De unos años para acá, competimos con otro handicap elitista para nuestros hijos, el ser o no bilingue. Esto implica que a nivel político se ha presionado a los centros educativos para que sean escuelas con programas bilingues, además estos centros apurados por la competitividad en sus enseñanzas y el éxito en sus resultados, se apresuraban por ofertar programas bilingues, lo que a su vez conllevaba criterios de selección, de nuevo vamos a etiquetar a nuestros pequeños, algunos como el mío mayor con todo notable y cuatro sobresalientes, no entró en bilingue, los padres de los que habían entrado te daban el pésame, desde la superioridad claro está. En otros centros lo hacen por sorteo, donde por casualidad entran alumnos que realmente van a encontrar un rascacielos sin ascensor, en el que se ven imposibilitados a seguir el ritmo de aprendizaje y se frustran, e inevitablemente lo tienen que sacar de bilingue, no deja de ser un fracaso para el chaval y para los padres.
¿Y los profes?, Después de aprobar una durísima oposición, nos encontramos con la tremenda presión de acreditarte, sobre todo si eres de Educación Física, una de las asignaturas asignadas generalmente a ser impartida en inglés, alemán o francés. Así que si no tenemos las circunstancias de vida ideales para dedicarle al idioma lo suficiente para acreditarte, ni ganas, te encuentras relegada en la elección de plaza para tu definitiva en un centro, o te desplazan, por que convierten tu plaza en bilingue, declarando falta de horas y pasas a vagar cada año por un centro diferente, sin poder darle solidez a tus proyectos, ¡que ya es hora !. las plazas más céntricas que te pillan mejor para atender a tus churumbeles, las pillan interinos que además están a finales de la lista, y tu a la deriva.
Además las clases de bilingues, son más tranquilas, por que los alumnos han pasado un filtro, en teoría tienen buenas capacidades y buen comportamiento. Aunque también se ha observado que muchos de los alumnos que asisten a estos programas tienen menos nivel en contenidos específicos de las materias que se dan en inglés que los que cursan un programa ordinario.
¿Y los padres? los padres presionamos a los adolescentes para que entren en el programa bilingue, en muchos casos al no conseguirlo es motivo de frustración, verguenza, e incluso cambio de circulo de amigos, tanto para los padres como para los hijos, ya que al cambiar de grupo en muchos casos cambian de intereses, motivaciones y amigos. De nuevo etiquetados.
Los profes acreditados, los de mi generación que han metido el turbo, y a las cuatro de la tarde mientras tu llevas a tus cuatro hijos a extraescolares, generan el éxodo a la escuela de idiomas, o a las academias privadas, buscan la acreditación exprés, para concursar con más puntos y poder optar a plazas que les interesa y que de otro modo sería imposible, por que pertenecen a programas bilingues.
Muchos de ellos después de acreditarse no optan a las distinguidas plazas por que no se ven preparados, para afrontar dicho programa, Además los alumnos que tienen a esos profesores con la acreditación exprés, denotan la precariedad de dicha acreditación en la pronunciación y en como se desenvuelven.
Para aprender inglés hay que estar sumergido en el idioma, y quizás esta no sea la mejor forma. Pero eso sí viste mucho que nuestros hijos vayan a bilingue, aunque el programa deje muchas víctimas por el camino.
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