue llenando el cajón, todos los días metía uno y a veces dos cuando echaba la siesta después del cole. 
Un día llegó al cole y le contó a su amiga Aitana que tenía un cajón de sueños pero que no los compartiría con nadie, Aitana se enfadó con Adriana, pero no hubo nada que hacer, no le contó ninguno. Después del cole ese mismo día la niña se tumbó después de comer en el sofá y se quedó dormida, soñó que Aitana entraba en su habitación, abría el cajón de sus sueños, y estos volaban por la ventana como globos de helio, las personas que los veían los recogía sonrientes y los iban compartiendo a su paso con el resto de gente que se iban encontrando, así cogieron el sueño de la doctora curalotodo, y el resto de sueños. la niña vio como las personas disfrutaban con sus sueños, lo divertido que era compartir. Cuando despertó fue corriendo al cajón, los metió todos en una caja y los llevó al cole, todos sus amiguitos se sentaron alrededor de ella, y comenzó a contar sus sueños, sus amigos como siempre también los compartieron, y Adriana no dejó de compartir el resto de cosas materiales que tenía como nunca lo había hecho. Aprendió que compartiendo era mucho más libre, como un globo de helio.


jueves, 7 de septiembre de 2017

LA VIDA CON CALMA



Estaba allí sentado con su bastón, miraba los árboles y esa brisa que apenas movía los cuatro pelos que le quedaban, recordaba cuando era niño y jugaba en el patio de su casa con el balón mientras sus hermanos le empujaban para quitárselo, se reían mucho con su falta de habilidad para aguantar su control, pero él sabía que compensaba con su inteligencia, cuando pasaban a las tareas, siempre le pedían ayuda, no le costaba quedarse con las explicaciones de los profesores, y era una fiera para los números, recordaba cuando su madre le proponía hacer operaciones mentales de sumas y restas y siempre daba con la solución correcta. Su madre también recurría a él cuando no le salían las cuentas del hogar, ya que la administración la llevaba ella, mientras su padre trabajaba fuera de casa hasta muy tarde. 
Esperaba con anhelo que llegara las 6,15, sabía que a esa hora pasaba la señora del perro, esa que le volvía loco, nunca fallaba, con paso ligero pasaba cerca del banco donde el estaba sentado, a pesar de su edad mantenía una figura espléndida y un andar ágil. Aquel día decidió saludarla y ella respondió con un buenas tardes. Era difícil conocerla por que el de ninguna manera podría seguirla.
Al día siguiente le robó a su nieto luca una tiza de su pizarra antes de salir para llevarle al colegio, la metió en su bolsillo y la mantuvo allí hasta que llegó la hora del banco, allí se sentó de nuevo, pero antes escribió unas letras en el suelo. Eres preciosa, y esperó a que ella pasara como todos los días, ella pasó se quedó mirando la frase y sonrió mientras no dejaba de andar con su perro. 
Al día siguiente apenas se leían las palabras, pasó el pié por encima para terminar de borrarlas, y cambió la frase, esta vez le puso no puedo evitar mirarte, de nuevo ella sonrió y siguió la marcha como siempre. Al día siguiente cuando se iba dirigiéndose al banco llevaba preparada otra frase, fue a pasar el pie por la frase del día anterior y se encontró con algo que nunca se había imaginado encontrar, por ti paso por aquí. Se puso nervioso como si tuviera quince años y estuviera viviendo la primera experiencia en el amor. La vio de lejos acercarse, y temblaba, pensó si se para no le podré hablar, voy hacer el ridículo, inevitablemente llegó el momento, era tarde para huir y después de buscarlo durante tanto tiempo tenía que dar la cara.
Esta vez ella paró justo ante el banco, le sonrió y se sentó a su lado, se miraron y empezaron a hablar, quien les iba a decir que se iban a conocer por medio de algo tan rustico como una tiza.


martes, 5 de septiembre de 2017

EL CUENTO DE MANUEL EL CARACOL.



Manuel era un caracol sonriente, había sobrevivido a las pisadas de las vacas, al paso de tractores, a los depredadores y a muchas otras vicisitudes. Tenía un caparazón hermoso y brillante heredado de su abuelo Manuel, que también vivió muchos años gracias a que nació en un jardín de una marquesa que los cuidaba y les dejaba comer hojas de cualquier planta. 
Cuando murió la marquesa el padre de Manuel también llamado Manuel como su abuelo, fueron echados al bosque con el resto de caracoles que habitaban en el jardín por propio deseo de los nuevos inquilinos del palacete. Allí entre el desorden de las plantas salvajes y los arboles robustos y duros que soportaban el exceso de agua o la escasez según el capricho de las estaciones, encontró a Eva, su madre, los dos llegaron a la misma hoja y la compartieron hasta que no quedo ni un solo cachito, para emprender la marcha hacia otra hoja, pero juntos. Manuel se quedó huerfano pronto, a sus padres les aplastó un coche de caballos, aunque antes de morir Manuel padre puso a su hijo a salvo, pegándolo en los bajos de una gran piedra. 
Manuel tuvo que emprender el camino solo, y no fue fácil, siempre sonreía por que sabía de la suerte que había tenido y era algo que tenía grabado en su caparazón. Era un suertudo de la vida y sabía agradecerlo con su preciosa sonrisa, todo el mundo quería cruzarse con el brillo  con el que se arrastraba. 
Un día se encontró con un caracol aislado en una piedra en medio de un río, le preguntó como se llamaba y le respondió que Esther, se había quedado allí por la crecida del río y no podía cruzar, Manuel se dispuso a ayudarla, y esperó mucho hasta que el sol y las buenas temperaturas hicieron que el agua se desvaneciera. Así cruzaron juntos, y juntos se arrastraron durante muchos kilómetros, se contagiaron las sonrisas. 
Una noche de mucho calor y húmedo ambiente, Manuel se cobijó debajo de una piedra, era algo que siempre hacía cuando tenía cierta inseguridad, como lo hizo su padre aquel fatídico día del coche de caballos, pero Esther no quiso y quedó mas expuesta en la incertidumbre de la noche. 
A la mañana siguiente Manuel fue a darle los buenos días a Esther, y vió que su cascarón estaba vacío y alrededor habían una plumas . Se dió cuenta que su amiga había sido devorada por un pájaro.
 Triste y desolado se arrastró solo durante mucho tiempo, tenía miedo de mirar al cielo y verse atrapado entre las garras de uno de ellos. Pero pensó que tenía suerte, suertudo por no haber sido el desafortunado, se dió cuenta que su padre le seguía protegiendo aún después de haber muerto,¡ la piedra!, esa que una vez le salvó la vida lo seguía haciendo. Así que cambió el chic y se empezó a arrastrar con más energía, sabía que al otro lado del camino había un jardín tranquilo, pero para ello debía pasar una prueba de fuego la ruta de los humanos, miles de pisadas rápidas marchaban aceleradas por ese camino, pisadas que buscaban quemar malos pensamientos, frustraciones, gula, consumismo, envidias, traiciones. Una pisada sería mortal, moriría en un instante y no volvería a arrastrarse nunca más. Espero a que se hiciese de noche, a que los humanos durmiesen, e inició su aventura, solo eran dos metros de ancho, pero quizás le llevara toda la noche. 
Cuando llevaba más de un metro arrastrándose, escucho unos golpes fuertes de unas pisadas, buscó una piedra, dónde protegerse, pero esta vez no apareció ninguna. Pensó que se le avecinaba la muerte y se escondió en lo único que tenía, su fuerte y a su vez frágil  cascaron. El suelo cada vez temblaba más y más, cerró los ojos. Entonces, se creyó muerto, un talón había pasado muy cerca, pero a la suficiente distancia para no pisarlo. 
escuchó como se alejaban las pisadas, y emocionado por las circunstancias favorables que había tenido, llegó al jardín. Allí le esperaban un grupo de caracoles que le aplaudieron por su gran hazañ . Había sido valiente para superar sus miedos y  afrontar con éxito el  difícil camino, que al final tuvo un final feliz. ¿Seguiría teniendo tanta suerte?, ¿Se encontraría siempre con piedras en el camino para refugiarse?, ¿ Habría encontrado el lugar definitivo para descansar?.

domingo, 3 de septiembre de 2017

¡MAMÁ, ME QUEDO A DORMIR EN CASA DE CARMEN!.



Era sábado y mes de agosto, lo que se dice por ahí noches de farra loca. 
Alicia con tan sólo 15 años ya pide más de la cuenta con una obstinación  que agota, cosa que su hermana que tiene cuatro años más que ella no hace y por eso estamos desentrenados,  ya lo decía mi abuela los hijos no salen iguales, cuidadito no te confíes que te la pegan, y mi padre decía no te fíes ni de tu padre, en fin que así salí yo desconfiada pero más inocente que un cubo, eso sí se que no soy tonta por que he estudiado una carrera superior y he aprobado una  de las oposiciones más difíciles que hay que es la de juez. Ahora estoy en la violencia de género, y suena fatal pero a esta hija no sé si matarla, miente más que habla.
¡Mamá!, dice Alicia, hoy me quedo a dormir en la casa que tiene Carmen  Ruiz en su pueblo, vamos a las fiestas y luego nos vamos allí. ¿quienes Carmen Ruiz?, pregunté yo. y ella me respondió: por favor mamá, ¿no sabes quien es Carmen Ruiz.?..Me estaba poniendo de los nervios, por que ese nombre no lo había oído en mi vida,  y recurrí al grupo de madres del wasap, ¿por favor alguien sabe quien es Carmen Ruiz? se hizo un silencio de 10 minutos y por fín respondió una madre, si una de las amigas de Irene que sale con el grupo desde hace poco, es con la que se van a dormir a su casa del pueblo esta noche. A pesar de la contestación seguía desconfiando y le pregunté a Alicia que me diera el nombre del padre o la madre de esa niña, renqueante y tras insistirle mucho me lo dió. 
llamé y se puso un señor que se presentó como el padre de Carmen Ruiz, me dijo que si se quedaban a dormir que estuviéramos tranquilos, que él les llevaría el desayuno a las nueve. Después de preguntarle si le había puesto hora de  llegada,  el me respondió que a la 1,30 y me quedé tranquila pues conmigo estaba negociando  llegar más tarde, después de un cordial saludo colgué.
Alicia, solo tiene 15 años pero se pinta mucho el ojo, y los labios granates, es todo lo contrario que su hermana que es elegante y presenta una belleza serena sin aditivos ni conservantes.
cuando la veo salir, me perturbo, va guerrera, y acaba de salir del cascarón, el año pasado era una niña de cuerpo, alma y cerebro. Este año echó tetas , cuerpo y belleza por los cuatro costados pero sigue siendo una niña, y ahí fuera hay mucho gallo carnívoro, con ganas de devorar carne fresca, estoy harta de leer las noticias, abusos, me pongo enferma, esto es una lotería y en cualquier momento me puede tocar a mi. 
La niña se va por la puerta cojo las estampas de San Judas Tadeo, y me dispongo a rezar el rosario hasta que me venza el sueño....al final me duermo. 
A las nueve de la mañana me suena el móvil de una de las madres, me pregunta si estoy tranquila y le digo que todo esta controlado, me responde que las del grupo de su hija la han bloqueado el instagram pero una que sube todas las imágenes no, y que se prepare, que es muy fuerte. Relata paso a paso la noche de marcha loca que han tenido y que siguen teniendo, ya que siguen mandando fotos a instagram. No me lo puedo creer, fotos tiradas en la playa, a las cuatro de la mañana en pelota bañándose, retozándose en la arena, poniendo los asquerosos morritos de desquiciadas, y exhibiéndose de una manera lasciva. ¡No lo soportó!, pensé esto es demasiado y ¿el presunto padre? 
de la tal Carmen?. Le pongo un mensaje a mi hija y le digo que inmediatamente para casa o llamo a la policía, llamo al número del padre y se pone un tal Fernando, dice que es amigo de Alicia, y tras amenazarle con denunciarle, me dice que hizo de padre para que las dejaran salir sin problemas, que lo suelen hacer cuando planean este tipo de salidas y se puso a llorar avergonzado , dijo que no lo iba hacer más. 
Durante unos minutos hice terapia para no matarla cuando entrara por la puerta, respiré hondo, hice lo que pude con la meditación y por fin el timbre. 
Después de una conversación llena de negaciones primero y de disculpas después, le quité todo cuánto tenía para comunicarse con el exterior y a su cuarto. 
Tengo que reconocer que mi hija pasó cinco días de ataques de ansiedad por no poder comunicar su estado de ánimo por los medios que siempre lo hace, el internet. Un auténtico mono como si de una droga se tratase, suplico y requetesuplicó que le devolviera la tablet y el móvil, pero estuvo 15 días sin ello, escribió una carta de arrepentimiento, de que nunca más.
Hasta la próxima vez que me diga, ¡mamá me quedo en casa de Sofia!.




jueves, 31 de agosto de 2017

SEÑORITAS. SÁLVESE QUIEN PUEDA!!!



Martina recogió a su pequeña del cole después de terminar su jornada laboral de maestra en la misma escuela de su Ruth, la niña cursaba tercero de infantil. Corrían hacia el autobús como todos los días y allí estaba él para decirles ese buenas tardes tan simpático, mientras Martina pasaban el ticket del autobús.
Había pasado cinco meses desde que empezaron a salir. Martina ilusionada, y él también. El tenía una pequeña de la edad de Ruth, con una custodia compartida de una semana cada uno, en el caso de Martina tenía la custodia completa con fines de semanas alternos. Después de pasarlo mal como en todos los divorcios, se había acostumbrado a vivir libre con su pequeña, a hacer lo que le venía en gana dentro de su concepto de mujer firme, responsable y exigente. Martina desempeñaba su trabajo de maestra con los peques de su aula de tres años con verdadera vocación, interés, y amor, como lo hacia con la maternidad, su hija era su sol y todo estaba supeditado a ella.
Entraba el verano por la puerta grande, el chófer del autobús Autonorte y ella se habían ¿encaprichado?, ¿enamorado?, ¿colmado la soledad?... el caso es que él se presentaba como un hombre equilibrado, romántico, responsable . Vivían cerca y el se dejaba querer metiéndose cada vez más en casa de Martina, también le ofrecía consejos sobre su decoración y la educación de su hija, se mostraba muy austero con todo lo suyo pero muy generoso con lo de ella. 
Corrían los días llenos de mensajes de whatsapp, que si te quiero, que eres la mujer de mi vida, que sin ti no puedo vivir...
Un par de viajes juntos le bastaron a ella para tener disonancia cognitiva con referencia a su chico, no le gustaba como delegaba en ella para organizarlo todo, no le gustaba que el le metiera el tenedor en su plato cuando estaban comiendo, no soportaba el ruido que hacía cuando orinaba en su baño, ni cuando se le escapaba algún pedo que otro durante la noche, que la desvelaba. En fín que a los cuatro meses de relación ya estaba más que harta, además le iba dejando a su hija en casa aprovechando para que jugara con la suya y él se iba a hacer recaditos.
Ella se cuestionaba  pensando que era muy exigente. Pero una tarde recibió un mensaje de wasap del prenda, así como el que no quiere la cosa le mandó un cartel de un acontecimiento que se iba a celebrar en una piscina de las cercanías. A esa piscina había ido cientos de veces, se bañaba poco pues le daba asco los posibles orines de los viejos nadadores matinales, de las señoras con perdidas temporales de orina, de las meadas infantiles, pero esto último, esta propuesta era lo peor una bacanal, un folleteo múltiple,  su chico le estaba proponiendo ...¡que asco!, además todos esos fluidos pensaban mitigarlos con dos simples cucharadas de cloro, nunca más volvería a frecuentar esa piscina. 
la foto era muy explícita. Sus ojos como platos, ¿que me quiere decir con esto?, ella puso el grito en el cielo e inmediatamente le borró del wasap, después de escuchar de él que era una broma. Se fue corriendo al baño y vomitó todos sus encuentros, sus besos, sus abrazos, sus te quiero, se metió en la ducha y espero hasta que su piel gritó que la secase. Cogió todas sus cosas que en pocos meses eran muchas y las metió en una pequeña nevera que le bajó el para una de sus excursiones, metió mucho hielo para congelar lo todo como su amor y adiós, se cerró de nuevo su corazón, pero esta vez con alegría, menudo muerto se había quitado de encima.
Prefería morir sola que le quitasen la libertad, que le obligaran a hacer cosas con las que no estaba de acuerdo, él iba cogiendo poco a poco su vida, metiendo sus cosas, proponiendo otras, en pocas semanas se le fue metiendo hasta la garganta pero un simple vómito lo quitó de en medio, ahora queda suelto, sediento de otra víctima, que le haga las cosas, que le diga sí a sus propuestas, y que le cuide a su niña. Señoritas....Sálvese quien pueda.