domingo, 24 de octubre de 2021

ENTRE PISO Y ENTRESUELO

 Entre piso y entresuelo,

entre el principal y  el primero

Entre nubes y claros ,

entre muros y espacios

Entre llego y me piro,

entre observo y te miro,

Entre dimes y diretes,

entre escucho y callo.

Entre vete y ven,

entre cajones y maletas.

Entre cuándo y cómo,

entre quienes y somos.

Entre cuestas y bajadas,

entre risas y carcajadas.

Entre océanos y mares,

entre llantos y avatares.

Entre el cura y la sotana,

entre la ostia y la campana.

Entre sola y con amores,

entre me aburres y me jodes.

Entre me dan y me entrego,

entre te digo te amo y no te quiero.

Entre pienso y me chino,

entre me obsesiono y me deprimo.

Entre me muero, vivo y

entre vivos, me muero.

Entre que unos van y otros vienen, 

la vida pasa y no se detiene.



MIENTRAS LLOVÍA

Salí fuera a buscar la luz de las estrellas, quería contar los destellos en una noche mágica pero llovía, hacía viento y en el cielo encapotado y oscuro no se veía nada de nada. Entonces volví a casa para encerrarme sintiéndome sola sin saber que estaba conmigo misma. Solo escuchaba la voz angustiada de alguien que aterrada no ve más allá. Tumbada en el sofá cerré los ojos para no mirar y vi, vi el terror de una quietud que no deseaba. No se escuchaba ningún ruido, ni mensajes de whatsapp, ni notificaciones, nada. Nada se atrevía a capturar una atención que reclamaba gritar abrazada a un cojín. Entonces apareció una sensación de paz que me inundó, voces que me mecían en la oscuridad. Salté del sofá y me puse un chubasquero, agarré un paraguas y abrí la puerta. El viento me llevaba a empujones y las gotas de lluvia resbalaban sobre mi ropa, sentí que la oscuridad de la noche me invitaba a pasear. Mientras caminaba pensaba en volar, en dejar de tocar tierra y suspenderme en el aire como las hojas llevadas por el viento de un otoño grosero.
Abrí el paraguas y un fuerte golpe de viento me azotó e hizo vibrar todo mi cuerpo. Empecé a despegar del suelo sin miedo, atravesé las nubes y vi las estrellas, caminé sobre sus puntas notándolas en la planta de mis pies. Allá arriba ya no llovía, ni hacía viento, el ruido parecía no existir. Estaba sola pero plena de felicidad, había traspasado algo y no sabía cómo, no sabía cuánto duraría y tampoco cómo dejaría de estar y sentir lo que sentía. El concepto tiempo parecía haberse fundido cómo los límites de una realidad que ya no medía nada.


miércoles, 6 de octubre de 2021

EN UNA PIEL QUE NO LE PERTENECE.

 El sonido del silencio solo se escuchaba entre notas de música que ella imaginaba. Mientras, se acurrucaba en una piel que no le pertenece, que envejece y se deshace entre arrugas de oruga. 

Pasa de arrastrarse a resbalar. Pasa de ondularse a fijarse en una línea recta que perfecta dibuja una huella de sombras, que desaparece entre las piezas de un puzle que perdido parece negarse a buscarse. Entre una y otra pieza empieza una camino sin retorno, que sin horno se cuece despacio.

 Indagando una salida que se riza cómo un bucle infinito y si sale que no lo cree, no sabrá a dónde ir. Porque la salida es un dibujo con embrujo que solo miente y engaña. Entonces, se envalentona y gira entre los cuatro puntos cardinales que se pitorrean de un destino que pinta de memoria sin saber si rota, circula o retorna. Mientras tiembla de incertidumbre.

Se alumbra en una lumbre de llamas airosas que chispean y le queman una piel que no le pertenece.


domingo, 26 de septiembre de 2021

UN DOMINGO ÚNICO

Domingo 26 de septiembre del año 2021. Cantabria. Hace un curioso día de otoño, aquí no se escucha el tronar del volcán canario que aterra en las Palmas. El mar Cantábrico no es cómplice de todos los muertos que diariamente se dejan la vida en el mediterráneo buscando una orilla que los identifique cómo seres humanos con derechos. A pesar de ser una tierra de lluvias hace sol, no tenemos las calles inundadas como en Andalucía y Extremadura. Es un domingo tranquilo aunque el pensamiento acompañe a todos los que naufragan en un océano de inquietudes, amargura, zozobras y llanto apegados unos a su vida y otros a la supervivencia.

Mientras miras detrás de la ventana de un hospital resignado hasta que las circunstancias permitan que tu familiar o amigo mejore o le den el alta, ves pasear a las familias, que salen de las casas y cargan el coche para pasar un feliz día de campo. Ves también padres que acompañan a su hijo a jugar ese partido tan importante, jubilados que de la mano o sin ella pasean con sus parejas o solos con sus recuerdos. 

Y aún así, con todo este movimiento de intereses diferentes, es 26 de septiembre del año 2021, un curioso día de otoño, silencioso. Solo los pájaros se atreven a piar y revolotear mientras algún abejorro se acerca a una flor amarilla resignada a tanta visita y robo. Aunque el pensamiento solidario esté con el malestar de un ecosistema rebelde ante tanto maltrato, ante políticos que no saben dar respuesta a una migración que muere resignada, aquí en Cantabria disfrutaremos de un día de otoño único, ya que este día nunca volverá, cómo tampoco sabremos si mañana viviremos con la tranquilidad y el silencio que lo hacemos hoy.

Domingo 26 de septiembre del año 2021.



miércoles, 1 de septiembre de 2021

LA TORTILLA DE PATATA

  Cuándo mi madre cocinaba la tortilla de patata, la casa se llenaba de un olor maravilloso que despertaba todos los sentidos. Deseabas comerte el huevo batido mezclado con las patatas fritas humedecidas en él, ese sabor saladito que presagiaba el mejor de los bocados. Era perfecta como trazada por la mina fina de un compás, tan redonda y con ese color amarillo, esfera de luz y color que llenaba como un sol toda la casa. Allí puesta en el centro de la mesa de la cocina. Nos pasábamos horas salivando hasta que levantaba el toque de queda para probarla, para fundirnos en un sabor que nos llenaba hasta las entrañas, era un momento de felicidad completa.

Mamá se marchó de viaje y nos dejó comida para cinco días y desde luego nos dejó una hermosa tortilla  de patata de doce huevos ni uno más ni uno menos. Al poco de marchar supimos que tuvo un accidente y estaba en coma, era muy grave y a las pocas horas murió. 

Mi hermano y yo nos metimos en internet para congelar la tortilla y que estuviera en perfectas condiciones para comérnosla más tarde, no queríamos perder el olor, el sabor, el amor que mi madre ponía al hacerla. Nos metimos en youtube y miramos como congelar productos alimenticios en las mejores condiciones, la envolvimos como nos dijo el tutorial de un experto en el asunto y la metimos en el congelador. 

Crecimos y viajamos con la tortilla extremando todos los cuidados como si de un trasplante de hígado se tratase. Pasaron muchos años hasta que mi hermano mayor enfermó gravemente, durante el final de sus días antes de entrar en una inconsciente agonía decía ver a mamá en la habitación del hospital sonriéndole como lo hacía cuando nos leía cuentos maravillosos e historias fantásticas. 

Decidí sacar la tortilla, quería vivir con él esos momentos de la infancia que nos hacían estremecer de felicidad. En las cocinas del hospital se encargaron de descongelar la tortilla, estaba como recién hecha, la calentaron con sumo cuidado y con un calor progresivo y suave. Nos la comimos en la habitación número doce, era día doce de marzo del dos mil doce y la tortilla era de doce huevos. Mientras saboreábamos nuestros recuerdos, nuestra madre parecía estar sentada allí mirándonos. Se nos caían las lágrimas de felicidad. A las doce de la noche mi hermano cerró los ojos con una sonrisa y se durmió.



jueves, 5 de agosto de 2021

UN ESPACIO SIN LÍMITE


Después de tanto suplicar un cambio...

De tanta disciplina, miro hacia arriba y no veo nada, hacia el suelo y no veo nada, alrededor solo ruidos, pero miro hacia dentro y algo me fuerza a caminar. Es una pendiente, una elevación hacia un punto de luz. Cuanto más me acerco más se aleja, cuánto más lo veo más se difumina, pero lo curioso es que no me pierdo. Entre el espesor corre el aire, entre la disforma admiro la nitidez de figuras nuevas, entre el silencio aparecen voces que me arropan y abrigan. El aire acaricia fresco y cálido. No siento nada, ni perdono, ni me asomo a la ventana. Aquí no hay puertas que cerrar ni abrir. No hay voces que callar ni escuchar. Solo subo la pendiente buscando o perdiéndome en una luz que persigo dentro de un espacio sin límite.


lunes, 2 de agosto de 2021

UNA LÁGRIMA SECA.

 Hace unos días que llegamos a Ceuta desde Cantabria para ver a la abuela y el resto de la familia.

Ayer paseábamos por la calle Real, a la altura de la plaza de abastos, vi a dos niños muy muy sucios. Uno estaba sentado, el otro a dos metros de pie. Me quedé mirando al niño sentado, tenía la mano vendada y la mirada muy triste. De su ojo izquierdo resbalaba el rastro de una lágrima ya seca. Era una huella inocente en un barrizal de impotencia salvaje. Sé que morí al verlo, sé que me sentí lo peor, perdí todas mis vísceras para inundar me de impotencia. Pensé en darle dinero, pero quizás le supondría un problema están vigilados. Comprarle un helado pero al final pasé de largo arrastrando el lastre de la falta de humanidad, esa que se camufla entre la gente, entre los bares, las tiendas, el consumo y el día a día que resuelves sin esa decrepitud política y social que late en las calles.

Él es solo un niño que ha perdido la esperanza, en una lágrima que parece ser la última.  Su cuerpo rendido a la tristeza. Nadie se para para cuestionarse nada¿ Dónde están los derechos humanos?.

Muchos recorren las calles con los brazos escayolados, sucios, desamparados, amenazados y quizás violados física y psicologicamente.

¿DÓNDE está la razón?¿ DÓNDE está el gobierno?, ¿ dónde la diplomacia? ¿ DÓNDE  está la protección? ¿ DÓNDE ESTÁ ESPAÑA Y DÓNDE EUROPA? ¿ DÓNDE ESTÁ LA POBLACIÓN QUE CONVIVE CON ESTO? ¿ DÓNDE están los medios de comunicación? 

Siento que ayer se me fue la vida mirando esa lágrima seca, sentí la frustración de nadar contracorriente y ahogarme. Sentí la impunidad de una sociedad enferma incapaz de conectarse para salvar a pobres niños que no han cumplido ni siquiera la primera década de su vida.

Días antes, nada más llegar vi a un adolescente de unos catorce años, estaba en un portal sentado. Identifiqué la derrota en su mirada y esa melancolía que lo empaña todo. Tenía el brazo roto escayolado. Muchos lo tienen, de intentar saltar a un barco donde naufragan sus anhelos 

Le miré a los ojos y tuve q volver, le di diez míseros euros mientras le volvía a mirar sonriendo, quise darle esperanza y quizás solo fue un nuevo engaño, como el que sintió cuando se dio cuenta que esto no es el mundo deseado que se imaginó en sus bonitos sueños moros. Aquí morimos de hambre espiritual, agonizamos de empatia, abusamos de protocolos para economizar en sentimientos , perdemos la solidaridad en cada paso que damos.

Y aunque la población de Ceuta esté harta de tanto abandono estatal. Un niño nunca debería perder la esperanza.

Quizás ya no seamos humanos. La ambición, el poder, el placer inmediato, el consumo excesivo, vivimos cebados de hipocresia que nos ciega y nos deja discapacitados de compasión. ¡ un horror!.



 




miércoles, 21 de julio de 2021

EL AUTOBÚS

 El autobús que nos llevaba al instituto es de la empresa García. Todos los días lo cojo a  las ocho y cinco. Subo y  ahora me siento solo en el asiento treinta y dos. Antes el treinta y uno lo ocupaba Iván, pero dejó de venir cuando le sorprendió una de esas enfermedades que solo nombrarla te paraliza el alma, te sucumbe el miedo y te invaden los porqués. Se convirtió en el centro de atención de toda su familia, todos se volcaron en él. le ayudé en todo lo que pude para que no perdiera el ritmo del curso, le pasaba apuntes y me ofrecí hacer los trabajos con él. Durante ese tiempo dejó de sufrir los comentarios crueles y violentos de algunos de sus compañeros y de otros alumnos del centro, que esperaban todas las mañanas su llegada para dejarle en apnea, bloquearle y desahuciar su autoestima. Aquella risitas de los pasillos, cuando pasaba o los balonazos en el patio. Era un valiente y yo un cobarde, nunca supe como defenderle temiendo ponerme en el punto de mira, que alguien se girase y cambiara el foco de atención, esta vez podría ser yo.

Iván era muy lector y compartimos muchos títulos de libros y novelas de autores como Nando lopez o Eloy Moreno. Su libro preferido era Invisible, era lo que más deseaba en el mundo desaparecer.

Mi abuelo dice que ser maricón es una enfermedad y que con dos buenas ostias se quita, ojalá las ostias que nunca fueron buenas quitaran las enfermedades de aquellos que se piensan sanos y están muertos de sensibilidad y afecto. Mi cobardía iba en aumento, cada día que pensaba en él, lo hacía con admiración.

Iván se lo dijo a sus padres en sexto de primaria, ellos ya lo sabían y le abrazaron por ser Iván, por ser ese hijo que tanto anhelaron y quisieron, ese que se esfumó como lo hace el tiempo, convirtiéndole en un recuerdo.

Me quema no poder hacer lo mismo, no tener la valentía de contarlo, de ser auténtico, de no ir de nada de lo que no soy. Temo que mis amigos me den de lado, que me eliminen de sus vidas por ser gay. A veces cuándo me acuesto se me caen las lágrimas, inundando la almohada de frustración, una cárcel que no me deja ser feliz.

El autobús era nuestro punto de encuentro. y nuestra despedida al salir de él, no quería que me relacionasen con Iván, tenía mucho miedo. Me sentía tan mal protagonizando una película que odio. Suplicaba cada noche que todo cambiara sin deparar que el cambio debía empezar por mi, por mis decisiones, libres de ese terror.

Lo añoro tanto, esa complicidad solapada que teníamos. El día que me dijeron que había muerto, fui al puente del embalse, me subí en él y cuándo quise volar, desaparecer apareció su rostro en el agua, me sonrió y susurró: ¡Eres dueño de tu destino!. Entonces me sentí pleno, sentí que me regaló su vida, me sentí fuerte y valeroso y sentí su perdón. Me bajé de aquel puente para ser otro, encontré un nuevo rumbo y él siempre será mi brújula.



martes, 6 de julio de 2021

CARTA A SAMUEL


 Hola Samuel, te miro en la foto de Google.  ¡ Que lindo eres, eras!. Te has convertido en el espíritu de la convivencia, esa que nos falta a todos los que no supimos protegerte con la educación,  el respeto a la dignidad, a los derechos y deberes, a interactuar bondadosamente con otras personas, estableciendo relaciones de igualdad y respeto mutuo, evitando todo tipo de violencia. Vivimos en una selva llena de depredadores de la autoestima, arrebatadores de identidad, de aprecio, de vida...como esos que te quitaron la tuya. También te arrancaron de tus amigos, de tu familia y de un país q llora por su ineptitud, una deshonra q corroe huesos y órganos vitales.
No te conocía y te echo de menos, tenías tanto q seguir aportando nos y tan poco los que te mataron. Nos faltas tú  y nos sobran ellos. Los asesinos.
Quizás el destino te quiso convertir en mártir para que nos demos cuenta de que vivímos llenos de prejuicios, de agresividad, de desprecio,de incertidumbre. Exentos de la protección que da una buena educación.  Me desalienta como profesora.
Samuel has pasado de ser sencillamente Samuel, a serlo todo. A estar por todos los rincones, haciéndonos saborear esta crueldad. Un símbolo de la injusticia que recorre nuestras calles por las que circulan demónios que protagonizan películas de terror. Quiero pensar que tu ausencia, nos haga tomar cartas en el asunto y que tú seas único,  que nunca más haya ese libre albedrío para matar a ángeles como tú. Siempre en nuestras conciencias.
Quizás el destino quiso convertirte en mártir,  para que nos demos cuenta que vivimos llenos de prejuicios, de agresividad, de desprecio, de incertidumbre. Exentos de la protección que da una buena educación. Me desalienta como profesora.


domingo, 4 de julio de 2021

EL CUENTO DE GOLONDRÍN

 Golondrín era un maravillosa golondrina, que vivía con sus padres. El verano había sido muy agitado aunque todavía no se había echado a volar y llegaba el día de ir a la escuela. Mama golondrina le hizo el bocadillo y le llevó la mochila con el pico ya que todavía no tenía la suficiente fuerza en sus alitas. Su madre le empujaba mientras él se resistía, no quería ir al cole.

Era muy simpático con sus hermanas y amigos pero se enfrentaba a algo nuevo y tenía miedo. Su madre le animó mucho a ir al cole y aprender nuevas cosas y conocer nuevos pajarillos. 

Cuándo llegó del ala de su madre y lo dejó dentro del aula, Golondrín se sintió triste, escuchaba mucho ruido del resto de pajarillos y se sentó en su silla. Allí recogido y sin moverse vio como su madre se marchaba, le empezaron a pesar muchos las alas, se sintió solo aunque estaba rodeado y se dedicó a observar todo lo que hacían los demás con muchísima curiosidad.

Uno de sus futuros compañeros de clase se agarró al ala de su madre y se quedó con cuatro plumas, otra se puso a jugar y gritar correteando por todo el aula, mientras otro no paraba de   piar como si  no hubiera  un mañana anunciando una falsa primavera, cómo si el sol se hubiera metido dentro por la ventana.

Después, la profesora los puso en corro y les preguntó un montón de cosas como a que les gustaba jugar, si tenían hermanos y si tenían mascotas. Uno dijo que sí, había salvado a un gusanito de ser comido por sus hermanitos en el nido y lo había domesticado. El gusano sabía diferenciar entre montaña y meseta. Si le decías montaña, se arrugaba y elevaba el cuerpo y si le decías meseta se estiraba como una goma tirante. Así pasó toda la mañana hasta que llegó el recreo. Sonó un timbre musical y salieron todos al patio. Golondrín estaba muy solo, asustado se agarró a la pata de Doña Golondrina, esta le llevó con otros pájaros que jugaban a saltar, brincar y correr. Golondrín no sabía que hacer con su timidez y huyó asustado. Se sentó en un banco unos minutos y aburrido se levantó,  empezó a volar a poca altura y en círculos, en seguida todos los que le observaron se colocaron a su lado haciendo lo mismo que él, empezaron a jugar a imitarse, a reír y disfrutar como nunca lo habían hecho esa mañana de tanta tensión, miedo y aparente soledad.

Al día siguiente Golondrín tiraba del ala de su madre para ir al cole, y ese fue el inicio de un curso que nunca olvidará. Hizo maravillosos amigos y amigas.

Al verano siguiente Golondrín y su familia se fueron lejos hacia el norte de vacaciones,  ya volaba con desparpajo y soltura. El viaje fue de lo más ameno, ¡tenía tantas cosas buenas que recordar del cole!, tantas anécdotas divertidas, que aunque fueron muchos kilómetros se le hizo realmente corto.




viernes, 18 de junio de 2021

NADIE ME AVISÓ

 Nadie me aviso que tras el llanto, habría silencio y los ojos que me contemplaban con admiración se tornarían violentos, agresivos, tristes. 

Nadie me avisó que el mundo en el que desperté, podría tambalearse como el terremoto más intenso y desolador, cruel y malvado.

Nadie me avisó que el barco en el que embarqué, un barco de lujo, lleno de expectativas, se hundiría como el Titanic. Pude ver el fondo y no me parecía tan malo, caer fue lo mejor del ocaso, de la incertidumbre. Ver en lo profundo  me dio fuerzas para impulsarme... pero nadie me avisó.

Nadie me avisó que ese llanto no sería el único, que irrumpí fuerte en un mundo que noquea cuando menos te lo esperas, que anestesia cuando más espabilado estás, que te hace derrumbarte en plena carrera triunfal, que te pone un muro de hormigón para taparte un bonito horizonte.

Nadie me avisó que perdería el ego amando, que lo daría todo por amor, que la mayor renuncia sería el mejor regalo.

Nadie me avisó  que tendría que superar el barrizal de la soledad, el frío, la tormenta, la lluvia que empoza sobre mojado. 

Nadie me avisó que tras la primera inhalación al nacer, tendría que aprender a respirar para no ahogarme.

Nadie me avisó que la vida me conquistaría cuando acababa de rendirme.

Nadie me avisó que cerraría los ojos para no ver en la oscuridad, para no sentir en un cuerpo ni una mente, para pertenecer a una divina energía que abandonaría un cuerpo para no estar pero permanecer en cada uno de los que alguna vez me rozó y me sintió cerca.

Nadie me avisó de nada.



sábado, 12 de junio de 2021

LA TRANSFORMACIÓN

 MIS ALAS ERAN FUERTES, LIGERAS, y TRANSPARENTES

ERAN UNAS ALAS CON MUCHAS ILUSIONES, CON MUCHO AMOR QUE DAR

CON MUCHAS GANAS DE VIVIR Y CON MUCHAS GANAS DE CONQUISTAR.

PERO NO FUE FÁCIL, FUI PERDIENDO CADA PLUMA CON CADA LLANTO

CON CADA DISCUSIÓN, CON CADA AMENAZA, CON CADA GOLPE.

PERDÍ TODAS Y CADA UNA DE MIS PLUMAS Y TUVE QUE DEJAR DE VOLAR.

TUVE QUE ARRINCONAR ME Y VIVIR EN LA OSCURIDAD MÁS PROFUNDA.

A PARTIR DE AHÍ, EMPECÉ A RECONSTRUIR ME. YA NO BROTARON AQUELLAS ALAS, 

TUVE QUE TRABAJAR MUY DURO Y ENTRENAR DIA TRAS DIA.  LAS  QUE EMPEZARON A SURGIR, YA NO ERAN LAS MISMAS.

ERAN PESADAS. ERAN ALAS

DE ACERO, FIRMES E INQUEBRANTABLES, Y AÚN ASÍ, CONSEGUÍ ALETEAR Y LO HICE

CON LA PERSEVERANCIA Y LA FUERZA DE LAS GANAS DE VIVIR Y DE SUPERARLO TODO. 

 ¡AQUÍ ESTOY !

MOVIENDO LAS COMO SI FUERAN LAS ALAS AQUELLAS Y  AUNQUE ESTAS SON PESADAS,

LAS MUEVO CON LA LIGEREZA DEL AVE MÁS HÁBIL  QUE PUEDA VOLAR Y LO HAGO TAN LEJOS

COMO MI PENSAMIENTO RENOVADO  DEJA. 

CADA DÍA, CADA MOMENTO, CADA INSTANTE, DISFRUTO DE SENTIRLAS, MIENTRAS ME RELAJO CON LAS CARICIAS 

 DEL VIENTO.



ANA Y OLIVIA

 Confiadas con un rostro mágico, con un ser al que adoraban, con el que jugaban y reían, al que abrazaban con esos abrazos de koala que no deja resquicios por donde pueda pasar el aire. Al que admiraban y le hacían ojitos, ojitos de ilusión, de amor, de caricias, de besos. Se marchaban con papa para rozarle con sus manos y sus labios, tenía esa magia que tienen los papas. Con él estaban atrapadas en la felicidad.

Se despidieron de mamá, ese pilar que siempre iba a estar allí, sin moverse, porque mamá eran parte de ellas, no algo aparte, era un yo dividido en tres unidas por la vida de por vida y por la muerte por siempre jamás. Mamá no era solo mamá, mamá es el mundo, el universo donde nacer y dónde ir al morir, mamá lo es todo, absolutamente todo.

Se despidieron de papá, viéndole sin  que la confusión ni el daño mataran la confianza ciega que tenían en él.

Cruzaron las dos el umbral de la mano, Olivia nunca dejó de coger firme a su hermana, era el mejor regalo de la vida y también de la muerte. Se abrazaban, reían y se miraban con la ternura de la inocencia más pura. Caminaron hacia una luz llena de mariposas, pájaros, flores y arcoíris mientras el sol les guiñaba un ojo y las nubes les sonreían a su paso. Mientras el cielo se llenaba de bruma de mar y de sal marina, de peces de colores, estrellas de mar, simpáticos delfines y una hermosa ballena con la mirada chispeante.

Nunca supieron que fueron arrojadas a este sueño eterno por la ira, el odio, el rencor, la rabia, la amenaza, la obsesión, la tiranía, la incertidumbre, la desconfianza, el miedo, los celos, la traición y disfrutaron de su viaje juntas. 

Ya al otro lado, el lado de los ángeles, las estrellas, las mariposas, no paran de jugar, de reír, de saltar, de girar una sobre la otra mientras se acarician y abrazan, se revuelcan y se buscan entre las olas de un cielo en el que no transcurre el tiempo, disfrutan gozando sin parar de un parque de columpios eterno.

Sus almas están alrededor de su madre Beatriz, dentro y fuera de ella, en sus ojos, en su mirada, en sus manos, en sus palabras y más juntas que nunca encienden el fuego de la vida y les susurran en miles de señales. ¡Mamá te quiero!, estamos bien, queremos mucho a papa. 

Siempre estaremos juntas contigo, sé feliz que aquí no existe el tiempo y disfrutaremos de este parque de atracciones y columpios, de cuentos, de risas, de monstruos buenos, de princesas valientes como tú, de castillos encantados, de jardines animados, de paisajes tinerfeños. 

Mamá te queremos!!!!!.



Preciosas. Siempre con mamá.

martes, 4 de mayo de 2021

ENTRECORTADA

 Así,  sin apenas respirar, con la respiración entrecortada, giraban los pensamientos, sin ton ni son.

¿DÓNDE está el norte, pregunté?

El silencio no respondió, era solo apariencia, mientras el ruido invadía una mente dispersa que

no sabía dónde estaba.

Miré por todos lados y no conseguía reconocer lo supuestamente conocido.

Me percaté del olvido, de la ausencia de recuerdos, de la novedad de las sensaciones, emociones...

La intuición murió en manos de una atroz aventura que surgía de la nada.

Entrecortada por la cintura, mientras los brazos intentaban alcanzar la luna y las piernas luchaban por avanzar. 

Apareció una luz cegadora que anuló la poca visibilidad que había. Paralizada, caminé hacia atrás, buscando algo en lo que cobijarme una ventana, una puerta, una imagen, una música, 

 sin embargo no había nada.

Caí en el suelo, la tierra se tragó un cuerpo de nadie, mientras, sin vértigo aterrize en una dimensión muy densa, 

flotando acaricié una especie de océano transparente, mimetizada y entrecortada me volví divisible en cientos, miles de cachos que se perdieron en una energía que lo envolvía todo. Me perdí para encontrar todo lo que no era capaz de reconocer entrecortada.




sábado, 1 de mayo de 2021

NO TE DEJARÉ NUNCA.

 Cuándo creí perder, dije que no, y cerré los ojos

TÚ me los abriste, y me dijiste: detrás de cada perdida, hay una oportunidad.

Cuándo me cansé de escuchar, apagué mis oídos, 

TÚ me animaste a hablar, a sentirme escuchada y a  sonreír.

Cuándo la soledad arrasó mis entrañas, escuché tu voz,

sentí tus pasos, me agarré fuerte a tus manos.

TÚ me dijiste: _ ¡nunca te abandonaré! aunque deje de vivir, de respirar, y de existir.

Te dejaré señales en cada amanecer, para que veas la luz aunque llueva, truene, nieve o tiemble la tierra.

Cuándo me sienta perdida, me dijiste: ¡sigue andando!, 

Cuándo te caigas, arrastra te, levántate, camina, no pares aunque sea el más mínimo movimiento, ese 

que te obligue a respirar, a sentirte viva aún en el pesar.

Cuándo te cuenten cuentos, déjalos volar, las historias maduran con el aire.

Cuándo llores, llora y cuándo vueles, vuela...

Cuándo sueñes, sueña y al despertar quizás no haya sol, no lo dudes,  estará detrás de las nubes

pero siempre mira dentro de ti, ahí estaré, siempre, siempre, siempre contigo. 



martes, 27 de abril de 2021

DESPLEGARTE

Los días pasan tranquilos a pesar de lo que perturba,
los sueños y la realidad, lo que ves y lo que has pasado,
lo que crees y lo que has dejado, ya no vuelves para atrás.
Apagas las voces que te hablan, que te dicen que te paran,
absorbes el silencio que te escucha, que te aplaca
 y que  te endulza.
Los días pasan tranquilos a pesar de la penumbra, 
de la luz que te envuelve y cuida, de la oscuridad que te 
oprime y embalsama. De los cerrojos que te oprimen, 
de los ojos que en el desasosiego han aprendido hablar y 
las bocas que en el inmenso ruido han sido obligadas a callar.
Y entre héroes y heroínas, entre un ustedes que nos engloba,
aprendemos a respetar, a tender la mano, ayudamos a cruzar.
Porque entre la vorágine de la paralización, aprendimos a cazar
los momentos que se esfumaban con las prisas desaforadas, 
con el salir y entrar y el dejar de permanecer, 
desplegarte en el recogimiento de un despertar que yace,
 el que hace por ser consciente de los momentos y del presente.



domingo, 11 de abril de 2021

LA CASA DE ENFRENTE

 No recuerdo, cuándo fue la primera vez que vi a Esther columpiándose desde el ventanal del salón, pero a partir de ese momento no dejé de verla nunca. Tenía apenas cuatro años cuándo le pregunté a mi madre quién era esa niña que siempre estaba en el columpio. Su respuesta fue otra pregunta ¿Qué niña?. Ella no la veía, estaba claro que era cosa mía y de nadie más. 

Un día le dije que si podía bajar a jugar al columpio y me dijo que sí. Las palabras tranquilizadoras de la pediatra la relajaron. Cuándo mi madre le contó lo del columpio, Carlota le dijo que era normal que las niñas y niños se hicieran amigos imaginarios. 

Desde arriba mi familia veía como hablaba sola con el columpio de al lado, no sabían que para mí era real, tan real que se volvió imprescindible, siempre bajaba a jugar y hablar con ella. Tenía un precioso pelo oscuro recogido en una coleta despeinada, unos ojos grandes y una mirada penetrante y chispeante igual que sus movimientos. Nos contábamos todo. Ella iba vestida diferente al resto de las niñas, su vestido tenía encajes, lazos y era bastante repujado. Tenía la piel blanca como la nieve y sus manos un poco sucias eran suaves como el terciopelo de los vestidos que mamá me ponía en navidad. 

Me contó que su padre y ella tuvieron un accidente mientras su madre viajaba en el Titanic, un barco que se hundió. Su padre se marchó al cielo pero ella no quiso irse y se quedó esperando a su madre en los columpios. Todos los días su padre la llama ¡Esther!, ¡Esther! y ella va para explicarle que no se irá hasta que aparezca su madre. 

Hablábamos de la escuela, la suya era muy divertida había niños y niñas de todas las edades y se lo pasaban muy bien, aunque la profesora tenía muy mal genio y a veces les azotaba con una regla o les castigaba de rodillas con los brazos extendidos y dos libros que pesaban demasiado, si se les caía les daba un reglazo. ¡Que dolor!, gritaba yo, imaginándome el impacto de la regla de madera .

Había un misterio muy grande en ella, nunca se cambiaba de vestido, ni de peinado, nunca se lavaba las manos y tampoco se ponía enferma. Mientras se columpiaba cantaba siempre una canción muy pegadiza sobre la guerra y el amor, que por lo visto le cantaba su madre y lo curioso es que mi madre me la cantaba también por que a ella se la había cantado siempre mi abuela.

Con ella aprendí a jugar con el viento y las hojas, me gustaba jugar a tensar nuestros brazos y girar a toda velocidad.

Fui creciendo y ella seguía igual, tenía siete años y siempre mantenía esa edad. 

Un día le conté a mamá todo lo que me había contado y se quedó sorprendida. Esa casa perteneció a mi abuela, allí vivía con su marido y su única hija me dijo. Un mes antes de que ocurriera lo del barco en abril de 1912 . Un matrimonio inglés  conocedor de las habilidades de mi abuela cómo modista. había solicitado sus servicios para hacerle una colección de trajes y vestidos ya que se dirigían a Nueva York para participar en un enlace de la alta aristocracia. Ella viajaba con ellos, pero  en un camarote para el servicio. En la madrugada del día 14 de  para el 15 de abril el barco chocó contra un iceberg en el océano atlántico. Fermina que así se llama mi abuela cogió ante la urgencia solo la foto de su marido y su hija de siete años y subió al bote número ocho. Allí fue rescatada. Las paradojas de la vida, quisieron que cuándo volvía hacia España, se enterase del accidente que tuvieron su esposo y su hija al caer por un puente en una embestida por la subida del caudal del río. 

La abuela nunca quiso volver a esa casa. Cuándo viene a comer los domingos llora en la ventana desde la que se ve el columpio. Cuándo te ve a ti hablando abajo se emociona, te ve mucho parecido con la hija que perdió.

¿Y que pasó después?. Pregunté nerviosa. Mi madre me contó que mi abuela conoció a mi abuelo, en el banco, cuándo fue a arreglar todo lo de la herencia de su marido, se hicieron amigos hasta que cinco años después se casaron, se fueron a vivir al otro lado de la ciudad. Me tuvieron a mi y yo muchos años después te tuve a ti. 

¿Mamá, el domingo viene a comer?, podré hablar con ella. ¿podré hacerlo?. Mejor no, respondió mi madre. Ella nunca se recuperó de la perdida y este suceso tan misterioso puede revolverla mucho.

Ese domingo, mi abuela vino a comer y me sentí más cerca que nunca de ella, quería contarle tantas cosas misteriosas que ella podía resolver pero mi madre no me dejaba. 

Esa tarde, bajé a los columpios y estuve con Esther, mi mejor amiga. Lo pasamos genial.  Hablamos y hablamos, reímos  como si no hubiera un mañana.

 De pronto mi madre me llamó, subí a todo correr, me dijo que la abuela se había quedado dormida para siempre. lloré mientras me asomé a ver a mi amiga y la vi de espaldas con mi abuela. Se iban juntas. No hubo más veces, no hubo mas encuentros pero me quedó la paz de haber conseguido terminar uno de los puzles más difíciles que había encarado hasta ahora. La vida y la muerte me sorprendió como nunca nadie lo había hecho y me pregunto: ¿Cómo pude estar en dos mundos ?. Quizás algún día me reuniré con Esther y con mi abuela Fermina. Quizás nunca se marcharon y siguen a mi lado, en silencio. 

A veces veo el columpio moverse y bajo corriendo y me siento al lado. Siento paz, tranquilidad y una serenidad que me da la brisa de ese viento que compartimos durante tantos ratos maravillosos.



sábado, 10 de abril de 2021

EL TREN DE CERCANÍA Y EL DE LARGO RECORRIDO

 Parecía caminar pero no daba ni un solo paso, 

entre la gente se iba quedando atrás, adormecido

por un ritmo al que no se adaptaba, se encontró un amigo banco y se sentó en él. Al principio lo despreció, solo servía para hacerle sentir más inútil, le permitía y le consentía abatirse, recogerse en el camino, quedarse paralizado con el sonido de algunos gritos, taladradoras de las obras de edificios cercanos, los coches pitando, el sonido de las ambulancias, bomberos y policía. Desde ahí miraba los pasos de la gente, rápidos, tirando de la mano de los niños, prisas muchas prisas por llegar, por volver, por coger, por tener, por acumular, por acabar cuánto antes, para seguir haciendo, para seguir dormido hasta volcar y despertar al sueño en una cama que por la mañana el despertador escupe a un nuevo sometimiento y un día, otro y otro más. 

No tengo tiempo se dijo, no tengo suficientes horas, tengo mucho trabajo, no llego a final de mes, no me dan pausas ni respiros. Y lo que veo no me gusta y lo que enciendo me apaga y lo que me apaga me consume. 

Para en ese banco y se da cuenta que respira pero no oxigena, que mira pero no ve, que el sol late pero sus rayos no llegan a calentarle. la vida se cuela por mil agujeros, por cientos de rendijas, por millones de fisuras. 

Siente un nudo en la garganta, otro nudo en el abdomen, siente peso en su cuerpo y un desorden en su cabeza. Decide echarse, alguien se acerca mientras le pregunta si se encuentra bien. Le responde que sí, no tiene fuerza para explicaciones, descansa unos minutos y se pone en pie. Vuelve a la estación de tren, se quedó mirando a cada viajero, sus pasos, sus gestos, su tono de voz. Escuchó los anuncios de las llegadas y salidas de cada tren. Se fue a la ventanilla de billetes y le dijo al vendedor que le diese un billete de tren. ¿A dónde se dirige?. le preguntó. No lo sé le contestó. Deme un billete de tren, da igual dónde sea, pero no me diga el destino por favor. Cuándo se lo dio, leyó Valencia y hacia el andén se dirigió, solo le quedaban cinco minutos.

Se subió al tren, tardó tres horas cuarenta y cinco minutos, bajó y se sentó en otro banco con el desconcierto de no saber que hacer ni dónde ir. Al minuto empezó a andar dirigiéndose a la ciudad de la ciencia y al oceanográfico, allí pasó todo el día, paseó por la ciudad nocturna, disfrutando  de la luz penetrante del mediterráneo, se dio un baño en la playa y acarició el horizonte con sus manos. Al salir dibujó la luna llena con su dedo índice y contó estrellas, tantas que se quedó dormido en la suave arena. 

Se despertó con el canto de un gallo, en su cama, vio las estanterías de su cuarto y el viejo armario que le dio su madre. ¿Había sido un sueño? pensó, se duchó y se vistió rápido, tenía que coger el cercanías para llegar a trabajar. Después de desayunar y coger su mochila y su portátil, corrió hacia la puerta y en la mesa de la entrada encontró un billete de tren  de vuelta de Valencia del día anterior, junto con la entradas del oceanográfico y de la ciudad de la ciencia. 

¿Por qué faltaste ayer a trabajar?, ¿Por qué no avisaste?, le preguntó el jefe, Puso como excusa una subida repentina de fiebre que le tenía cao en la cama.  Pero la realidad solo la sabía su mente, esa que siempre le escondió a su cuerpo lo que pensó, lo que hizo, de que escapó o de quien quiso esconderse.  

Quizás de él mismo.




sábado, 3 de abril de 2021

¡MAMÁ, CÚRAME!

 Se cayó y se miró la rodilla, se asustó al ver que se rasgó la piel y de que brotaban gotitas de sangre muy muy roja. Corrió hacia su madre y le dijo: - ¡mamá, cúrame!. Aquello le dejó una pequeña cicatriz que olvidó sin más. Pasaron los años y hubo más caídas, tatuajes a modo de cicatriz que su cuerpo quiso guardar en su memoria, homenaje a esos momentos en los que aprendió a montar en bicicleta, monopatín y otras hazañas memorables, siempre seguidas de un ¡mamá cúrame!. Ese mamá cúrame era una cura en sí mismo, ahí estaba ella para darle abrazos y besos, arrumacos y carantoñas.

Años después conoció un nuevo dolor, más profundo y desolador. Algo que retumbó no solo en su cuerpo si no en todas sus entrañas. Mamá se marchó al país de nunca jamás, a ese lugar que el visitaba todas las noches en sus sueños, dónde la veía resplandeciente con su cabello largo, ese que él sujetaba con fuerza, cuándo ella lo sostenía en su regazo. Le costó mucho volver, cada mañana al despertar buscaba un nuevo sueño, pero el día pedía paso y tenía que afrontar la realidad de vivir sin ella. Al partir, le dejó en un puerto nuevo, desamparado dónde ya no podría acudir a ella y tendría que buscar el consuelo en su propio pecho, pero el calor nunca fue el mismo.

El desamor de pareja, le abrió el pecho de par en par, su cuerpo convulsionaba de nuevo en la inestabilidad de haberlo perdido todo, se perdió en la batalla del miedo. Esta vez gritó y gritó ¡ Mamá cúrame, mamá cúrame! pero el silencio abría una ventana mayor a la desolación. 

Llegó la noche y el cansancio le sumió en el sueño del país de nunca jamás, borracho de dolor y humedecido por las lágrimas, notó un calor muy agradable que le envolvía, que le mecía, le susurraba te quiero, ten valor, todo pasará. Él se agarraba a su pelo, tan suave y mágico, ese mechón que siempre le daba tanta seguridad. Su madre seguía abrazándolo mientras le decía que descansara, que volvería a ser, a corretear sin miedo a pesar de las heridas. La vida fortalece tu corazón, mientras le susurraba ¡ eres invencible!, puedes con todo.

¡ Mamá, cúrame!... Se quedó profundamente dormido. Al despertar, se dio cuenta de que tenía la mano derecha cerrada con fuerza, al abrirla vio un mechón de pelo, su olor y suavidad no le dejó dudas, era de su madre. La señal de que nunca se había ido. 

¡Mamá, cúrame!...siempre hijo, siempre.



 

CUÁNDO EL ALMA PIDE CALMA

 Cuándo el alma pide calma y desarma la acción, se encierra en la penumbra, se desactiva y se pone en modo avión. 

Cuándo el alma pide sosiego y deja de escuchar, de ver, de oír, de hablar y de tocar. Entonces la mirada se vuelve detrás de los ojos, se envuelve de oscuridad.

Cuándo el alma pide un ¡basta ya!. Basta de lo demasiados y de los insuficientes, basta de los debes, de los atiende. Basta de escucharlo todo, de no callar, de hablar sin reparo y de decir sin más.

Basta de correr con la prisa, de moler el tiempo, de romper las pausas, de malcriar los momentos. De pisar y pisar sin saber qué aplastamos, de agotar los respiros y consumir los suspiros.

Cuándo el alma pide calma , me pierdo en las voces de un desierto interno que recorro sin prisa. Dónde la brisa son susurros de agua salada. Dónde no ando, solo vuelo entre bancos de arena dorada. 

Aquí los pájaros pían canciones de amor y el sol se hermanó con la luna para lucir sin abrasar y rondarte sin perseguirte.

Aquí no duele nada, el dolor camina embriagado por la dicha de tanto amor, ese amor primaveral que florece de todos lados, de cada rincón, de cada emoción.

Que no me llamen, cuándo el alma pide calma. 


Cuándo el alma pide calma, siempre me vengo aquí.



sábado, 13 de marzo de 2021

LA ÚLTIMA LLAMADA

 Sabía que podría ser en cualquier momento. Cuándo me despedí de él, supe que era para siempre, supe que aquí ya no le vería más y que sería en el túnel de luces, en el camino del tránsito de la vida a la muerte cuándo seguramente viera de nuevo su rostro, sus brazos abiertos para abrazarme, esos brazos que en vida nunca tuvieron un momento para quererme o amarme plenamente. Nunca tuvo la culpa, en su cuerpo grabaron a fuego el desamor, la distancia, la crueldad y el desapego, no tenía recursos para susurrarme un te amo que me llenara el alma. 

Pero yo le amé  y le odié con la inocencia plena de mi cuerpo y alma. Siempre le miraba con el deseo de ser arropada por sus grandes manos, por su fuerte pecho. Soñaba con su tiempo, quizás los sueños siempre se cumplan pero ese en concreto será en otro momento sin tiempo, sin cielo, sin tempestades ni recelos. 

Aquel día le llamé sabiendo que era el último, se puso con genio en su voz. Deseaba fumar de nuevo y le invité a hacerlo. Me dijo que se lo decía porque sabía que se iba a morir.... y así fue, esa misma noche.

Me acordé de uno de nuestros últimos momentos, cuándo me senté con él en el sofá y mirando su mirada cansada, me dijo que no había sido un buen padre, que lo sentía. No tenía nada que perdonarle, el no supo recuperarse de una infancia triste, muy triste y la arrastró como el peor de los castigos. ¿Quién era yo para juzgarle?. Le contesté que lo hizo lo mejor que pudo. 

Esa noche se dejó su cuerpo, su coche, su barco, su maqueta de trenes, su último paquete de tabaco, su perro que días más tarde hizo lo mismo y se marchó con él. Se lo dejó todo, su tristeza, su autodestrucción, sus viajes, sus conflictos con el tiempo, sus inseguridades y sus complejos. 

Navegó por el aire y cruzó el estrecho, se difuminó entre las nubes y los claros de un poniente intenso.

En la última llamada le dije que fumara de nuevo y el supo que se iba a morir esa misma noche. Se fumó su vida en cada uno de los casi ochenta cigarrillos diarios que colapsaron su cuerpo, se fumó mi infancia y la de mis hermanos, se fumó su matrimonio y la oportunidad de ser feliz. Esa oportunidad de la que nunca fue consciente que existía. 

Cuándo mi sueño se cumpla, te sentiré cerca, libre de esos grilletes que nunca te dejaron vivir.



domingo, 7 de marzo de 2021

HABITOS SALUDABLES: A TRAVÉS DE TÍ .

CARTA A LOS ABUEL@S:

 Hola soy Carmen, la profesora de Educación Física de su niet@, gracias por ayudarme a hacer este trabajo tan importante y colaborar con su miet@ para tener el testimonio de una persona tan importante como usted, que ha vivido tantos años, tantas cosas y conocer otra visión personal de la historia a través de usted. 

Recuerdo a mis abuelos con mucho amor y cariño, sobre todo a una de mis abuelas con la que la vida me dejó compartir muchos ratos de charlas interesantísimas sobre su infancia, su juventud, la familia, la madurez y su desarrollo intelectual y personal. Aprendí mucho de sus palabras, de su mirada tierna y afectiva, de esa protección de la que me hizo partícipe siempre. Comprendí dialogando con ella, muchas de sus elecciones, que de otra forma no hubiera entendido.

Gracias de todo corazón. Este trabajo es un proyecto siempre mágico, entre generaciones, dónde el nieto aprende como es la vida sin tanta tecnología, a veces con carencias, otras con perdidas familiares como la de hermanos pequeños. Aprenden cómo eran las relaciones de amigos, cómo se conocían las parejas, cómo se divertían de pequeños y disfrutaban del tiempo de ocio. la escuela, los estudios, las actividades profesionales, la actividad deportiva, cómo se desarrollaba la vida familiar, las responsabilidades familiares, la alimentación. Cómo vivieron los acontecimientos socio políticos de la muerte de Franco, de la transición, las crisis mundiales, los atentados de Eta, el golpe de estado, el terrorismo yihadista de las torres gemelas o del 14 de marzo del 2004. Un sinfín de cuestiones tan interesantes y enriquecedoras que hacen que este trabajo no sea uno más. Hacen que este proyecto sea realmente mágico. Mil gracias.


APARTADOS DEL TRABAJO:

Hola chic@s: 

Os voy a dar una guía para hacer el trabajo, pero eso no significa que teniendo en cuenta esta guía lo podáis hacer cómo queráis. Hacerlo con mimo y mucho amor, podéis poner fotos simuladas o fotocopias de las reales. Hacerlo en formato vídeo, decorarlo con dibujos acordes al contenido...

Buscar un sitio confortable, una luz agradable, una mesa con un té o café lo que más le guste a vuestros abuelos, no tengáis ninguna prisa, va a ser un rato mágico donde vais a viajar a diferentes épocas y a nutriros de afectos y conocimientos. Os va a ayudar a desarrollar la empatía, el amor, la compasión y la comprensión, vais a alucinar con maravillosas anécdotas y aventuras, con otros modos y medios de relacionarse. Con un mundo de arraigados valores y principios. Se os abrirá el corazón como nunca se os a abierto y habrá una conexión y una complicidad alucinante.

LOS ABUELOS Y ABUELAS SOLO RESPONDERÁN A LO QUE QUIERAN, NO LES INSISTÁIS, MI INTENCIÓN ES QUE APRENDÁIS DE ELLOS Y ELLOS PASEN UN BUEN RATO CON VOSOTROS. 

¿Cómo empezar?

Con un biografía general de sus vidas: desde el nacimiento hasta la madurez, justo dónde están ahora.

Pasando por las fases de la pubertad, adolescencia, juventud, adultez y actualidad. 

Lo más interesante son las anécdotas. Es importante que los abuelos/as cuenten lo que quieran contar, que se sientan muy cómodos, podéis redirigirles (con alguna pregunta o pasando a la siguiente fase, sea la infancia, adolescencia...)cuándo se pierdan ya que eso nos pasaría a todos los que intentemos rememorar nuestra vida. 

Tener en cuenta un poco en cada fase los aspectos:

- de juegos , actividad física. Tipos de juegos en la infancia. Si ese juego viene con una canción y el abuelo o abuela se acuerda, por favor recogerla o gravarla.

-  Aspectos relacionales o de comunicación familiar ( responsabilidades dentro de casa, entre hermanos, tiempo de juegos con los padres, relación con los abuelos, anécdotas que le contaron los abuelos de la guerra y la posguerra y de otras cosas)´

- Relación con los amigos, cómo se conocían a las parejas.

- estudios y escuela. (relación con el profesor, con los compañeros de clase)

- economía, administración. (cómo era el consumo en esa época en contraste con la actualidad).

- Ocupación del tiempo libre. 

- la tecnología. (medios de comunicación como el correo por carta, teléfono...)

- la alimentación y las labores de casa ( ¿Cómo era el tipo de alimentación en su hogar?, ¿Qué aparatos de limpieza ayudaban en las labores de casa?.)

- Cómo era la provisión de alimentos ( si tenían campos de cultivo). La diferencia con los alimentos en la actualidad, los envoltorios, ingredientes...

- la sanidad (el nivel de mortalidad era mucho mayor que el de la actualidad), las vacunas, la mortalidad en los partos, la enfermedad infantil (enfermedades que en la actualidad están erradicadas).

- ¿Cuáles fueron los acontecimientos políticos y sociales de la época que más le afectaron?, ¿Cómo los vivió?

Otras preguntas:

- ¿Qué te inquieta de los acontecimientos de todo tipo que ocurren en la actualidad?

- ¿Qué opinión tienes del comportamiento  y actitud de los jóvenes?

- ¿Qué te parece la educación que se da en las familias en la actualidad?

- ¿Te parece que se les prepara bien para afrontar un mundo lleno de retos intelectuales, emocionales y afectivos. A un mundo de vertiginosos cambios, dónde la inestabilidad en los puestos de trabajo fuerza al individuo hacia la adaptación y preparación continua para afrontar los continuos retos.

- ¿ Cómo afrontar el estrés y la ansiedad que inunda a los seres humanos en la actualidad?

- Lecturas de libros que hayan releído, que más le hayan  gustado, ayudado y que recuerden siempre. 

- ¿Quién o quiénes han sido sus maestros o mentores de vida? ¿y por qué?

-¿Que te ha enseñado la vida abuel@?

- ¿Qué es para ti la felicidad?

- ¿Qué hechos o cosas te han dado realmente felicidad?

- ¿ Que propósitos u objetivos han dado sentido a tu existencia y le siguen dando sentido?

- Si volvieras a vivir de nuevo, ¿cambiarías algo?

- ¿Cómo superaste las crisis personales?

-  Abuel@, ¿Qué consejos me darías para vivir plenamente, feliz y tranquilo?

- ¿Qué es para ti el amor?

- ¿Cómo gestionar los fracasos de cualquier índole?

- ¿Cómo encontrar la paz con uno mismo?

- ¿ Que es para ti un vida saludable? ejercicio físico, alimentación equilibrada, descanso pleno, gestionar bien las emociones, equilibrar el pensamiento, gestionar bien tu tiempo, rodearte de personas con energía positiva, que te sumen y no resten. 


Daros las gracias por afrontar este trabajo con ilusión. ¡ Ojalá sea la misma que la mía al plantearlo. 


ASPECTOS DE FORMA DEL TRABAJO:

- Si el trabajo es escrito. Os ruego que lo hagáis con sumo mimo, es decir con portada (dibujo, foto, frase filosófica buscada acorde con el contenido citando al autor. Por ejemplo Si nada nos salva de la muerte, que el amor nos salve de la vida. Pablo Neruda. Folio en blanco y seguido los folios con la biografía, después las preguntas seleccionadas para hacerle la entrevista (es importante que sepáis jugar con los silencios para dejarles recordar, no interrumpirles, ni cortarles para introducir de forma apresurada otra pregunta). Si vuestros padres están por allí, durante el rato de la recogida de información, pueden ser de gran ayuda para enriquecer el contenido, ya que ellos vivieron junto a vuestros abuelos en la infancia y resto de etapas.

A lo mejor tenéis que fraccionar los ratos porque son muchas las preguntas y es normal cualquier persona se cansaría, recordar a veces es agotador, ya que arrastra muchas emociones.

Para finalizar podéis recoger refranes, dichos, frases, coletillas que toda la vida les han acompañado. un folio en blanco o buscar como finiquitar el trabajo de la manera más bonita (depende de vuestra creatividad).

- Si el trabajo es en vídeo, os sugiero que busquéis un entorno bonito y relajante para hacer la entrevista y escuchar su biografía. El vídeo tiene que estar bien editado, que se escuche bien su voz y la tuya cuándo intervengas. Podéis poner música suave de fondo, intercalar fotos o imágenes que apoyen los testimonios en las diferentes etapas. En realidad, un cortometraje con la vida de vuestros abuelos.

- En cualquiera de las dos opciones, tenéis que poner cualquier fuente consultada ya sea internet o documentación impresa, nombrando edición y autor.

LOS TRABAJOS SEAN EN EL FORMATO QUE SEA, SE DEVOLVERÁN A TODOS LOS ALUMNOS, PARA QUE LO TENGAN LAS FAMILIAS. ADEMÁS SERÁ UN BONITO REGALO PARA EL O LA PROTAGONISTA QUE OS HA AYUDADO TANTO A HACERLO. 

MUCHÍSIMAS GRACIAS Y OJALÁ DISFRUTÉIS MUCHO EN SU REALIZACIÓN. 

BESOS PARA TODOS Y TAMBIÉN  PARA TODAS LAS FAMILIAS.

CARMEN.



A MI ABUELA CARMEN MORENO NADAL. GRACIAS POR TODO LO QUE ME REGALASTES CON TUS SABIAS PALABRAS.

DESDE EL OTRO LADO

 Me filtro por tu lagrimal,

me empaño de la humedad de tus ojos.

De tus infinitas razones para no razonar,

para ver el mundo como una amenaza.

Te sientes tan pequeña, tan frágil,

que tus ojos vibran perdiendo luz y color.

Quiero darte armas compasivas,

quiero darte fuego que avive tus fuerzas,

quiero darte seguridad para afianzar tus pasos,

quiero darte voz para que cantes bajo la lluvia,

bajo la tormenta, los relámpagos, la incertidumbre.

Quiero que te ames en cada paso, cada segundo,

quiero que te mires como miras a un niño perdido,

que te tiendas los brazos, que te des calor, 

que te mezas en la alegría y también en el dolor. 

Tú sufrimiento inocente enciende el volcán , 

ese que hay en mi, silenciado por mis mantras.

Quiero que no te des la espalda, 

que no envenenes tus palabras, 

que no te quemes en las culpas, 

que dejes crecer tus disculpas,

y todos los agradecimientos por ser tal cual eres.

Un ser perfecto, libre, lleno de vida y con un potencial infinito,

que no deja de prepararse y crecer, para manifestar toda su 

maravillosa grandeza.

Y estaré esperando con mi volcán silenciado para que seas tú, 

una más de tantas, que con su personalidad y carisma llene el cielo de 

esa luz y color que solo crean las buenas personas, 

tanto en la tierra, como en el cielo lleno de estrellas.

TE AMO POR SER TAL CUAL ERES.



lunes, 1 de marzo de 2021

PALABRAS FÉRTILES.

 Recuerdo su sabiduría, esa manera mágica de mirar, anticipándose a todas las señales. Sus manos de piel fina como el papel con el que envolvía sus cigarrillos more, esos que fumaba muy de vez en cuando. No tragaba la nicotina solo la dejaba resbalar entre sus labios, mientras su mano delgada y arrugada se movía con esa elegancia de las actrices de los años veinte. Un cigarrillo envuelto en papel de flores de bohemia.

Su traje hecho a medida, no le faltaba ningún detalle y no tenía ni un ápice de tela sobrante, le quedaba como un guante, todas las arrugas estaban en su piel, todas las heridas en su corazón cosidas sin anestesia y con mucho dolor. Ese dolor que tenía en su mirada desconfiada. Esa mirada proyectada por su mente que se clavaba en la tuya. Cada palabra conectaba con cientos de significados llenos de sal, de esa que deja escamas y hace que sus ojos vean a través de un cortinaje blanco, ese que avisa de que el final de la película está cerca y solo  importa ser la  protagonista. Se merece escribir su final, ser esa imagen que cierre el último fotograma.

Me gustaba acercarme a su valentía y a sus miedos. A ese tono de voz profundo, que ya no cambia de criterio, que ya no busca la sorpresa, que ya no espera sensaciones, que no se eriza y no se riza con la humedad de un día nublado de otoño. Esa que no germina con la primavera. Me gustaba entrever en sus palabras y sus silencios. En su pelo blanco en sus claros y oscuros. Todo era un misterio en ella. 

Me hubiera gustado entrevistarla, llenarme de ella, empatizar con todo aquello que le había pasado en la vida, me habría encantado escuchar tanto de ella, hacerme cómplice de su sufrimiento. Quizás así se hubiera ido sin un pasado que arrastró contra viento y marea, con el que supo vivir pero que no le dejó hacerlo con plenitud. Se marchitó en la hoguera de una soledad en la que se encerró y la hizo marchitar, entre las cuatro paredes de un alma castigada, que no supo quitarse sus penitencias.

Cuántas cosas te preguntaría si estuvieras aquí, cuántas cosas me gustaría saber, cuántas...abuela.