Mamá, no me cuentes cuentos de princesas, cuéntame cuentos de heroínas, cuéntame que sobreviviste al hambre del amor y de la posguerra, a la tristeza de la necesidad, de la maldad humana, de la maldad de la naturaleza, aquel rayo que penetró en una chimenea para llevarse la vida de una niña vecina, el recurso del campo fue la salvación para alimentarse, que jugabas con hojas de árbol, porque no había muñecas , que os vestíais con cualquier trapo, mamá no me cuentes cuentos de princesas, cuéntame cuentos de heroínas, que dejaste a un amor, por otro, para embarcarte en un barco mercenario, el capitán te robó el corazón, que se bajaba en muchos puertos, y tú supiste enderezar el timón, para que el barco no se hundiese con nosotros dentro , ni se torciese el rumbo, que nos llevaste como palomas blancas, que te preocupaste sola muchas veces y que lo hiciste lo mejor que pudieron tus fuerzas, y es que mamá no me cuentes cuentos de princesas, cuéntame cuentos de heroínas, porque gracias a ti, yo sé sobrevivir. Y que …cuándo tu curiosidad quiso saber de ese antiguo amor, había muerto, y que nunca se casó por que quizás nunca te olvidó, porque las heroínas te dejan a su paso el suficiente viento para navegar solos, por ti mismo. Mamá no me cuentes cuentos de princesas, cuéntame cuentos de heroínas, como tú.
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