viernes, 18 de junio de 2021

NADIE ME AVISÓ

 Nadie me aviso que tras el llanto, habría silencio y los ojos que me contemplaban con admiración se tornarían violentos, agresivos, tristes. 

Nadie me avisó que el mundo en el que desperté, podría tambalearse como el terremoto más intenso y desolador, cruel y malvado.

Nadie me avisó que el barco en el que embarqué, un barco de lujo, lleno de expectativas, se hundiría como el Titanic. Pude ver el fondo y no me parecía tan malo, caer fue lo mejor del ocaso, de la incertidumbre. Ver en lo profundo  me dio fuerzas para impulsarme... pero nadie me avisó.

Nadie me avisó que ese llanto no sería el único, que irrumpí fuerte en un mundo que noquea cuando menos te lo esperas, que anestesia cuando más espabilado estás, que te hace derrumbarte en plena carrera triunfal, que te pone un muro de hormigón para taparte un bonito horizonte.

Nadie me avisó que perdería el ego amando, que lo daría todo por amor, que la mayor renuncia sería el mejor regalo.

Nadie me avisó  que tendría que superar el barrizal de la soledad, el frío, la tormenta, la lluvia que empoza sobre mojado. 

Nadie me avisó que tras la primera inhalación al nacer, tendría que aprender a respirar para no ahogarme.

Nadie me avisó que la vida me conquistaría cuando acababa de rendirme.

Nadie me avisó que cerraría los ojos para no ver en la oscuridad, para no sentir en un cuerpo ni una mente, para pertenecer a una divina energía que abandonaría un cuerpo para no estar pero permanecer en cada uno de los que alguna vez me rozó y me sintió cerca.

Nadie me avisó de nada.



sábado, 12 de junio de 2021

LA TRANSFORMACIÓN

 MIS ALAS ERAN FUERTES, LIGERAS, y TRANSPARENTES

ERAN UNAS ALAS CON MUCHAS ILUSIONES, CON MUCHO AMOR QUE DAR

CON MUCHAS GANAS DE VIVIR Y CON MUCHAS GANAS DE CONQUISTAR.

PERO NO FUE FÁCIL, FUI PERDIENDO CADA PLUMA CON CADA LLANTO

CON CADA DISCUSIÓN, CON CADA AMENAZA, CON CADA GOLPE.

PERDÍ TODAS Y CADA UNA DE MIS PLUMAS Y TUVE QUE DEJAR DE VOLAR.

TUVE QUE ARRINCONAR ME Y VIVIR EN LA OSCURIDAD MÁS PROFUNDA.

A PARTIR DE AHÍ, EMPECÉ A RECONSTRUIR ME. YA NO BROTARON AQUELLAS ALAS, 

TUVE QUE TRABAJAR MUY DURO Y ENTRENAR DIA TRAS DIA.  LAS  QUE EMPEZARON A SURGIR, YA NO ERAN LAS MISMAS.

ERAN PESADAS. ERAN ALAS

DE ACERO, FIRMES E INQUEBRANTABLES, Y AÚN ASÍ, CONSEGUÍ ALETEAR Y LO HICE

CON LA PERSEVERANCIA Y LA FUERZA DE LAS GANAS DE VIVIR Y DE SUPERARLO TODO. 

 ¡AQUÍ ESTOY !

MOVIENDO LAS COMO SI FUERAN LAS ALAS AQUELLAS Y  AUNQUE ESTAS SON PESADAS,

LAS MUEVO CON LA LIGEREZA DEL AVE MÁS HÁBIL  QUE PUEDA VOLAR Y LO HAGO TAN LEJOS

COMO MI PENSAMIENTO RENOVADO  DEJA. 

CADA DÍA, CADA MOMENTO, CADA INSTANTE, DISFRUTO DE SENTIRLAS, MIENTRAS ME RELAJO CON LAS CARICIAS 

 DEL VIENTO.



ANA Y OLIVIA

 Confiadas con un rostro mágico, con un ser al que adoraban, con el que jugaban y reían, al que abrazaban con esos abrazos de koala que no deja resquicios por donde pueda pasar el aire. Al que admiraban y le hacían ojitos, ojitos de ilusión, de amor, de caricias, de besos. Se marchaban con papa para rozarle con sus manos y sus labios, tenía esa magia que tienen los papas. Con él estaban atrapadas en la felicidad.

Se despidieron de mamá, ese pilar que siempre iba a estar allí, sin moverse, porque mamá eran parte de ellas, no algo aparte, era un yo dividido en tres unidas por la vida de por vida y por la muerte por siempre jamás. Mamá no era solo mamá, mamá es el mundo, el universo donde nacer y dónde ir al morir, mamá lo es todo, absolutamente todo.

Se despidieron de papá, viéndole sin  que la confusión ni el daño mataran la confianza ciega que tenían en él.

Cruzaron las dos el umbral de la mano, Olivia nunca dejó de coger firme a su hermana, era el mejor regalo de la vida y también de la muerte. Se abrazaban, reían y se miraban con la ternura de la inocencia más pura. Caminaron hacia una luz llena de mariposas, pájaros, flores y arcoíris mientras el sol les guiñaba un ojo y las nubes les sonreían a su paso. Mientras el cielo se llenaba de bruma de mar y de sal marina, de peces de colores, estrellas de mar, simpáticos delfines y una hermosa ballena con la mirada chispeante.

Nunca supieron que fueron arrojadas a este sueño eterno por la ira, el odio, el rencor, la rabia, la amenaza, la obsesión, la tiranía, la incertidumbre, la desconfianza, el miedo, los celos, la traición y disfrutaron de su viaje juntas. 

Ya al otro lado, el lado de los ángeles, las estrellas, las mariposas, no paran de jugar, de reír, de saltar, de girar una sobre la otra mientras se acarician y abrazan, se revuelcan y se buscan entre las olas de un cielo en el que no transcurre el tiempo, disfrutan gozando sin parar de un parque de columpios eterno.

Sus almas están alrededor de su madre Beatriz, dentro y fuera de ella, en sus ojos, en su mirada, en sus manos, en sus palabras y más juntas que nunca encienden el fuego de la vida y les susurran en miles de señales. ¡Mamá te quiero!, estamos bien, queremos mucho a papa. 

Siempre estaremos juntas contigo, sé feliz que aquí no existe el tiempo y disfrutaremos de este parque de atracciones y columpios, de cuentos, de risas, de monstruos buenos, de princesas valientes como tú, de castillos encantados, de jardines animados, de paisajes tinerfeños. 

Mamá te queremos!!!!!.



Preciosas. Siempre con mamá.