lunes, 24 de diciembre de 2018

sábado, 22 de diciembre de 2018

FELIZ NAVIDAD.

Elena entró en la habitación de María como todas las mañanas. Una habitación pequeña con vistas maravillosas a unas montañas llenas de árboles y un frondoso bosque cántabro. Ella esbozó una generosa sonrisa de bienvenida, tenía ganas de verla, sabía que su presencia era corta pero la deseaba ver todos los días. Elena es cariñosa de movimientos suaves y de voz aterciopelada, le trae el periódico que revisan y leen las dos mientras comentan lo que les genera más interés. Nada de noticias rosas sólo los sucesos y algo de política. Nunca resuelven nada, pero se encienden con la impotencia de un noticiario que se recrudece cada vez más. 
María ya está vestida y arreglada, hoy más que nunca por que es 24 de diciembre y viene su hija Angelita y sus nietos a llevársela dos días. Está contenta de recibirlos y mantiene su sonrisa de lado a lado de su  pequeña y arrugada cara. Hoy el café le sabe mejor que nunca, y se siente muy feliz, rompe la monotonía de todos los días, la tela  de su chaqueta de terciopelo acaricia su cuello, dos enormes anillos sobresalen de sus flacas manos, y quizás sus taconcitos gruesos le hacen tambalearse un poco al ponerse de pié  pero no le importa todavía tiene carácter para andar con seguridad y con semblante de mujer de raza. Nunca se le olvidó lo que decía hace más de 60 años la matrona que le asistió en los partos Doña Marisol, tú eres una mujer de raza, nada más hay que verte empujar, esa criatura no tiene más que dejarse llevar. 
En su vida todo había sido lucha interna y externa, y en cada arruga había una experiencia tan sabía que no titubeaba en ninguna de sus decisiones, ahora se trataba de aprovechar ese tiempo con los que rutinariamente nunca veía, de observar como crecían y sentirse orgullosa de lo que había sembrado. ocho hijas independientes, y 18 nietas, todas tenían algo de ella, unas el pelo rizado, otras los ojos azules, las manos delgadas y largas  y algunas las esbeltas piernas, tan bonitas que aún en zapatillas de casa parecían llevar tacones de 15 centímetros. Una estirpe que le llenaba de satisfacción. 
María tenía su sitio en casa de su hija Angelita, una silla victoriana y desde allí disfrutaba de las idas y venidas de toda la familia, de aquellos que le daban conversación y disfrutaban de recuerdos que todavía quería contar  y de sus silencios. 
El día de navidad cuándo Elena entra en la habitación María ya está vestida, la abraza y la besa. Elena hoy entra sin el periódico sabe que hoy toca hablar de familia e intercambian los ambientes y conversaciones vividas y disfrutadas la noche buena y la comida de Navidad. Entre ellas hay mucha química además de un cariño que se encendió nada más verse, juntas comparten sus historias, las de hoy son suyas no son las del noticiero, agarradas de la mano y mirándose a los ojos, entregadas intercambian sensaciones y emociones. 
Cuándo Elena sale de la habitación, María baja a tomar su café, ese que no le sabrá como el de navidad, ni como el de nochebuena pero sigue siendo ese café tan íntimo que se toma todos los días.


martes, 18 de diciembre de 2018

LAURA

LAURA CON MAYÚSCULAS ESTO ES PARA TI.
Camino pesada, cabizbaja, llorona, estremecida, frustrada, responsable como parte de una sociedad que no te ha protegido. Siento tus zancadas como las mías cuándo salgo a correr, siento tu aliento, y tus movimientos incapacitados para huir, tu mirada reconociendo los barrotes que el destino a puesto a tu vida. Tantos paralelimos, yo también me marché como tú a un destino desconocido queriendo tener un mejor presente en el que apoyar mi futuro. Siento impotencia por lo que te ha pasado, siento tu soledad y tu falta de protección. Laura, los educadores te hemos fallado y la justicia te ha dejado vendida a un destino cruel. Te he llorado como lo hago con cada inocente que muere a manos de un salvaje. Mis alumnos te han recordado como yo en ese minuto de silencio tan doliente, tan demoledor. El dolor también es nuestro.
Siento como te han violado la vida, como ese depredador andaba sediento de víctima, esperando que en su objetivo apareciera alguien como tu, podía haber sido cualquier otra, podía haber sido yo.
No soporto esta frustración que no permite desahogar el dolor, que no permite solucionar estas continuas intromisiones en las vidas libres, cada día nos merman con cada muerte, nos cortan las alas, y la solución es acompañarnos hasta los hogares con un autobús u otras penosas soluciones que solo son propuestas absurdas. ¿Dónde está la justicia?.
Vivimos una hecatombe social en la que no encontramos refugio ni físico ni emocional. Una bestia no puede estar en la calle, no podemos dejar que ocurran estas cosas con tanta continuidad y facilidad.
Laura te hemos dado la espalda y ahora ya es tarde. No podemos seguir así, estando tan vendidas a la fuerza del diablo, de los monstruos. Ya está bien, busquemos soluciones, esta es nuestra obligación. Nuestro minuto de silencio no compensa tu silencio eterno.

domingo, 16 de diciembre de 2018

EL PODER DE TU SONRISA.

El poder de tu sonrisa
abre las ventanas de par en par
huele a jazmín y a dulce azahar
a la sal de un inmerso mar.

El poder de tu sonrisa
un universo infinito estrellado
una luna llena de dulces noches
un azul cielo con un fondo eterno.

El poder de tu sonrisa
una luz que emerge del amanecer
del calor de un sol de estremecer
de la suavidad de una arena paradisíaca
descalza, a pura piel sin resaca.

El poder de tu sonrisa
me sabe a naranja y a miel
a bosques de encinas y hayas
a vuelos de aves y hadas.

El poder de tu sonrisa
surge de la gratitud de que
cada vez que me cruzo contigo,
 tú, me la regalas.

domingo, 25 de noviembre de 2018

UN DESIERTO DE PALMERAS.

Las palmeras que nacen en los desiertos se muestran diversas cada una tiene una altura, un grosor, unas ramas, todas son bonitas, no las llamamos de manera diferente por ser distintas, se encuentran cómodas en su entorno y no se las califica con conceptos que les den menos valía o se las encorseta como raras. ¿Por qué lo que no ocurre en un desierto nos ocurre en nuestra sociedad?.
El viernes acudí a un Foro de educación sobre inclusión, y no se paraba de hablar de discapacitados, el concepto en sí determina que discapacitado es el que tiene falta de capacidad para conseguir avanzar dentro de lo que consideramos lo normal. ¿No seremos nosotros los discapacitados, los que no sabemos dar respuesta a una sociedad diversa, donde la naturaleza produce cambios en la generación de individuos y no procuramos que estos se sientan tan integrados como el resto, que no sean mirados de manera diferente por que damos respuesta a cualquier diferencia.
Me preocupa que mis cuatro hijos sean realmente discapacitados y no sean capaz de ver que todos los seres que comprendemos nuestro entorno valemos lo mismo da igual que tengamos una pierna más o menos, que nuestro cerebro comprenda más o menos, que nuestros ojos aprendan gracias a ver o quizás a imaginar, que nuestros desplazamientos se hagan a pie o en silla de ruedas.
Somos una sociedad de discapacitados incapaces de dar respuesta a la diversidad con normalidad, de preparar a nuestros hijos en el amor, en la empatia, en la compasión, en la igualdad desde la diferencia.
No entiendo por que una familia debe sufrir tanto cuando tiene a un hijo que no se considera normal. por que no tiene todos los recursos por humanidad que tenemos el resto, es obligación de todos que todos tengamos derecho a vivir con dignidad y que no sea solo por nuestra capacidad aparente de producir.
Se me cae la cara de verguenza como parte de la sociedad que soy, que a las personas que no se les facilita la vida tengan que pedir caridad, que tengan que suplicar ayuda, recursos e inclusión.
Se me cae la cara de verguenza cuando quieren que incluyamos a base de exclusión, que nos dejemos llevar por lo que viste, por utilizar a los más débiles para limpiarnos un cutis social muy podrido.
Si realmente hubiera emoción, si realmente hubiera humanidad todo esto estaría normalizado de origen y sería frecuente ver a todo tipo de gente en todo tipo de sitios y nuestro hijos no nos preguntarían asustados ¿mamá que le pasa a ese niño?, o ¿que le pasa a ese señor?, entenderían que todos somos producto de la naturaleza y que todos somos iguales, exactamente iguales.desde la diferencia.
No nos llamaría la atención el físico de Stephen Hawking, ni si un síndrome de down que llega hacer una carrera o desempeña cualquier oficio para el que es competente. No debería ser un esfuerzo unicamente del individuo ni desde luego de sus familias si no el esfuerzo sería de todos para todos.
Somos egoistas, profundamente egoistas, y mientras no nos toque a nosotros, bailamos a nuestro ritmo, y el resto que se las apañen como puedan.
No me siento incluida en una sociedad así, aunque pertenezca a ella, quizás mi problema es que realmente soy una discapacitada y cuando escribo me siento bien. Mientras tanto seguiré como muchas otras personas intentando sobrevivir en un desierto donde las dunas son escaleras, y los atardeceres son muros de piedra llenos de musgo donde apenas se adhieren las palabras, que visten que aparentan que dicen pero que no hacen.

UNA BROMITA DE LOS 40 PRINCIPALES.

Sábado 9,45 de la mañana voy en el coche hacia casa de una amiga que vive en Renedo, dispuestas a participar en una de tantas marchas contra la violencia de género, en realidad no sé si sirven para algo, una vez más aparecen los nombres de las muertas en el escenario del punto de partida de la marcha y no entiendo por que no están las fotos de los asesinos, con sus nombres, en fín que no lo entiendo como me pasa con otras cosas. Pero este no es el tema sobre el que yo quería escribir.
Mientras me dirijo a casa de Silvia, voy escuchando la emisora de los cuarenta principales, y por lo visto me dispongo a escuchar una broma. El locutor a propuesta de un oyente empieza la bromita haciendose pasar por el recepcionista de un hotel llamado Sensaciones que llama a la novia del oyente y le dice que tienen en recepción el carnet de identidad de su novio. Le concreta que el sábado de la semana pasada el novio estuvo con una mulata en el hotel, la chica asegura que es imposible ya que su novio estuvo visitando a su madre que estaba enferma, le proporcionan nombre completo e insisten que se hospedó allí. La señora que recibe la broma está desconcertada, irascible, cabreada, indignada, frustrada, dolorida .Durante diez minutos ha sufrido un engaño real, el corazón se le ha puesto a mil por hora, y su vida se ha ido a la mierda. Ella estaba tranquilamente trabajando y el capullo de su novio quería que se sintiese orgullosa de que al final le dijeran que era una broma, que después de tantas mentiras en la relación como de las que le acusaba ella, él era un novio fiel.
Me puede decir alguien cual es la gracia de esta broma, que gracia tiene que una persona durante más de diez minutos piense que al final todas sus sospechas tienen fundamento y el sinverguenza de su novio le ha sido infiel y lo puede corroborar. Sigo sin entender nada y me parece que eso no es una broma es una putada, es un juego de mala sombra, y ni por el de la iniciativa ni por la emisora que lo realizó me parece nada acertado. Creo que igual deben hacer tareílla de reflexión.

miércoles, 21 de noviembre de 2018

EL COLE DE DANIEL

Daniel, solo tenía ocho años y ya lidiaba con lo más difícil la soledad, todos los días escuchaba aterrado el timbre de entrada, su abuela María le dejaba en la fila de 3ºA, se sentía muy grande por que era alto, mucho más que sus compañeros de curso, lo que le hacía sentir muy incómodo, desde las alturas observaba todo su alrededor con el miedo aterrador de estorbar, de no pintar nada, de no tener nada que ver con lo que allí ocurría, no sabía donde mirar, le molestaban sus manos y si miraba su pies los veía gigantes, en ellos tropezaban algunos niños y le increpaban por ello, como si lo hubiera hecho a posta. No veía el momento de hacerse mayor, y de no pertenecer a esa clase, a esa edad, a ese colegio. Sufría una angustia que se le metía por los huesos, un miedo que le aterraba por las noches cuando terminaba de cenar y sabía que al irse a la cama se repetiría una y otra vez el viaje en el coche y la temible parada en la puerta del colegio.
Como todos los días Daniel terminó su cena y mientras su abuela acostaba a su hermano pequeño, se metía en la cama y susurrando una melodía se mecía suavemente hasta que sus ojos se iban cerrando y su respiración se hacía lenta, muy lenta. De pronto apareció su abuela como todos los días le despertaba con un beso en la mejilla animándole para que fuera al cole contento, Daniel se agarró fuerte a su abuela, tan fuerte que le costó separararse de ella. Se vistió y se tomó el desayuno. Llegó su tía para cuidar a Martín su hermano y Daniel se montó en el coche con su abuela pero cogieron un camino distinto, Daniel preguntó por qué, pero  María hizo oídos sordos, llegaron a la puerta de un colegio, bájate Martín dijo la abuela, el niño abrió la puerta del coche y empezó a escuchar la melodía con la que se mecía antes de dormir y se sintió bien, salieron unos niños sonrientes a recibirle con los brazos abiertos, Martín miró sus manos y las vio de un tamaño normal, lo mismo hizo cuando observó sus pies, los niños no tropezaban en ellos. Se despidió de su abuela alzando la manita y entró en el cole. Los niños le llevaron a un aula donde se sentaron en corro de la mano. La profesora sonriente dijo que se llamaba Dulce e hizo que se presentaran todos los niños, uno detrás de otro fueron diciendo sus nombres y acto seguido esta frase: tengo un sol dentro de mi y quiero compartirlo con vosotros. Daniel se sintió relajado y tranquilo, estaba felíz, jugó con sus compañeros en el recreo como nunca lo había hecho. Sonó la melodía de nuevo, esa con la que se mecía cada noche y vio a su abuela esperándole en el coche, le dio un beso y no paró de contarle todo lo que habían hecho esa mañana. 
Daniel iba al colegio de siempre por la mañana, allí se encontraba etiquetado, angustiado, bloqueado, miedoso, solo y triste. Pero por la noche cuándo cerraba los ojos se mecía en esa preciosa melodía con la que se dormía y creaba su propio colegio, ese donde el sol lucía en cada uno de sus compañeros y todas las noches le recibían con una preciosa sonrisa y dulce siempre dulce.

lunes, 19 de noviembre de 2018

LA OLA.

Hace tiempo que camino por un puerto al que llegué hace muchos, muchos años embriagada por el hechizo de la química de la atracción y no sé si del amor. Los temporales y las olas me quisieron llevar al fondo del mar y resistí agarrándome a el faro, ese que iluminó de nuevo un camino que inicié con miedos pero con mucha valentía. Esta vez me quité los zapatos, quise sentir el suelo por donde pisaba, y sentir el aire que respiraba, a sabiendas que de nuevo podía venir otro temporal y arrasar el camino resuelto, la meta aún no se vislumbraba entre los mástiles de los numerosos barcos que anclados estaban. De nuevo vino otro temporal que arrasó de nuevo el camino, conseguí agarrarme a unas amarras y dejé que pasara el mal tiempo, con el cuerpo magullado y casi sin aliento, decidí dejar el camino que de nuevo quedó tras la fuerza del agua. 
Entonces me embarqué en un velero y dejé que me meciera el viento, me sentí navegar a la suerte del tiempo, a merced del movimiento de unas olas confiadas, y una corriente que acariciaba y no arrancaba. Entonces sentí frío y calor, sentí miedo y confianza, sentí las caricias del sol en una piel herida y magullada. Me sentí rendida a sus afectos, a sus abrazos, de sentada pasé a tumbada, de despierta a quizás soñaba, que escondida en un hermoso rincón, sumergida en un agua tibia , con los ojos cerrados descansaba del ímpetu de la naturaleza, de la lluvia y las marejadas. Del juego de la vida que arremete y no calla, que te lleva y que te arrastra, que te permite avanzar, que no te deja y que te atrapa. Y tras el paso del tiempo y de tan dura batalla, te dejas llevar sin resistencias, en un silencio profundo de calma, de descanso, de merecido descanso.

lunes, 12 de noviembre de 2018

CABALGANDO.

Corría a toda velocidad, sin ahogarme, cogiendo fuerte las riendas del caballo, la rama de los árboles pasaban por mi campo visual a un ritmo desenfrenado, no sabía si era de día o de noche y tampoco sabía las horas que llevaba encima del animal, solo cabalgaba sin conocimiento, bloqueando las muñecas y sacudiendo con mis piernas su lomo. Mi larga melena golpeaba mi espalda, retumbando en cada impacto.
 A lo lejos un árbol gigante armado de largos brazos venosos, parecían querer atraparme y me abracé a su cuello recostándome sobre él. Me sentí cerca del suelo y del cielo a la vez. Perdí la gargantilla que llevaba, esa que me regaló mi padre y que simbolizaba amor y generosidad, perdón sin rencor, melancolía y nostalgia, lucha y placer.
 las ramas me robaron la capa y me dejaron sin nada, pero no tenía frío, me sentía libre. Los dos nos hicimos uno, nos convertimos en un todo, atrapamos el viento con cada avance y no sufrimos el dolor de perder los momentos, en cada metro vibrábamos de nuevo, despegamos del suelo en una diagonal perfecta, surcando el firmamento, rompimos las barreras de las capas de la tierra. Como dos estrellas fugaces , desintegrándonos por el placer inmenso de la intensidad de vivir sin frenos.

viernes, 2 de noviembre de 2018

LA CASUALIDAD.

La casualidad de que ocurran hechos que no esperas por su poca probabilidad, piensas que son imposibles por que no están dentro de tu marco de acción, pero se cuelan cambiando en un segundo tu futuro más inminente. Has fundido tus reflexiones, tus planes, tu orden porque algo se ha colado en tu vida sin esperarlo. Creemos que preocupándonos tenemos todo controlado pero la vida es un bombo lleno de variables que no dominamos y que nunca controlaremos por eso muchos la consideran un juego, donde solo sobrevive el que sabe adaptarse a los nuevos acontecimientos, resolviendo los problemas de la mejor manera posible. ¿De qué sirve preocuparse con antelación de lo que puede ocurrir si sencillamente el futuro es incierto, y todo puede cambiar, durante ese tiempo de preocupación has perdido toda opción de disfrutar de lo más valioso, por que si estuviéramos en el corredor de la muerte cinco minutos serían muy intensos, sencillamente disfrutando de la poca vida que nos queda. Quizás sería más fácil dejarse llevar por las olas del viento, de los segundos del tiempo, no intentando cambiar nada, por que la corriente cambia a merced de las circunstancias. 
Nunca podremos controlarlo todo, nunca podremos preparar el futuro, solo tenemos la certeza de que ahora, en este instante soy y estoy, y quizás sea suficiente para saborear el presente, hacerlo con cada segundo sin el anhelo de nada más que ser y estar.


sábado, 27 de octubre de 2018

ERASE UNA BRUJA SIN CARA.

Erase una bruja sin cara.
Hacía maravillosas pócimas que ayudaban a las personas que a ella acudían, buscando soluciones a sus problemas, pócimas personalizadas, les hacía escupir en su gran olla, les cortaba un mechón de pelo y allí también lo echaba, un trozo de sus ropas, y un calcetín o un zapato, le daba a todo vueltas con su enorme cuchara, y al final metía al paisano o paisana dentro. El liquido era oscuro y burbujeaba por la magia, después de varios giros de cuchara la bruja tapaba la olla y el señor o señora salían extasiados levantando la tapa, estaban contentos de haber conseguido salir de allí, el problema que traían se había vuelto una nimiedad y agradecidos a la bruja la daban miles de besos, tantos le dieron durante años que a la bruja se le borró la cara, apenas quedaban la huella de sus ojos y la abertura de su boca, pero ella no lo necesitaba, su escoba la guiaba y hablaba con el alma .Siempre había en el camino hacia su casa una larga cola de fervientes creyentes de su magia, que incluso pernoctaban para encontrar espacio a sus suplicas de una solución. 
cuando le visitaban enfermos metía en la olla a los acompañantes, cuando le visitaban padres con hijos, metía siempre en la olla a los padres, y todos la besaban, y le acariciaban dando gracias por tanto consuelo. 
Un día la bruja desapareció, la buscaron por todos lados. Nadie supo más de ella, y su casa se convirtió en un centro de peregrinación, donde los que allí iban encontraban un sosiego que les permitía volver con los mismos problemas con los que partieron pero con la capacidad de solucionar. Algo que la bruja les enseñó y que se esparció como la pólvora, las soluciones están o deben emerger dentro de ti.

lunes, 22 de octubre de 2018

LA CARRERA AL INFIERNO

Cogió la maleta con la ilusión de no saber
marchó pensando en poder volver
partió su corazón y lo puso al revés, 
perdiéndose su vida en busca de placer
el placer de tener derechos sin perder
el de ser mirada como una mujer
el no ser torturada por creer querer
sentirse partícipe de su madurez
de ser independiente de una vez
de no ser manipulada por el poder
de la fuerza que tortura el someter
a los deseos de fuego del diablo
ese que trajina sanguinario entre los
ese que permite el calvario de las
ese que no deja tener espectativas
que rocía de ácido cualquier alternativa
que mejore las nuestras perspectivas. 
Entre luces de neón quedo clavada
con su nombre falso esclavizada
esperando despertar de su  pesadilla
esa que le trajo una oferta de vainilla,
llena de mentiras y falsas moradas
donde su mente sangró por cuchilladas
de insultos, de blasfemias y reproches
de chantajes, de abusos de rencores
Por eso escaló muy alto, desesperanzada
y se tiró al aire para llegar al suelo
chocar con el cemento en su vuelo
y terminar su carrera, la del infierno.

 

domingo, 14 de octubre de 2018

AQUÍ PASA ALGO.

Cuándo la voluntad no quiere
el poder se hace invisible.
el miedo se cobija en la desidia,
el querer desaparece mutilado.
Te dejas mecer por el tiempo,
te caes en la inercia del peso
sabiendo que habrá un golpe.
Pero enmudeces en el letargo
aturdido e inmóvil en el desierto.
donde te has perdido
donde te has quedado ciego
donde ya no sientes
que padeces del no deseo
de vida como agua el sediento.
y ya no caminas, ¿para qué?
si ya lo hace el tiempo.

jueves, 4 de octubre de 2018

El AIRE

Sólo ocurre cuándo disfrutas de la vida
cuándo caminas por las calles,
cuándo te asomas a una ventana
el aire te susurra secretos tiernos.

Cuándo corres sin mirar atrás,
cuándo te escondes mirando al mar
Al navegar sin rumbo entre nubes,
el aire te susurra secretos tiernos.

Al volver a casa de noche mirando la luna,
cuándo te abrazas por el frío,
y las estrellas apuntan tu destino,
el aire te susurra secretos tiernos.

Por que el aire te eriza la piel,
por que el aire te mece en la nostalgia, 
te protege dentro y fuera de ti, 
el aire te susurra secretos tiernos.


domingo, 30 de septiembre de 2018

¿PORQUÉ LOS HIJOS NO ESCUCHAN A SUS MADRES?

¿PORQUÉ LOS HIJOS NO ESCUCHAN A SUS MADRES?
¿PORQUÉ LOS ALUMNOS ESCUCHAN MENOS A SUS     PROFESORAS?
¿PORQUÉ LOS HOMBRES NO ESCUCHAN A SUS MUJERES?

Varios pueden ser los motivos del ¿por qué?, los hombres no escuchan a las mujeres en sus planteamientos, quejas de pareja, problemáticas varias. Algunos de los estudios con base científica que he encontrado y que explican que quizás sea la familiarización de una voz que han escuchado desde que estaban en la gestación y durante toda la infancia, tres veces más que la de los padres, quizás esta sea una de las causas, se han acomodado a una voz, a su tono, y melodía que ya no la escuchan. El segundo estudio dice que la estructura del cerebro del hombre no está capacitada para escuchar mucho tiempo a la mujer. Así nos va, en fin aquí están los estudios.

La voz de las mujeres es tres veces más escuchada cuando los hombres y mujeres son bebes que la de los hombres, ¿por qué?

Un estudio, elaborado por investigadores del Hospital de Rhode Island y publicado en la revista "Pediatrics", se titula "Gender Differences in Adult-Infant Communication in the First Months of Life" y analizó la interacción con sus padres de unos 33 bebés nacidos a término.
Para llegar a las conclusiones anteriores se colocó una grabadora en los momentos en que padre y madre estaban con el bebé, en tres fases diferentes (un total de tres mil horas de grabación): en el hospital, con el bebé recién nacido y más tarde en casa, cuando tenían alrededor de un mes y cuando tenían ya siete meses.
Se descubrió que las madres hablan a los bebés tres veces más que sus papás, y también que hay más comunicación de ida y vuelta, más "feedback", entre mamá y bebé que entre papá y bebé. Además, la mamá habla más con su bebé niña que con los varones. 
En concreto, las madres respondieron entre un 88% y un 94% del tiempo a las vocalizaciones del bebé, mientras que los padres solo respondieron entre un 27% y un 33% de las veces.
Otro estudio dice  que La voz de la esposa o la suegra hartan al hombre pero, cuidado, que no es por la costumbre, sino que está científicamente comprobado que la voz de las mujeres agota el cerebro del hombre.
Esta reveladora conclusión fue publicada por Neuroimage, una revista de ciencia en la que el profesor Michael Hunter de la Universidad de Sheffield, relata que los tonos femeninos acaparan toda el area auditiva del cerebro, mientras que la voz de los hombres solo el area subtálmica según relata el diario inglés Daily Mail.
Es por esto que en ocasiones las mujeres llegan a quejarse o no se sienten escuchadas por sus compañeros sentimentales, ya que estos desconectan por una razón puramente fisiológica. Así que la próxima vez que se sienta ignorada, recuerde que es algo biológico que el hombre no puede controlar. 

No sé, creo que la naturaleza no se ha portado muy bien con el hombre, ahora tiene sordera selectiva.


sábado, 29 de septiembre de 2018

LOS LÍMITES DEL PODER SOBRE UNA MISMA.

Todo el mundo tiene el poder de hacer sobre sí mismo, de corregirse, de deshacer para hacer mejor, el poder de la mente es fuerte, claro y preciso cuándo has estado mucho tiempo realizando submarinismo en aguas profundas de tu interior, cuándo escuchas la verdad de tus adentros, y eres cómplice, interpretas y traduces a la perfección lo que tu yo interno te comunica, muchas veces nos suplica comprensión y no estamos ahí para escucharlo.
Ella, tenía los poderes de la perfección pero un poder tirano, en ella se desbordaba, era como el agua vertida en un vaso que no cesa de llenarse. Su mente Espartana, disciplinada, y meticulosa no controlaba el poder sobre sí misma y se volvió contra ella torturándose y castigándose. Quería medir como una regla, pesar como una caricia, esa que no era capaz de darse. No quería mirarse en un espejo, lo que veía era dolor, imperfección, distorsión. Sus ojos se dejaron engañar por una mente poderosa endiosada pero desquiciada por la medida y la perfección.
Un poder que había que encauzar, abrigándose en el cariño propio, en la compasión, abriendo un resquicio en la ventana de su interior para que disfrutara de su propio silencio, ese que se había negado así misma, de esa paz que nunca encontró, ponerse unas zapatillas de deporte para andar por dentro recorriendo el funcionamiento majestuoso de cada uno de sus órganos, de sus vasos, de su sangre, acogiendo con serenidad cada uno de los latidos de su corazón reconociendo el funcionamiento de su máquina, un engranaje perfecto. Aprendiendo a amarse, acariciarse y ejercitando su mente en ser piadosa con ella, en ser justa, y no dañarse más, no esclavizarse más, no someterse al dolor de verse imperfecta, si no tornarse en el poder de reconocerse cada vez más maravillosa aunque no se ajuste a ninguna medida ni condicionamiento.

miércoles, 26 de septiembre de 2018

SONRÍE, CUANDO EL DÍA AMANECE TORCIDO.

A veces parece que te levantas con mal fario. Te levantas huyendo en un coche, te das de frente con un muro de piedra, solo te acuerdas de una palabra que había escrito en él justo antes del accidente ¡puta!, no sabes por qué esa palabra, tampoco sabes quien te perseguía, pero estás agotada de huir, quizás fueron las luces del coche que iba detrás el que produjo el destello que me deslumbró y produjo mi despiste, el cuerpo duele de una mala noche y coges el despertador, Dios mío gritas llego tarde, no ha sonado el gallo y corres a tomarte el resto de café, frío y amargo que queda en la cafetera, no te da tiempo a ducharte y la raya del ojo, hoy va torcida, no encuentras el perfilador  de labios y la hidratante de cara que te echas es un endurecedor de uñas, con lo que llevas un picor de cara y sales con ella de casa enrojecida. ¡ Que desastre!.
Te montas en el coche, e intentas arrancar, pero te dejaste el aire acondicionado puesto y las llaves, gritas ¡ joder, la batería !, no me lo puedo creer. No sabes si coger la bici, un taxi, hacer autoestop, o morirte. Decides llamar al taxi, se presenta tarde, huele a tabaco que apesta, se te han olvidado los libros de tu hija que tenías que llevarle al instituto con el acelere, y el pantalón que llevas puesto que lo pediste a Aliexpréss está roto por la costura lateral. se te ha olvidado la cartera en el sofá buscando las llaves del coche, y un joder más fuerte aparece en tu boca, las llaves de casa puestas por dentro. Mientras te bajas del taxi corriendo y con la camiseta manchada de sudor por los nervios de llegar tarde, vas a buscar las llaves del pabellón donde te esperan tus alumnos, y no las encuentras. El camino hasta la puerta es un sendero verde y tu imaginación se dispara mientras dices un profundo ¡A tomar por culo!, si aparece un león, un psicópata, un tractor con un conductor ciego no pienso resistirme me sentaré y respiraré profundamente. Hay días para los que deberíamos tener un comodín e igual que se dice pasa palabra, poder decir quiero acostarme y disfrutar desde cero de un nuevo día.

lunes, 24 de septiembre de 2018

MARIA, ES LIBERTAD.

¡María!...¡María! gritaba su madre, mientras iba corriendo detrás de ella, pero María corría con su bicicleta, pelo al viento al igual que la muñeca que llevaba detrás de la espalda dentro de una mochila con la cabeza y los brazos abiertos, dentro cuatro o cinco más pero solo la sirena tenía el placer de volar con ella. Mientras conducía su bici gritaba como una  loca, a sus seis años sentía la vida a flor de piel, con toda las emociones que se despertaban en su cerebro, una cabeza que solapaba trastada tras trastada, en este momento era escapar de cada instante imprimiendo velocidad a unos pedales que de vez en cuando tenía que soltar por que se pasaba de vueltas. Su madre se cansó de gritar, y María paró gracias a un seto, las ramas frenaron su ímpetu y dejaron que su madre por fin se acercara para decirle una vez más que fuera más tranquila que el tiempo se le escapaba entre los dedos, y los instantes se disolvían en el suelo como las gotas de lluvia en el suelo húmedo.
Seis años de nervios y emoción de descubrir, para su madre seis años de arrugas, cada cicatriz de su cuerpo, cada quemadura, cada golpe, cada susto habían hecho mella en el rostro de Penelope, una madre que vivía con el alma en vilo, con el móvil en el bolsillo, con el pensamiento en María, ella había conseguido que su vida tranquila y sosegada se hubiera convertido en una montaña rusa que solo paraba cuándo se iba con su padre, entonces cerraba los ojos y pensaba ¡que sea lo que Dios quiera, ojos que no ven corazón que no siente.
Nunca pensó que una casa pudiera ser tan peligrosa, pero cada agujero era una inquietud para la niña, por eso casi se queda electrocutada al meter unos palitos por los agujeros del enchufe del baño, primero asomó los ojos para ver si se veía la vivienda del ratón Pérez. Su padre le puso la pequeña puerta del ratón en la pared y claro por algún lado tenía que estar tumbado en su butaca, esperando que sonara el timbre o la sirena para salir corriendo a recoger el diente de María, o verle cargado con los regalitos que siempre le dejaba, un lápiz de jirafa, una sacapuntas, un juego o un caleidoscopio.
Otro día decidió utilizar la cuchilla quita pelos de mama por su pequeño cuerpo como tantas veces lo había hecho ella, gracias a que decidió probar antes con una de sus muñecas y apareció mamá al ver que estaba tan callada.
Y así una detrás de otra, la vida de María pendía de un hilo y también su integridad física por su ansia de descubrimiento, un peligro que solo podía evitarse con una vigilancia que a veces flaqueaba por cansancio y con el crecimiento, algo que a Penelope, su madre se le hacía lento y costoso. 
Los condicionamientos se encargarían de encauzar ese rebelde comportamiento, de domar ese carácter, pero pasado los años María sigue queriendo conducir con las ventanillas abiertas, sintiendo que todavía siente la libertad, el viento en su pelo, y como los instantes se disuelven como gotas de lluvia en el suelo húmedo.

domingo, 16 de septiembre de 2018

LA MEDIA MARATON EN SÁNTANDER.

En julio me metí en el ordenador, busqué calendario de carreras, y ahí estaba la media maraton. Y así como hago las cosas me apunté, enlazando una lesión con otra y con más valor que el alcoyano como dice mi madre que es alicantina. Parece un poco absurdo pero lo que se dice empecinarse en hacer algo, ponértelo como objetivo y no parar hasta conseguirlo.
 Hace 15 días lloraba desconsolada delante de mi hijo el mayor después de preguntarme que me pasaba, que me veía cara de tristeza y le respondí que tenía un día malo, había salido a entrenar y volví muy dolorida a casa . la esperanza de correrla se iba al traste, pero seguí intentándolo por que el que quiere puede, y el que piensa que puede lo consigue, y si no quieres no puedes y no lo haces. Con esta milonga fui al conserje de mi nuevo instituto en una filosófica conversación  de la vida donde apareció la dichosa frase, que le trae por el camino de la amargura y todavía no he encontrado el momento de aclarársela así  que parece un poco reticente a hablar conmigo no sea que le vuelva loco. 
No paré hasta conseguirlo, como si fuera un atleta de élite, me dí el capricho de visitar al fisioterapeuta que aliviaba pero no quitaba el dolor. Y seguí entrenando más mal que bien con la ilusión de correrla y con el propósito de hacerlo bien.
Por fin llegó el día 4500 corredores 3,2,1 y a correr, adelantando e intentando que la cabeza no lo echara todo a perder, sufriendo cada minuto para darlo todo y no arrepentirme luego de no haberlo hecho mejor.
Así fui todo el camino insistiendo en no bajar el ritmo, yo misma me decía ¡estás sufriendo!, pero es lo que querías, pues a darlo todo y así lo hice lo dí todo todo. Así que terminé feliz y orgullosa, y para colofón la foto con Martín Fiz, la leyenda del atletismo español.
Ahora estoy como si me hubiera pasado un tren por encima de las piernas y me hubiera quedado con los raíles dentro, pero estoy muy orgullosa, ¡tanto! que no me quito la sonrisa de la cara. 
Y así es la vida, he prometido a mi madre no volver a correr en mucho tiempo, que me duele hasta el alma, pero puede ser que mañana me levanté y me apunte a la próxima carrera.


sábado, 15 de septiembre de 2018

DÍA 14 DE SEPTIEMBRE EN EL SUPERMERCADO.

María llamó a su nieto Alejandro a voces, está adolescente y a esta edad sufre sordera, pero María insiste, le llama una y otra vez, hasta que Alejandro aparece. Su hija y su marido ocupan su casa desde que le desahuciaron, la niña con cuarenta años trabaja a media jornada en una peluquería de una residencia de la tercera edad y cobra 400 euros al mes, El Paco lo hace de vez en cuando si su amigo Monchi lo llama para ayudarle a tunear coches a la carta. Su nieto ya vivía con ella antes del trágico suceso y lo mantenía ella. El Alejandro es buen chico, aunque un poco desordenado, sordo a conveniencia, y vago. a pesar de sus 14 años la abu todavía le da el puré de garbanzos en la boca, dice que gasta más enegía en comerse el plato que lo que los propios garbanzos le proporciona. Ahora sí los donuts y demás pastelería precocinada no le da pereza, así que tiene más lorzas que un sharpei.
La Mari no se acuerda de la última vez que llevo el coche a la itv, tiene estudiada la hora en la que hay menos posibilidades de encontrarse con la guardia civil de tráfico y es la hora de la comida, esa es sagrada para el ser humano, por eso entre las 2 y las 4 hay tan poca gente en el super. A ella eso le viene bien, ya que nunca se vio tan apurada económicamente y ya la conocen en el  supermercado Día por sus problemas con su tarjeta de crédito, nunca funciona y siempre lleva poco dinero en el bolso así que tiene que devolver las cosas que compra hasta que coincide el importe con los diez o quince euros que lleva en su viejo monedero. Al principio le resultaba difícil seleccionar lo que devolver, pero ahora lo hace rápido, la prioridad es su nieto, así que devuelve el arroz ante que los donuts.
Era día 14 y allí fueron de nuevo a comprar, era mediodía llegó a la caja y lo de siempre, mientras buscaba y seleccionaba lo que devolvía, pasaron la compra de otra señora que disimuladamente no podía dejar de mirarla con compasión, quería ayudarla pero no sabía como. Pasaron su compra, un carro lleno y le cobraron más de 100 euros, debía de tener muchos hijos, pero claramente su situación era solvente. Cargó las cosas en bolsas y salió con el carro para cargarlas en su coche un audi de alta gama. la señora se quedó mirando un coche que había aparcado a su lado y observó que en el cristal delantero no tenía la pegatina de la itv, era destartalado, las ventanas no tenían cristal, y estaba lleno de golpes, le faltaba uno de los espejos retrovisores. Dentro había un chaval de unos 14 años jugando con una carcasa vieja de casset, haciéndose selfies e imaginando que hablaba y whatsappeaba con un amigo. De pronto salio la Mari  con su carro de la compra casi vacío llamó a su nieto que por supuesto no la escuchó, metió la compra en los sillones de atrás, ya que intentó abrir el maletero pero no pudo, cuándo fue a devolver el carro. La señora del Audi dejó caer discretamente un billete de 50 euros,  la Mari corrió a dárselos  no son míos dijo ella. Entonces entró en el supermercado y se llevó todo lo que allí había dejado, era creyente, estaba claro que Dios se los había mandado.

jueves, 13 de septiembre de 2018

¿POR QUÉ?.

No te conté el por qué, porque el por qué no importaba,
El por qué lo silenciaste con los gritos, esos que dabas.
Nunca dejaste de gritar para calmar tu alma,
que se armaba de fuego con cada mirada.
No te conté el  por qué, porque el por qué no importaba
por que dejaste la puerta abierta  para cerrar las ventanas
a penas un resquicio de aire por el que ventilaba.
porque el por qué no importaba cerré los ojos al alba,
para callar el infierno del por qué me aterraba.

miércoles, 12 de septiembre de 2018

El MÓVIL.

Había una vez un móvil lleno de actividad, era un móvil muy solicitado, sonreía con los continuos emoticonos que su dueño mandaba vía whatsapp, funcionaba a la perfección. miles de selfies y vídeos, los mensajes se disparaban a la velocidad que imprimían sus jóvenes dedos, compartía su vida con el universo y la nube, pero nunca lo hizo con el sol, ese que llevaba dentro y que no dejó salir jamás.
Su galería repleta de sus fotos, sonriente, con morritos, o poniendo los dedos en uve, tenía miles de seguidores en instagram y twitter. Pero su dueño estaba triste, una melancolía que resoplaba en cada una de sus respiraciones, esas que no engañan en las fotos, era incapaz de estar solo con el mismo, necesitaba los continuos me gusta, los likes, una dependencia de la ficción que le hizo un auténtico esclavo, sin escucharse, sin recibir los mensajes del interior. Cultivo el germen de los falsos aprecios, de los falsos te quiero, de los falsos me gusta, pero la realidad era una soledad profunda que cuándo se cernía sobre él se le cerraba la glotis y no encontraba adrenalina que le aliviase. 
Un día escribió un último mensaje a sus ¿amigos? y lo eliminó, nunca más volvió a encender el móvil. 
Se perdió en la nube y en el universo como motas de polvo, pero aún así sigue en la nube sonriendo con sus dedos en uve y miles de me gusta que ya no enmascaran su infierno.


domingo, 29 de julio de 2018

EL PARQUE MANUEL BARQUÍN. TORRELAVEGA

Por fín tenemos un parque en Torrelavega techado, una ciudad donde llueve muy a menudo y no sabes que hacer con los niños tantos días metidos en casa, si no es meterles en centros comerciales y que respiren el aire del consumismo y el sudor ajeno. 
Tengo que decir que el parque es bonito y desde que se inauguró he ido con mi hija casi todos los días, es lo bueno de tener tres hijos mayores que no han gozado de tal privilegio y de que la última tenga solo seis años y se pueda veneficiar de esta acertada propuesta, deseada a gritos desde hace años.
Desde que fui la primera vez me sorprendió que dentro de esa zona donde se distribuyen los columpios modernos, en el que hay un pequeño rocódromo, todos en líneas, formando un total de tres alineaciones en una de ellas, han colocado una tirolina, donde los enanos cogen mucha velocidad a un palmo del suelo. No puedo evitarlo,  se me junta todo, mi profesión de profesora de Educación física, socorrista, prevención de riesgos y no logro entender esta última instalación. No creo que dure mucho por que le va a costar a nuestro sistema sanitario mucho dinero, teniendo en cuenta que está en una línea de paso, y que los abuelitos que llevan a sus nietos están delicados, andan con móviles, se despistan como el resto de adultos y niños pequeños y se ponen en la trayectoria de tan rápido proyectil, la tirolina, no tardaremos en sumar numerosos accidentes, pero esto que veo yo, lo ve cualquiera y más un responsable de obras públicas, o quizás están ciegos, ya veremos más de una cadera, un brazo quedaran mermados por tal instalación, aquí no valen las advertencias, hay que esperar que se produzcan esos acontecimientos que hagan reflexionar sobre si ha sido un acierto o no el ponerla.  Presuntamente es una fuente de peligro. Hay queda.

TERCERMUNDISTA.

No hay manera de recorrer un país como España de cabo a rabo, de Sántander a Ceuta sin dejarte el aliento, las fuerzas y la pasta por el camino. No hay un vuelo que no te deje sin nómina, ni ningún transporte que una los dos extremos de España. Es más fácil volar a la India, más barato ir a Roma y más directo ir a Lóndres que intentar llegar al otro extremo del país a un español que por razones de familia y trabajo dejó su tierra para establecerse en otra pero que tiene la familia de origen en su tierra. ¡que puñetera vergüenza!. Y si te lanzas a la aventura de coger transportes, te encuentras con tres o cuatro transbordos, y a merced de la falta de puntualidad de nuestros medios de transporte, vas cargado con la maleta, sufriendo de que te pueda pasar lo que me ocurrió en el último viaje, que el tren se retrasó y nos tuvieron en la estación de Burgos tres horas esperando un maldito autobús, que además paró en todos los pueblos del mundo y llegamos a Cantabria a las 2,00 de la mañana.
Esto es un cachondeo, llegas exhausta y te das cuenta de que estando en tu propio país, estás en el culo del mundo, bochornoso. 
Eso estando en plenas facultades, no puedo olvidar que cuando coges el barco en Álgeciras, te encuentras con tres kilómetros de marcha hasta llegar al barco y todas las rampas averiadas. 
Parece mentira, año 2018 y somos un país de m, donde los extremos no cuentan, Sántander no sale ni en los mapas del  tiempo del telediario y Ceuta solo sale para mencionar las desbandadas de negros saltando la valla. El otro día esta pobre gente, que no lo dudo echó ácido y mierda liquida a los guardia civiles que custodiaban la frontera, que son los otros desgraciados que dan la cara por la incapacidad de gestionar nada de los políticos. 
Viajar es un placer, siempre que no sea volver a tu tierra de origen dentro de tu propio país, entonces se vuelve una pesadilla, te entran ganas de vomitar, y llegas tan cansada que tardas en recuperarte varios días. No dejaré de hacerlo, pero hasta que no veo la cara de mi madre, tengo muchas ganas de llorar de la impotencia, de que sigamos así en el 2018 y los encargados de llevar un país tomen un avión del estado para ir a un concierto o de parranda al resto que nos den por culo.

viernes, 27 de julio de 2018

NO ENTIENDO POR QUE ME LEES

Esto no es el diario de Ana Frank, ni el diario montañés, no es nada, por que quien lo escribe desahoga, sobre todo lo que llega a una mente que entiende muy poco de lo que ocurre en un mundo de torpes, donde los inteligentes callan, como en la antigua Roma por miedo a la desventaja, ya que la razón es un bien inestimable en una sociedad absurda y carente de sentido. 
Lo que sí es significativo, es tu tiempo, cada segundo de tu vida vale mucho dinero, y lo desperdiciamos en mil tareas que no aportan nada, en las colas en las que un país poco eficiente soporta, hay que hacer cola hasta para morirse. En una educación que enjaula a sus pupilos para que no estén en la calle, que aburre y adormece, uniforma y no despierta el potencial que cada uno tiene dentro.
En un mundo que confina a sus viejos en residencias por que ya no son útiles, y se lo hacen saber cada segundo de su senil vida, después de la jubilación toca morirse, por que no renta tener inútiles en una sociedad donde solo prima la productividad, no los sentimientos, no la experiencia, no las emociones.
la política hace cositas para figurar, para contentar, ahora un parque para viejos, ahora un instituto de la mujer, para que conste que está representada, ahora una ventaja para las familias numerosas, a ver si les engañamos para que tengan más de medio hijo, que así no se construye una sociedad con futuro.
Campañas millonarias contra el alcohol y drogas, pero las leyes no protegen al menor, siguen poniéndose de las dos cosas hasta el culo por que tenemos agujeros negros por todos lados, y este balón pierde aire sin parar. La famosa pescadilla que se muerde la cola.
Leyes que protegen al delincuente, y que en muchos casos son jaulas de oro, ya quisieran muchas familias deshauciadas estar en la piel de muchos presos, asesinos que se alimentan mejor que muchos niños en sus casas por falta de recursos.
Estamos en manos de un sistema judicial penoso, violadores en la calle con peligro de delinquir, sentencias injustas y crueles para las víctimas, protocolos en los divorcios que despersonalizan los casos de separación y fomentan la desigualdad y el desamparo.
De que nos sirve aprender tantos contenidos en las aulas de los colegios e institutos si tenemos una sociedad cruel que no ampara al débil, que no protege a las víctimas.
La sociedad tiene un cáncer terrible y el cáncer no se cura con protocolos, se cura con confianza, con cariño, con medicación adecuada a las peculiaridades de la enfermedad de cada uno, y con la ayuda de todos.

jueves, 26 de julio de 2018

LA AVENIDA DE ESPAÑA, TORRELAVEGA.

Ayer paseando con mi hija Sara por esta pequeña ciudad para ir a un parque, pasamos por la Avenida de España, ahora cementerio público de la misoginia, cementerio de un silencio lleno de gritos que no se escucharon en su momento ni tampoco se escuchan ahora, por que nos siguen matando, nos siguen cortando alas. 
Iniciativa política y de quizás alguna organización de mujeres queriendo despertar algo que no sea lo que ayer se produjo en mi, indignación. Decoran la avenida, se supone que para concienciar de  la violencia de género, figuras de las mujeres que van muriendo, les ponen su supuesto perfil, unas con pelo rizado otras liso, unas bajitas y otras altas, las hay gorditas y flacas, quizás para que quede claro que dentro del perfil del monstruo estamos todas. Dentro de la figura el nombre, la edad, y el día de su mortal encuentro. 
Se me ponen los poco estrógenos que tengo a cien, ni mindfulness ni leches, empiezo a pensar ¿donde están los verdugos, los criminales, los cabrones, los abusadores, los mal tratadores, los animales depredadores, los vampiros, los desquiciados, locos, machirulos asesinos que han hecho esto, quiero sus caras, no sus perfiles, sus nombres, su edad, el arma que utilizaron para quitarles la vida a esas inocentes a las que la sociedad enferma dejó sueltos para que ellas se abrieran a un amor venenoso lleno de sufrimiento, quiero sus manos, esas con las que se cargaron a su mujer y quizás a sus hijos, quiero sus miradas para no olvidarlas. Ellas murieron siendo discretas, ellos las buscaron para hacerlas públicas con su ataque egoísta y muchos hasta el final quisieron tener la última palabra suicidándose, cobardes.
Estamos desnudas legalmente, mucho paripé pero luego dejan que ejerzan los machirulos en todas sus profesiones, la peor la de jueces, abogados, fiscales, políticos que deberían ejemplarizar con sus conductas, opiniones, sentencias.
 En la avenida de España hay un instituto de secundaria, realmente esto es una manera de concienciar a nuestros hijos sobre la violencia de genero, lo dudo mucho.

miércoles, 11 de julio de 2018

LOS BANCOS.

Matricular a una de mis hijas, y pagar los recibos del banco de libros y de la asociación de padres.
Por supuesto que hacer cualquier matrícula es una gymkana, cada pago en un banco diferente, pero lo más divertido y es mejor contarlo así para no morirse del asco, es cuándo entras al banco y te encuentras con la maquinita del número de turno que te dice si eres o no cliente, vamos que la primera diferenciación es para hacerte consciente de que en ese lugar si no eres cliente eres una mierda y vas a esperar más. Te sientas en una sala en medio de unas veinte mesas enumeradas y donde muchas están ocupadas por trabajadores del banco que no atienden a nadie. Miras el ticket, lo lees y pone que el máximo tiempo de espera es de 90 minutos, como la canción de India Martínez, una espera que te obliga a estar mirando unas pantallas donde van saliendo letras y números de series distintas que te obligan a no parpadear para que no se te pase el turno, solo puedes mirar, me parece alucinante, de una poca vergüenza bestial, ahí ya te están llamando tonto o tonta. Una pobre señora mayor me pide que por favor la avise, cuando le toque que no ve ni oye bien, con lo que además de llamarte mierda por que no eres cliente, tonto por tener que observar sin pestañear una pantalla, discriminan también por edad y por discapacidad funcional, Enhorabuena a los bancos, menudo marketing, cualquiera pregunta por el baño igual te espera una ducha de gas o ácido. 
Por fin mi número y empiezo a dar vueltas no veo la ventanilla, desesperada grito en alto donde está la ventanilla número 14, y al final me indican justo detrás de las pantallas camuflada, allí me espera una señorita con cara de póquer, y me dice que para pagar el recibo de la asociación me va a costar dos euros y medio más si lo hago por ventanilla, y cero euros si lo hago por cajero, osea que he perdido 45 minutos esperando para nada, además me avisa que la máquina no acepta monedas, entonces miro el monedero y le digo que no tengo suelto que lo hagamos por ventanilla, cuándo me cobra los dos euros, y hace todo el proceso, le pregunto si me podía haber cambiado el billete y me dice que eso lo hace la máquina, total que me ha cobrado los dos euros y medio cuándo lo podría haber hecho por el cajero, me ha llamado idiota, da igual ser profesora, se puede ser idiota por necesitar entrar en un antro como es un banco. Espero que pase mucho tiempo hasta que vuelva a hacerlo. Bendito ING DIRECT.

jueves, 21 de junio de 2018

FIN DE CURSO.

Mañana se gradúan los alumnos de 4 ESO, todo está preparado para despedir una etapa dura y muy larga como es la ESO, ahora les toca volar hacia otro lugar donde encontraran otros amigos, otros docentes, otros espacios, otras decepciones, y otros éxitos.
Se marchan con ilusión, con ganas de comenzar un nuevo rumbo, se sienten más libres, esa libertad que quizás también les confunde y les da ese miedo que produce el vértigo de lo nuevo, una intensidad que se mezcla con lo efervescente de la adolescencia, vivir todo con la fuerza de una energía bestial, que hace de las suyas en una emoción poco madura para soportar todo lo que esa fuerza provoca, y quizás tengamos el anhelo de haberles dado herramientas para que sepan gestionar esas emociones, sean menos impulsivos, y se levanten como un tentempié por haber caído tras el relámpago de lo que en un principio parezca ser un fracaso. Y esa es la vida, lo bueno y lo malo, coger carrerilla tras el frenazo para lanzarte de nuevo al hecho de vivir, no sucumbir, reconocernos en cada instante para poder volver a caminar, recuperar la consciencia para vivir atentos en este mar de oportunidades, reconociendo en el fracaso una proyección para el éxito.
Quizás salgan vulnerables, excesivamente dependientes del entorno, condicionados por la aprobación  inmediata, y víctimas de una necesidad al placer inmediato, pero confiaremos en la vida, la mejor escuela, para que como un tentempié no duden en levantarse por muy aturdidos que queden en la caída, confiaremos en la supervivencia ese timbre que se aprieta cuándo uno cree que ya no se puede salvar y se suelta para caer por el agujero del infierno. Sabemos que en el infierno hay ángeles infiltrados que se prestaran en su ayuda, ¿y si no?, siempre estarán las palabras que nunca escucharon de la familia pero que en ese momento salen como rótulos enmarcados en luces de neón.
Solo queda decir como en la Guerra de las Galaxias que la fuerza interior os acompañe.


miércoles, 30 de mayo de 2018

LA VOZ.

El tiempo abrió la puerta,
 para que entrara el eco de tu voz,
Esa voz que tanto soñaba,
 voz acompañada de una mirada
que se clavó en mí sin saber por qué.
¿Qué había visto él,
que no vi yo?.
Que me abrazó con sus ojos y su voz.
Desapareció  durante mucho tiempo,
pero me mandó muchos mensajes de voz al viento,
susurros que leí en los libros,
 esos que subrayé en mi mente.
Sería un día cualquiera por azar del destino,
el que elige donde, cuándo, y con quién.
Entonces habrá un intercambio de miradas.
Que quizás no se separen de nuevo.

viernes, 18 de mayo de 2018

A LOS 50

QUIZÁS hace unos 35 años, miraba la vida desde la arena y no divisaba ningún barco en el horizonte, veía la vida con la ilusión desbordante de un marinero que espera embarcar con ansia para hacer el viaje de su vida pensando que cuándo sea capitán y todo dependa de uno mismo será más fácil, llevar el rumbo del barco también depende de la tripulación tanto como de la voz de mando. Esta capitana se ha ganado a pulso el  poder de manejar su vida, sin la desconfianza de marineros que la traicionen, o la dejen tirada cuando más lo necesita. El barco se ha quedado con pocos tripulantes pero muy valiosos, ya no hay tanta ansia de llegar a puerto, si no el ansia es de disfrutar de cada segundo de navegación sin esperar encontrar un barco, puerto o tierra en el horizonte, pero si así es, lo recibiremos con las garantías que da la solemnidad, por que esta es muy elegante, es segura y sabe el rumbo que quiere llevar, sin dejarse influenciar por los visitantes.
QUIZÁS hace 35 años, jadeaba y no respiraba, corría solo corría y no andaba, tragaba y no degustaba, atropellaba y no dejaba pasar, me encendía pero no me alumbraba, rascaba pero no acariciaba, mordía pero no besaba. Ahora es el momento de disfrutar del conocimiento de la praxis, de lo cotidiano, de como los segundos discurren suaves entre los momentos de tranquilidad, esa tranquilidad que da frescor en un interior que agradece airearse para recibir lo nuevo, que es todo y que te hace percibir la vida con ilusión.
QUIZÁS hace 35 años era más joven, pero la juventud y la sensibilidad extrema me hacían perderme lo más importante que es vivir.

miércoles, 16 de mayo de 2018

LA MAGIA DE LA HIPNÓSIS


Este fin de semana ha sido mágico. El sábado fuimos a un espectáculo de magia en Santander, era un festival de los mejores magos del mundo, mi amiga Ana y yo nos sentamos en las butacas de la zona C, a ella se le olvidaron las gafas y no pudo disfrutar con nitidez de todos los detalles que allí acontecieron. Primero salió un mago muy elegante presentado como hipnotizador, empezó a hablar y a darnos las pautas para quedar hipnotizados en la butaca, inspirar por la nariz y espirar por la boca de manera relajada y muy consciente, luego levantábamos el brazo derecho como si de el tuviéramos atados cientos de globos, después del brazo izquierdo, también estirado  del que nos colgó pesas de muchos kilos, de pronto nos hizo una cuenta atrás y quedamos sumidas en un profundo sueño y en ese momento empezó el espectáculo. 
La primera en salir fue una maga que se iba comiendo muebles por el escenario, se le iba dilatando la boca y comía sillones, butacas, aparadores, armarios. era increíble estábamos absortas mirándola.
EL hipnotizador nos dijo q teníamos a nuestro lado al hombre y mujer de nuestros sueños, giré la cabeza y allí estaba guapísimo, ojos  marrones, mirada muy dulce, teníamos las manos entrelazadas con fuerza, como si no quisiéramos dejarnos escapar, y tan a gusto seguimos con la función. ERA EL TURNO del mago Estrella, apareció una larguísima escalera en el escenario, se colaba por el techo y llegaba al firmamento, el mago subió y subió por ella hasta desaparecer y apareció una estrella muy brillante el el cielo, después la escalera se desvaneció, y el mago apareció por detrás de las últimas butacas de la sala, volvió a aparecer el hipnotizador y nos dijo lo bien que olía nuestra pareja, era la fragancia más buena q había olido nunca, y eso hizo que nos arrimarnos mucho más el uno al otro.
AHORA dijo es el turno de encontraros en la butaca de al lado a Mariano Rajoy, miramos y allí estaba junto a mi, en seguida cogí distancia y le dije de todo, desde lo antiguo que era su aspecto y su política, la corrupción de su partido, las cremas y el máster de la Cifuentes, las pensiones y toda la porquería  que tenía encima, un sinfín de reivindicaciones que me dejaron exhausta. Por favor metale un buen fregao a su partido y empiece con usted mismo.
1,2,3 y aparece la Leti. ¡REINA!, LE DIJE coja el protocolo como asignatura anual, que como optativa se Le queda corta,  relájese  y coma más que una reina entraita en carnes tiene un rictus más relajado, bonachón y alegre. 
Nos estuvo dando indicaciones de duerme y despierta trasladándonos por toda la sala, corríamos de un lado para otro y nos encontramos con otros personajes, cantamos con Frank Sinatra, nos lanzamos con tarzán Johnny weissmuller como Jane y gritamos como locas, así uno detrás de otro, hasta que con la última indicación volví a recuperar a mi amor en la butaca con el que me fundí en un abrazo mientras escuchaba que a la de tres tenía que despertar y allí estaba mi amiga, no nos acordábamos de nada pero había que aplaudir el espectáculo de magia, se había acabado, ahora tocaba salir del Palacio de Festivales de Santander y tomarnos un pincho en la zona de vinos, para disfrutar de esa magia que tenemos dentro y que nos hace ser mujeres con ganas de disfrutar de los hechizos del momento para perdernos en lo más profundo de un sueño con el que vivimos una realidad que nunca existió y que nos costó 18 euros, valió la pena como la canción de Mark Anthony.