viernes, 30 de agosto de 2019

LO QUE NO SABES DE TI.

Un poder del que no eres consciente, una luz que irradias de modo permanente,
Una sonrisa de confianza que crece en las miradas de los demás.
Ahora un vacío, una parte de ti misma que no sabes como alumbrar,
un interruptor bloqueado que te hace vagar intentando buscar como arreglar una avería
que colapsa tu central de energía. 
Un vacío, y una oscuridad que no puedes aclarar, ¡reanudar la energía!, distribuir de manera distinta, canalizarla de otra forma.
El vacío, solo físico. Tu razón te pide un desapego material aunque siga apegado a ti,
ahora alumbra contigo, adherido tanto a ti que solo sois uno, y la luz no es tan fuerte, tan apasionada y enérgica, ahora es más tenue, más suave, más otoñal. Una luz que mece y abriga, una luz que te coge la mano y te la besa, una luz que acaricia tu cuello, cobijándose en el. Por que en él está a gusto, se siente bien. por que su luz te atraviesa la piel, el corazón y las venas, dándote un calorcito de amor. Quizás es hora de buscarle en tu interior, amándole como hasta ahora pero dentro, olvidando que ese amor tuvo pies, brazos, espalda, manos y que ahora ocupa todo. Un alma protectora, que está en todo lo que te contiene y te rodea.

LOS CORRALES DE BUELNA. CANTABRIA


Ayer era 29 de septiembre del 2019, un día precioso para reencontrarse con personas maravillosas, de esas que te encuentras en la vida y son un regalo para el espíritu, de esas almas limpias como el agua cristalina, a la que te asomas y solo ves un fondo lleno de peces de colores, corales y estrellas de mar, de esas que iluminan tu camino y tu vida, de esas que te gustaría que hubiera a millares por que sabes que el mundo sería distinto, pero no, y tienes que dar gracias a que el destino te las haya regalado.
Era el curso 2014/2015, un 3º de la ESO, revoltoso como suele pasar en esos niveles. Allí estaban ellas, mellizas. Dos preciosas mujercitas con tanta sabiduría, capaces de empatizar con la debilidad, con la fragilidad e incapaces de tolerar la injusticia. Luchadoras en sus palabras, carismáticas y llenas de sabias reflexiones. Un par de pensamientos inquietos en el saber, con infinidad de preguntas que resolver, con ganas de crecer para enfrentarse a un mundo injusto, atolondrado, rasurado en valores. Un mundo lleno de fisuras donde parte de él llora y lamenta las injusticias y el otro lado impermeabiliza su conciencia.
María y Esther, sois tan bonitas. Ayer hubo magia, mucha complicidad como siempre, cada vez que estoy con vosotras, aprendo muchísimo. De vuestra juventud, inteligencia, sensibilidad. Siempre pensé en vuestros padres, en lo bien que lo han hecho en parte, la otra se lo agradezco a las almas buenas que decidieron encarnarse en vuestros bellos cuerpos.
Ayer aluciné con todas las frases y dichos que os decía en clase y al parecer os han ayudado en algún momento y que nunca fueron las reglas de ningún deporte. Nos reímos mucho, me hicisteis sentir importante, fuisteis un chute de adrenalina y felicidad. Un encuentro fantástico, mágico, emocionante. 
Gracias por que sois increíbles, por que estando aquí, sois una garantía para el cambio. Un mundo más digno, mas justo, mas hermoso. Porque vuestra presencia augura un destino lleno de confianza, valentía y resiliencia. Acordaros siempre del cuento de las tres puertas. 
Esther, te deseo un precioso curso en la universidad, lleno de aventuras y crecimiento personal.
María eres muy valiente, los cambios requieren de ímpetu, de impulso, de fuerza que rompa la inercia de lo continuado. Este año va a ser un año de muchos descubrimientos internos. El comienzo de una historia interminable, maravillosa.
Martín, tan creativo, estiloso. Que se prepare Madrid. La Cibeles, no sabe que llegas y que le puedes cambiar su estilismo. Disfruta a tope. La plaza del sol, te espera más radiante que nunca.
Eva, la preciosa Eva. Deseo que la fantástica sonrisa que reinaba en tu boca y tus ojos, vuelva con más fuerza que nunca. Empieza a sonreír de nuevo. Ya sabes sonrisas atraen más sonrisas.
Os admiro mucho queridas y querido alumno y ya sabéis que la admiración es uno de los principios del amor verdadero. 
Ayer no hizo falta foto, ni selfie, ni instagram. Ese encuentro se nos quedó grabado en la memoria del alma, como un tatuaje de esos que perduran, en el que no se confunden las líneas con el tiempo ni pierde el color.
Hasta pronto.

jueves, 29 de agosto de 2019

LA REGRESIÓN

Era el 2 de abril de 1812, Marta vivía en un palacio en la localidad de Alcalá de Henares, su familia era aristócrata y dueña de la mayor parte de las tierras de la zona. Su padre administraba las tierras. Tenía tres hermanos varones más pequeños que ella. Su matrimonio estaba concertado con un terrateniente francés, pero un día paseando a caballo por las fincas colindantes a su casa, conoció a Jaime, empezaron a hablar sobre los árboles centenarios, que casi levantaban sus raíces a la altura de sus ramas, él conocía muy bien la vegetación ya que era médico y experimentaban con plantas medicinales y raíces de árboles. El padre de Marta, cuándo se enteró montó en cólera, ya que el matrimonio de su hija era un buen negocio para él, en gran parte se consolidaba con la labor intermediaria del francés, el arrendamiento caro a familias francesas que venían a conocer la zona y a pasar largas temporadas en Madrid y que pagaban cantidades desorbitadas por dichos alquileres.
Un día el padre de Marta y su cuadrilla simularon una sesión de caza y mataron de un balazo certero en el corazón a Jaime, que recogía sus raíces para los jarabes que suavizaban la tos y las fiebres altas. 
Marta se casó con el francés y su vida fue triste, muy triste. Su madre le decía que se cogiera trenzas, que la tristeza se quedaba presa en ellas, pero Marta se hundía en su nostalgia y melancolía. Perdió a dos criaturas en menos de dos años, y con el tercer embarazo hicieron un entierro por duplicado.
Septiembre 2019, es la décima sesión de Irene en la psiquiatra, no encuentra sentido a su vida. Después de un divorcio de mutuo acuerdo y de un trabajo en el que no se acaba de hallar, necesita terapia, alguien que la escuche y que de significado a lo que siente. Cuándo acaba y sale por la puerta después de despedirse de Laura, se fija en un señor, que se levanta parece ser la siguiente cita de Laura. No puede evitar sus ojos, es una mirada, tan familiar. El parece encontrarse en igual situación, se miran profundamente pero al final se cruzan y se distancian en una situación que solo da lugar a interrogantes. Mientras baja la escalera no puede dejar de pensar en sus ojos y no entiende nada. 
Llega la consulta número once, Marta le dice a Laura que necesita que le haga una terapia de regresión para entender por qué siempre tiene esa sensación enorme de vacío. 
Aparece nerviosa, se tumba en el diván y entra en un estado de profunda concentración. Empieza a hablar. Llevo un vestido largo, casi no puedo respirar, lloro desconsoladamente, me pregunto el por qué lo han matado, era lo que más quería en el mundo, mi alma gemela. De pronto empieza a recordar, se estremece diciendo: - Es él, es él. ¿Quién, pregunta Laura?. El chico que esperaba en tu consulta el día que salí, nuestras miradas se cruzaron y se mantuvieron por que nos conocíamos, estuvimos juntos y nos separaron.
Laura le sugirió a Luis, hacerse una regresión. Luis se fue a principios de 1800, era médico y utilizaba plantas para curar. Estaba muy enamorado de Marta, se conocieron hablando de árboles centenarios mientras paseaban a caballo por Madrid. De pronto a Jaime le empezó a latir el corazón muy deprisa. Me están apuntando con una escopeta, es el padre de Marta. Me dejan tirado en junto a un roble, ensangrentado. No puedo despedirme de ella.
Laura no daba crédito, era la misma historia, con el nombre del asesino, el padre de Marta.
En la siguiente consulta Laura los reunió para hacer una regresión a dúo, les contó la similitud de su historia y accedieron en la aventura de qué ocurriría. 
Relataron la misma historia en diferentes tiempos, pero cuándo las historias se unieron en la muerte y la tristeza, se dieron la mano, así salieron de la consulta sin soltársela. Nunca más se separaron.
Vivieron lo que un disparo rompió. El amor era tan fuerte que supo esperar para que el destino los volviera a unir.

martes, 27 de agosto de 2019

LOS PÁJAROS

Lucía se gestó, nació y creció en una cárcel emocional. Sus padres también vivían en su propia prisión. En su casa habían barrotes de odio, frustración, rencor, desconfianza, miedos, baja autoestima, falta de capacidad de resiliencia, violencia y acoso. Una familia aparentemente normal, pero llena de barrotes. 
Lucía se pasaba horas en la ventana, mirando a los pájaros libres, volando como cometas sobre el mar, ondeando sobre una aire limpio que ella, no podía disfrutar. Pensaba que con el tiempo, se marcharía de allí, estudiaría fuera y podría librarse de la cárcel.
Cuándo iba al colegio, se sentía igual. Sus miedos, desconfianza, falta de seguridad le hacían temblar cada vez que cogía el camino obligado. Tenía pesadillas, el camino se inundaba, a veces se veía descalza, o sin ropa interior y otras veces soñaba que volaba al ras de todo, muy cerca de las personas y las cosas, pero sin tocarlas. 
El tiempo, pasaba lento, tan lento que se  eternizaba. La angustia y la ansiedad ocupaban toda su pequeño ser. A duras penas vivía, a duras penas respiraba, a duras penas soñaba y no tenía pesadillas. Su futuro sin ilusión. Su única esperanza era crecer para liberarse de los barrotes que apretaban su cabeza, que oprimían su sienes.
Lucía, creció y se hizo una mujer, abandonó la cárcel física de su casa para conquistar nuevos horizontes. Pero no se daba cuenta que la cárcel la llevaba a cuestas, solo cambió de carcelero, unas veces eran amistades que guardaban su prisión, y al final su relación de pareja que acabó siendo su funcionario de prisiones durante veinte años. Años en los que no dejó nunca de mirar por la ventana, de mirar a los pájaros volar.
Lucía fue abandonada por su marido con dos pequeños de siete y tres a años. Le dejó la prisión abierta, para que pudiera salir, pero no sabía hacerlo, no sabía ser libre, cada paso fue muy doloroso, lleno de miedos y terror a ser libre, a volar como una cometa sin dirigir por nadie, a no ser manipulada ni paralizada por las palabras de la extorsión, de la manipulación, del abuso. Pero ella sacó fuerzas y fue arrancando cada uno de los barrotes, los colocó en el suelo y pasó por encima de ellos.
Entendió su vida, tuvo amor y compasión por ella misma, se hizo con la oportunidad de ser libre y la aprovechó, aunque el camino fue duro y difícil. Pero mereció la pena, el sabor de la libertad sabe a viento fresco, a ráfagas de aire limpio, a espacios que dan vértigo pero que invaden el placer de tu conquista. 
Conseguir la libertad cuándo toda tu vida has estado viviendo en una cárcel es duro y difícil, pero en esta vida no existe lo fácil, y siempre tienes la oportunidad de ser libre, depende de ti.


domingo, 25 de agosto de 2019

ERES PERFECTA EN LA IMPERFECCIÓN

Eres perfecta en la imperfección, tus rasgos inyectan la diferenciación. Mírate con amor y compasión, nadie tiene derecho a definirte, a decirte cómo eres, ni quien eres, ni donde vas, ni como miras ni te mueves.
Eres perfecta en la imperfección, gústate cuándo te miras, sonríe, ¡estás aquí!.
Todas las mañanas, te esperan momentos que sin ti, no serían los mismos.
Tantos momentos bonitos has compartido contigo misma, tantos...
Tanto orgullo por tu firmeza, por tu honradez, por tu bondad y tu quehacer.
Eres perfecta en la imperfección, tú no necesitas comparación, ni medidas, que te dibujen, estás dibujada para romper cánones, moldes, morfotipos.
Tu voz interna es tu aliada, ¡no tu enemiga!. Eres perfecta en la imperfección.
No busques quién te honre, quién te halague, quién te regale, quién te columpie.
Coge impulso desde que te levantas, respira profundo, agradece que eres maravillosa, un precioso ser que cumple años, que envejece con dignidad. Cada arruga es un mapa que solo tu entiendes, que tu valoras como nadie lo hace. Cada órgano funcional de tu cuerpo lo ha dado todo por ti, agradece su trabajo. Cada paso que has dado no te lo han regalado lo han hecho tus piernas, tus brazos. Cada peso que has llevado agradéceselo a tu espalda. Cada solución que dilucidabas a tu mente innovadora, creativa. Cada fracaso agradéceselo a tu ansia de superación.
Eres perfecta en la imperfección, tus rasgos inyectan la diferenciación.
Da gracias a como eres, sabiendo que siempre tienes en tu poder una pequeña transformación, tienes en tu dominio el poder del cambio, el poder de tu éxito personal. No esperes sentada, levántate y camina a tu encuentro, el arca perdida está en tu interior, la llave la tienes tú, el camino lo vas encontrando tu. Tú, tienes el poder y la gloria.
Eres perfecta en la imperfección, tus rasgos inyectan la diferenciación.


BOB ESPONJA

Esta mañana, me dormí y ese retraso en mis tareas matutinas, hizo que en parte de ellas, la pequeña de la casa estuviera despierta. Así que no quedó otra que meditar con Bob Esponja y la piña debajo del mar. De ella salió poner más flojo el volumen, mientras me situaba en la alfombra. Esa alfombra mágica que hoy me llevaría al Amazonas.
Al principio, solo escuchaba las voces de esos personajes estridentes, atrevidos y a veces maleducados que en mi casa han acompañado a los cuatro, ahora ya adolescentes menos la pequeña de siete años, que disfruta con todas las insensateces de esos personajes. Tengo que admitir que son divertidos, una panda de TDH sin diagnosticar ni medicar.
Empiezo a respirar profundamente, el ritmo lento y profundo de las inhalaciones y el fluir de las exhalaciones, me llevan a sentir un ligero vaivén en la espalda, como pequeñas ondas de agua, que se dibujaban en mi espalda. Noto mucha estabilidad y un sol que deja entrever sus rayos a través del rico encaje verde que se dibuja en el agua y en mi cara. 
Estoy muy sola pero me siento acompañada, estoy en silencio pero siento que me comunico con cada árbol, con cada hoja. Todo mi cuerpo se siente seguro y relajado, formando una única línea con el agua. Se escucha la brisa, el rumorear de las hojas, el piar diverso de los pájaros, el rugir de un placer que no protesta, si no que fluye en un entorno paradisíaco. No necesito nada, no echo nada de menos, en este momento no tengo nada, sola en un entorno que me protege, rodea y acompaña. No me piden, no pido. solo ocupo, sin ocupar el volumen de un cuerpo mimetizado con el ambiente, como un camaleón en una hoja. 
No escucho voces, ni críticas, no existen peleas, ni envidias, no hay competitividad, nadie se enfada, por que no existe nadie, quizás ni yo misma. No hay necesidades, ni consumismo. el estómago vacío se siente lleno de un placer que va más allá de lo físico, de un no querer despertar.
Fluir con el agua, con la brisa, con la luz. Sin preguntas, sin saber cuándo acabará mi viaje, ni por qué en el Amazonas, aquí no importa el destino solo lo que en este momento surge. Sensaciones que protegen el alma y que no dan que hacer, solo fluir, solo dejar pasar, sin querer que pase, sin necesidad. 
De pronto, algo me hace volver, algo que merece la pena. Una niña que cansada de verme viajar y fluir me aprieta el dedo gordo del pie y me dice: ¡Mamá, te quiero!. Solo algo así puede hacerte regresar de tan maravilloso viaje.


sábado, 24 de agosto de 2019

EL ENANO, FEO Y GORDO.

¿Cuántas veces vas por la calle y te das la vuelta para ver algo importante que ha pasado por tu lado y se va sin poder remediarlo. Una fuerza extrasensorial que te llama a girarte, quizás tu alma gemela.
Dicen que las almas gemelas siempre dan tres oportunidades de encuentro, a veces no somos conscientes del todo de que estemos perdiendo una gran oportunidad, pero las vidas llevan diferentes ritmos que se rinden al destino. Álvaro y Muriel tuvieron dos encuentros casuales por la calle y al tercero antes de cruzarse Muriel se quedó parada frente a él, no esperaba que el también lo hiciera, pero así fue. Se diagnosticaron como almas gemelas, se pensaban y soñaban antes de conocerse en esta vida, pero parecían conocerse de muchas otras, inseparables.
Se casaron y tuvieron a Rodrigo, un precioso bebe de tez dorada y piel caramelo.
Muriel enfermó después del parto y murió de una septicemia. Álvaro se veía incapaz de salir de su depresión, cuidar a Rodrigo y trabajar. Se casó con una compañera del trabajo divorciada y con dos hijos adolescentes. Los niños temían que su madre se encariñara con el bebé y le daban mucho trabajo para que no le hiciera caso. Se metían con Rodrigo, le decían enano, feo y gordo.
Así creció Rodrigo con un enano , feo y gordo en su interior. Era un niño muy observador e inteligente y aunque hablaba poco sus respuestas eran muy acertadas  sobre todo en el colegio, aunque siempre se mostraba un poco retraído.
A los quince años, su padre le dio una carta de su madre, la había escrito antes de marcharse. Le contaba todo lo que se querían su padre y ella, que fueron y serán siempre dos almas gemelas. El fue el mayor regalo que les hizo el universo, además de su coincidencia en un mundo tan poblado de personas. 
le describía siendo bebé y auguraba su futuro como un niño muy observador e inteligente, alto y espigado, fuerte, guapo y muy valiente. Terminó la carta diciéndole que siempre estaba a su lado, que pensara en todas las noches, en los susurros que escuchaba y que le ayudaban a dormirse. 
Rodrigo sonrió, besó la carta. Fue al espejo, se miró. Llamó al enano, feo y gordo le dio un beso en la frente y le invitó a que se marchara, ya poco podía hacer en ese cuerpo y en esa mente que descubrió una realidad que no coincidía con la que vivía.
Pasaron los años...
Rodrigo trabajaba en una multinacional. Una mañana salió a tomar un café al bar de la esquina, cruzó la calle y de manera hipnótica se dio la vuelta. Una preciosa mujer vestida de rosa y playeras moradas le dejó boquiabierto. Sus miradas se encontraron y con la timidez de haberse dado los dos la vuelta siguieron andando. En los siguientes días, siguió saliendo a tomar café, pero no volvió a verla.
Un Domingo de otoño, fue a pasear a Atasco, su perro chucho, mil razas. Entonces se la volvió a cruzar y ambos se dieron la vuelta. Pero siguieron sus caminos.
Meses después el veinticuatro de diciembre, Rodrigo salió a comprar unos regalos y paró en el bar de la esquina, ese donde iba cuándo estaba trabajando, pidió un café y allí estaba ella. Fue la tercera vez y la última, ya que no volvieron a separarse. 
Tras el cristal del bar, Rodrigo vio al enano, feo y gordo deambulando por la calle, un poco despistado. De pronto vio a uno de sus hermanastros y observó como se metía en el cuerpo de él, quizás el enano, feo y gordo también había encontrado a su alma gemela.

viernes, 23 de agosto de 2019

SURI.

Suri, solo tenía 19 años, había vivido en silencio toda su vida, desde que descubrió que la normalidad de su cultura no la convencía, e inició un viaje en su pensamiento. Un viaje en el que su alma la empujaba a dibujar una huida hacia un mundo de libertad. En el que podría marcharse siempre que quisiera sin tener que escapar, sin tener que huir, sin doblegarse ni ser sometida.
Suri, sufrió la ablación, violaciones y abusos extremos por parte de familiares y vecinos de su poblado. Hasta que no tuvo a Batsi, su muñeca no se dió cuenta de que nació perfecta, de que no le sobraba ninguna parte de su cuerpo. No quería ese infierno para su niña. Una niña querida y amada desde que empezó a hacerse hueco en su útero. Cuándo nació vio agua  cristalina como la de su río, en el que aprendió a lavar su cara, a limpiar sus lágrimas, a beber y tragar lo que no entendía, a nadar como una sirena, discreta por la superficie, pero como un proyectil fuerte, intenso, unidireccional. En busca de la esperanza para su hija.
Su abuela Mirla, le hizo una cicatriz profunda en el pecho, decía que esa herida seca la salvaría de muchas violaciones, y aunque no fue así entre sus familiares y vecinos, ante los desconocidos que la desnudaban creaba mucha inseguridad y la dejaban marchar.
A los dieciocho su tío la violó y dejó embarazada de Teko, un precioso niño negro como la oscuridad más intensa pero con dos ojos azul cielo, que al mirar solo te permitían despegar todo tipo de sueños, esperanza, anhelos. Realmente como un ángel venido de lo más divino.
Una noche cerrada, Suri emprendió su viaje, visualizado cada segundo de su vida. Sabía que iba a ser duro, muy duro pero ya conocía y estaba familiarizada con el abuso, con el maltrato de su cultura, con el sometimiento. Ese viaje prometía libertad para sus hijos, educación, respeto para Batsi y que en los ojos de Teko no se vieran reflejados los de muchos hombres de su poblado, que solo veían a la mujer como un objeto de deseo, placer, y perpetuación.
Tras meses de una dureza extrema, de venderse, de negociar, de apurar, de llegar al límite salvaguardando a sus pequeños, llegó a la patera.
Su último lujo, fue comprar dos salvavidas para Batsi y Teko, los rodeó con mantas para que si volcara la patera, no se agarraran a ellos. Estaba lleno de hombres, algunos no alcanzaban los quince. 
Suri y sus hijos fueron los últimos en entrar. Había levante, prometía ser un viaje difícil, pero a estas alturas, ¿Que no lo era?.
Entraron en el estrecho, la patera era como una montaña rusa, Batsi y Teko no paraban de mirar a su madre, les daba miedo el agua. Cada vez se ponía más brava la mar y un par de olas pasaron por encima mojándoles completamente. Suri, tenía miedo, no quería perder lo que más quería y los agarraba tan fuerte que ocupaban menos que cualquiera de los que estaban allí.
 Era felíz, había sido capaz de emprender su sueño, un camino que a priori era un imposible y lo que estaba ocurriendo lo había imaginado como posibilidad, preparándose para todo lo que pudiera pasar.
A siete kilómetros de Tarifa, una enorme ola pasó por encima de la patera, cuándo esta salio a flote, estaba completamente vacía. Suri salió  a la superficie y buscó a sus niños. Vió a Batsi con su salvavidas boca arriba, nadó hacia ella y le dio la mano, después a unos cinco metros observo a Teko, que lloraba entre las olas, fueron hacia el, despacio, tan lento que parecía una película que nunca acababa, pero lo alcanzaron. Suri, los empujaba, alejándoles del resto, no quería que se apoyaran en sus hijos para salvarse, todos agazapados en la patera. 
Al cabo de unos minutos, se dejaron llevar por el agua para descansar. Algo se posó  flotando encima de ellos, no sabían que era. Suri, se relajó tanto del agotamiento que se fue hundiendo mientras veía los pequeños pies
de sus niños. 
Sabía que sus sueño se había cumplido, sus hijos conocerían la libertad. Su alma ya había salido de su cuerpo y veía como ese enorme artefacto con alas que giraban una y otra vez rescataba a sus niños.
De pronto volvió a su cuerpo, algo la empujaba, era como un impulso salido de lo más profundo, un pez gigante, que la sacó a la superficie. ¿Un delfín?
Suri, cumplió su gran sueño, el que había visualizado tantas veces. Ahora es libre como sus hijos, estudia y trabaja. Batsy y Teko estudiaron derecho y relaciones internacionales. Saben cinco idiomas.
Pero el idioma más importante es el que le enseñó su madre, el lenguaje con el que te hablas, el interno, el que te permite conseguir tus sueños.















































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miércoles, 21 de agosto de 2019

¡MÍRAME A LOS OJOS!, MIEDO.

Oscar, nació con mieditis alérgica. Su madre, tenía miedo de todo y ese miedo se lo inyectó en vena. 
Cuándo Oscar salió al mundo tuvo tanto miedo de no saber donde estaba ni con quién, que entró en parada cardiorespiratoria. Su madre empezó a gritar y a Oscar se le hundió el abdomen hasta que inició un llanto de pánico, que alivió a las enfermeras y a la matrona.¡ El niño estaba bien!.
Creció en el miedo, la desconfianza, el pánico al fracaso. Iba al colegio con la sombra del miedo detrás, siempre detrás. Tenía miedo a hablar, a salir a la pizarra, a mirar a los ojos, a tener amigos y se recluía en su soledad siempre con la sombra del miedo, que lo rodeaba, que lo inundaba, que no le dejaba ver, sentir, escuchar ni percibir la vida desde la confianza. Tenía miedo de todo incluido de el mismo. 
Un día después de hacer los deberes con miedo, ducharse con miedo, cenar con miedo. Se dispuso a dormir con los tres puntos de luz de la habitación por que tenía pánico a la oscuridad, tanto que se dormía todas las noches llorando.
Esa noche, corría en su sueño como alma que lleva el diablo, le perseguía la sombra del miedo. Cuándo estaba, ya a punto de pillarlo, Oscar se dio contra una pared y cayó al suelo, atontado por el golpe, miró de lado y vio que la sombra estaba esperando cualquier movimiento para actuar. 
En la pared, aparecieron tres puertas con sus tres salidas respectivas. la primera, era la puerta de la confianza. No se lo pensó dos veces y rápidamente entró por ella, cuándo salió, se encontró con una silla frente al miedo. Se quedó sentado mirándolo sin parpadear. La sombra se hizo un poco más pequeña de lo que era. Decidió entrar en la segunda puerta, era la de la valentía. Cuándo salió se encontró que ya no había ninguna silla y se quedó mirando al miedo de pie y de frente. El miedo se hizo más pequeño todavía. Se dio la vuelta y entró en la tercera puerta, la de la resiliencia. Al salir vió un camino en dirección al miedo y lo tomó andando y salvando de vez en cuándo alguna piedra, tronco o riachuelo del camino. El miedo se hizo tan pequeño que desapareció.
Cuándo despertó, Oscar se miró al espejo y vio que la sombra del miedo había desaparecido, se observó y se estudio, se miró con el respeto con el que nunca lo había hecho, se sintió orgulloso de ser valiente y sabía que ya no había vuelta atrás. Los sueños se cumplen y el sabía que sus miedos nunca más condicionarían su vida. ¡Era un valiente!.

UNA PUERTA A LA PLAYA

Un escalofrío, me hizo despertar, arroparme con fuerza, estirarme entre las sábanas blancas y levantarme. La puerta se entreabrió y salí, hundiendo el pié derecho en la fría arena. Una arena aterciopelada, tan fina que iba cayendo a cada paso como lo hace en un reloj de arena, que te hipnotiza y que no puedes dejar de mirar. Sentía como se escurría entre mis dedos. 
El horizonte estaba matizado por la luz de un sol naciente que abrazaba un paisaje iluminado todavía por lo que había sido una noche estrellada. El agua cristalina dejaba entrever un fondo lleno de vida y de color. Las olas eran sutiles y llegaban a mis pies con suavidad, envolviéndolos de paz y serenidad.
El sonido relajante del agua, el canto de las gaviotas, una brisa refrescante iba hidratando mi cuerpo en cada paso. 
Apareció una pequeña barca con un pescador, iba a motor, pero muy despacio disfrutando de la ruta, mirando todo lo que se encontraba a su paso, cualquier detalle era muy potente para los sentidos.
El silencio, era un canal abierto para la entrada de todo aquello que se despertaba, peces que saltaban en el agua tranquila, pájaros que despegaban sobre una pista celestial, la arena mecida por las olas en la orilla. 
Las huellas que dejaba al andar, eran dibujadas al detalle, tan perfectas que parecían no borrarse nunca, pero en un instante llegaba el agua y las hacían desaparecer como si nunca hubieran estado allí. 
Sentí los inquietantes primeros rayos de sol en mi rostro, sentí un calor acogedor que avivaba el estremecimiento de los escalofríos del rocío. Sentí la emoción de despertar y el agradecimiento de poder vivir esas sensaciones tan potentes al atravesar una puerta a la playa.

lunes, 19 de agosto de 2019

QUERERTE

Para tenerte me partí en dos, como parto España para llegar a Ceuta.
Para quererte, lo hice desde que te presentí dentro de mi.
Cuándo naciste sin ver, te vi, te memoricé, repasandote una y otra vez,
aprendiendote sin reglas  mnemotécnicas.
Te acaricié con mis palabras y te besé con mi mirada.
Soñé con un precioso camino de vivencias juntos, de aprendizaje.
El amor me sorprendió, como nunca lo había hecho,
me dejó desnuda ante mis defectos, mis espacios vacíos.
Descubrí un mar de dudas, un mar de miedos, un mar de bruma.
Mis raíces temblaban contigo, con tus pasos, con tus caídas.
Tus lágrimas me escocían, tus heridas me dolían, tu dolor me infectaba.
Pero contigo aprendí generosidad y dar cuándo pensé que ya no daba.
Tu tristeza, me activaba a empujarte para que empezarás a andar de nuevo.
Volar solo, llorar sin que nadie recogiera tus lágrimas, esperar que secasen, 
y volver a andar. Por que debía dejarte sin abandonarte. ¡Qué dificil!.


EL CUENTO DEL CORAZÓN Y EL ALMA.

Un corazón sollozaba, encogido, triste y arrugado. Vencido, decía en voz alta. Soy un corazón viejo llevo latiendo años, dando amor, abriéndome a los demás y no consigo que me devuelvan lo que dí, me siento pesado, me pesa hasta mi latir, no creo que sea justo este trato. 
Por su lado pasó un alma excelente, se abrió con los brazos abiertos y mirándole sonriendo dijo: ¿que te pasa corazón?, ¿estás triste y desolado?, ¿que esperabas de la vida?. El amor, es valiente, aventurero, altruista, absoluto, maravilloso, envolvente, gracil y encantador. Se da apasionadamente y no se espera devoluciones. En las devoluciones siempre se pierde. Cuándo tu das sin esperar nada, dentro de ti se genera una tierra muy fértil de amor para todos los que te rodean, sin sufrimiento, sin pesar. Lo das todo a cambio de nada, pero dentro de ti, aparece el amor incondicional hacia ti mismo, un amor que desborda y que debes compartir, si no explotarías, no podrías contenerlo para ti solo.
El corazón miró hacia el alma y le dijo: ¿Por qué eres tan, tan generosa, alma?, soy el alma de la excelencia, doy sin esperar nada a cambio, ando, vuelo, navego con los brazos abiertos para abrazar todo aquello que me encuentre, sin juzgar. Estoy por encima de la vida pero a veces me disfrazo de ella, siento ternura por los límites de la mortalidad.
El alma cogió al corazón de la mano y le dijo: echa tus aurículas hacia atrás, contrae tus ventrículos.
estira tus arrugas y enseña tus cicatrices, siente te orgulloso de ti mismo, un órgano tan importante en la vida y la muerte, el marcador de la existencia en la tierra. Camina seguro, sigue dando amor con excelencia sin esperar ninguna devolución, dalo todo, todo, absolutamente todo y tu último pulso será dichoso, será grandioso, será excelente y tu paso será único y maravilloso. ´
Ábrete a la vida mientras estés en ella, camina con seguridad. Yo estaré contigo hasta tu último palpitar.
El corazón se tornó más rojo que nunca, más apasionado que nunca, empezó a latir con fuerza, se estiró todo lo que pudo, se hizo más grande y hermoso. Nunca más ni en su último pulso volvió a estar encogido, triste y arrugado.

domingo, 18 de agosto de 2019

UN ATARDECER.

Aparecía limpio el cielo, las nubes parecían haberse arrinconado en algún lugar lejos de allí. La brisa fresca anunciaba un nuevo otoño, las hojas todavía se resistían a caer y seguían verdes llenando los árboles frondosos. Un limonero esplendoroso, con unos enormes limones, un roble milenario, rodeado de fuertes raíces, semejaban un brazo robusto lleno de venas, un brazo curtido con mucha historia. En él se apoyaron caballeros antes de morir, amantes que encontraron en él un sitio donde cobijarse, niños que jugaron sin descanso a subirse y sentarse en sus ramas, sabios que se sentaron debajo de su copa para pensar, personas que disfrutaron de su imagen al paso de un bonito paseo, otras que pasaron huyendo de algo, corriendo o al galope de algún bonito caballo. 
En frente un ilustre sauce que como una sombrilla de dimensiones increíbles dejaba caer sus ramas como un fuego artificial que nunca se apaga. Debajo del árbol un sillón blanco con cojines de hojas, parecían mimetizarse con el ambiente, y una mesita de piedra donación de la propia naturaleza, perfecta para apoyar un rico café calentito,de esos que se toman a sorbitos pequeños sin azúcar, el momento ya es suficientemente dulce y amable para edulcorar cualquier cosa que haya en el ambiente.
Este jardín pertenece a una pequeña casita cerca del monte Dobra en Cantabria. Es un rincón único, parece bendecido por los dioses, esos que escondieron la felicidad dentro de cada ser humano, en un juego cruel, sabiendo que allí nunca buscarían y haciendo que fuera algo imposible de encontrar.
Solo para aquellos que han sufrido y se han descarnado y no les ha quedado otro remedio que silenciarse para encontrarse de una manera que nunca habían pronosticado hacer. Así sin más en el más profundo silencio, con la brisa del aire lento, con la fugacidad del momento, del canto de los pájaros, del susurro del agua de la fuente, del rumor de las hojas al moverse, sin brújula hemos llegado allí, estamos allí. 
Paseo hasta el sauce, notando como mi piel lo celebra, voy descalza notando el deslizar de mis pies por el suelo de tierra, me siento en el sillón blanco, la serenidad, la tranquilidad, las vibraciones, los colores, matices de un hermoso atardecer, donde el sol se despide con humildad para presentar a una l una llena que va apareciendo como en un mar de tules, tímida pero pletórica. 
Me recuesto, una pequeña rama del sauce acaricia mi brazo, queriendo agarrarlo para que forme parte de él. Sigo leyendo mi lectura actual, la tierna Calpurnia Tate de Jaqueline Kelly. Una niña que no quiere seguir con los modelos femeninos de la época de finales del siglo dieciocho, quiere ser científica y para ello descubre a su abuelo, que aunque vivía con él, nunca lo había conocido realmente. El le ayuda a saber realmente hacia donde quiere ir y que quiere ser.
Se acerca de manera elegante, sus pisadas apenas se escuchan y sus movimientos son tranquilos y serenos. Me trae una maravillosa taza estampada con florecillas de primavera, y se llena el ambiente de olor a café. Trae serenidad, integridad, valores, confianza, carisma, iniciativa, amor. Cada pisada
es parte de una energía tan positiva y hermosa que siento que me acaricia sin tocarme, que me besa sin besarme, que me quiere sin decírmelo.

martes, 13 de agosto de 2019

MI SUEÑO.

Esta noche soñé  que saltaba de una nube a otra, estaba todo oscuro e iluminado. Estaba la luna y las estrellas. El sol, dormía plácidamente, aunque su existencia sabía delegar la luz a la luna, una luna redonda, hecha con la perfección de un compas. La vi tan bonita, que me subí a ella, me tumbé y ella me meció cariñosamente, con la suavidad de lo tierno. Mi pelo flotaba rozando un firmamento cálido.
Desde allí observé señales de luz, era como un lenguaje morse, que sin entender, entendía. Me decía lo importante que era tenerme allí, todo era una fiesta, confiaban todos los astros en mi, quizás más que yo. Me decían que confiara más en mi, que tenía una misión muy importante. 
Me dijeron que yo era tan importante, era una jardinera de emociones, de confianza, de retos, de cariño, de coherencia. Este año tenía un reto, hacerlo mejor que ningún  otro curso con mis alumnos. Debía encontrar la clave que transformase la educación.
La luna me dejó caer en un abismo que parecía no tener fin. Pero nunca aterricé, escribí inmediatamente después de despertar la palabra confianza. Sabia que ahí estaba la clave. Ahora a trabajar.

sábado, 3 de agosto de 2019

CUANDO MAÑANA, COMIENCE SIN MI.

CUANDO MAÑANA COMIENCE SIN MI. DE DAVID M.ROMANO.1993

Cuando mañana comience sin mí.
Y yo no este aquí para verlo,
si el sol se alzase y encontrase tus ojos
rebosantes de lágrimas por mi,
ojalá no llores
como has llorado hoy,
al pensar en las muchas cosas
que no llegamos a decirnos,
sé lo mucho que me quieres,
tanto como te quiero yo a ti,
y sé que cada vez que piensas en mi
también tu me echarás de menos,
pero cuando mañana comience sin mi,
intenta entender por favor,
que vi un ángel y me llamó por mi nombre,
y me tomó de la mano
y dijo que me esperaba mi sitio
en el cielo, en lo alto
y que tenía que dejar atrás
a todos los que tanto amo.
Pero al volverme para marchar,
se me escapó una lágrima,
por que siempre había pensado
que no quería morir.
Tenía tanto por lo que vivir
tantas cosas aún  por hacer,
que parecía casi imposible
que estuviera abandonándote.
Me acordé de todos los días de ayer,
los buenos y los malos,
de los pensamientos y el amor que compartimos.
De lo mucho que nos reímos.
Si pudiera revivir el ayer,
aunque solo fuese un momento,
te diría adiós  y te besaría
y quizás te viese sonreír.
Pero entonces, me di cuenta
de que esto nunca podrá ser,
por que el vacío y los recuerdos
ocuparían mi lugar.
Y cuándo  pensé  en las cosas del mundo,
que podría extrañar al llegar mañana, me acordé de ti
y al hacerlo, mi corazón  se llenó de pensar.
Pero al cruzar la puerta del cielo
me sentí en casa,
al ver que Dios me miraba y sonreía
desde su gran trono dorado
y me decía: He aquí  la eternidad,
y todo lo que te había prometido.
Hoy tu vida en la tierra es cosa del pasado
pero aquí comienza de nuevo
No te prometo un mañana,
porque hoy durará eternamente,
y como todos los días serán  el mismo,
no habrá nostalgia por el pasado,
has tenido tanta fé,
tanta confianza, tanta fidelidad...
aunque hubo veces en que
Hicistes algunas cosas que
sabías que no debías.
Pero te he perdonado
Y ahora al fin eres libre.
¿No quieres venir, cogerme de la mano y compartir mi vida?.
Así que cuándo mañana comience sin mi
no creas que estaremos muy lejos
por que cada vez que me recuerdes
estaré ahí mismo en tu corazón.