te hacen o no feliz, el poder expresarte con tranquilidad, escribir, de alguna manera exteriorizas tus deseos, anhelos, por eso he colocado un buzón en mi despacho, allí entran alumnos, podrán decir de forma anónima lo que quieran sobre sus inquietudes, ya que se llama solo de ti, sabiendo que alguien va a leer sus escritos con ganas de entenderles, aunque solo el hecho de escribirlo y meterlo en el buzón ayuda a canalizar sus energías, están protegidos por el anonimato, podrán explicar si se sienten solos en el instituto, en casa, si tienen miedo a ir al instituto, a muchos esas inquietudes les parecen una tonteria, que no tienen importancia, que son cosas de la edad, pero para ellos son duras, cualquier persona que sufra da igual por lo que sea, lo está pasando mal, si no cuando un niño llora por que le falta el chupete, corremos como desesperados para dárselo, ¿por qué lo hacemos?, claro que también podemos interpretar, que nos apresuramos a darle el chupete para que no de la murga. Nadie llora por llorar, y el llanto nunca debería perder importancia, por mucho que se repita, no te acostumbres a ver llorar a nadie.
Pon un buzón en el interior de tu casa, y escribe cuando quieras comunicarte, y tienes miedo de que no te entiendan, de que no te escuchen, igual no estás rodeado de la persona adecuada, con decirselo, con intentar explicárselo una vez, debería bastar, para que intentará ayudar, entenderte o solucionarlo contigo, da igual que sea marido, hijo, madre o amigo.
Todo el mundo tiene derecho a ser escuchado, e intentar entender lo que te ocurre, de quizás por que no te sientes arropado, querido, de tus miedos, a ir al trabajo, al instituto, a las vacaciones con tu pareja que suelen ser fuentes de conflictos, a reuniones familiares,
cuándo tu hijo te diga mamá no quiero ir al colegio o al instituto, algo pasa en su interior, que no manifiesta, Cuándo tu pareja deja de querer ir contigo a ningún lado, y los silencios se hacen eternos y sólo hablas de facturas, de compras y de médicos, algo pasa y no bueno, cuando tus piernas te pesan al levantarte y tu cabeza busca el sueño, es por que no quiere afrontar la realidad, una realidad que en principio no era así, pero que ha cambiado y tu no la aceptas.
Busca ese buzón, puedes colocarlo en el interior de tu casa y escribe tu carta, por que visto lo visto y a viva voz, hay mucha gente alrededor que no se entera , da igual las veces que avises, las veces que lo cuentes hasta sentirte tonta, las veces que lo digas y no se percaten de nada, y necesitas que te escuchen al menos, cambiar para mejorar, un hogar es un barco, un trabajo de equipo, donde todos deben remar compenetrados, al igual que en la educación, por eso es un caos, en muchos casos cada uno rema a su ritmo pensando que va a llegar más lejos y no se da cuenta que depende de los demás.
Así que sin ser escuchados, ni entendidos, entramos en una cueva de aire viciado, donde no encontramos puertas, ni ventanas, encerrados cada vez más en nosotros mismos, siendo víctimas de una situación que no hemos buscado, encerrados en muros muy altos y de un grosor que cada vez va aumentando, y no sabemos salir, ya que los que nos rodean están ciegos, cuando los tenemos delante y están sordos aunque se lo digamos a la oreja, sencillamente por que no les interesa escuchar, y lo que sentimos son tonterías que ya se nos pasará.
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