las leyendas del refrito
Esas mujeres grandes de corazón y de percha, de mirada profunda e inquietante, de vida de sueños, de cándidas manos, de olores que dan hambre, de fuerte perfume y pisada ceremoniosa. Esas que calman el estómago y las entrañas de los que tienen a su lado, de abrazo eterno, de alma apasionada, se evaden en la lectura y en cada refrito vuelan a lo más alto, a lo más lejano, a lo cotidiano. Vivan las mujeres del refrito, del amor en la cocina, del calor de sus fogones, esas que están atadas a sus pensamientos, generosas, que viven la ceremonia del guiso desde que llegan al mercado y seleccionan cada uno de los ingredientes como si fuera el único, esas que no necesitan mirar recetas, por que siempre saben que la pizca es lo que vale, esa pizca de amor que nadie podrá igualar jamás. Vivan las mujeres del refrito, las que van desapareciendo pero nos dejan el olor inigualable de sus guisos y condimentada el alma.
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