Don Tomás era el cura del pueblo,
llevaba más de 20 años allí, le adoraban por su simpatía, muchos que habían
perdido la fe volvieron a la iglesia. Con Don Tomás no te sentías culpable de
los pecaditos que teníamos, quitarle del bolso a tu mujer para tabaco, aunque
más de uno cogía para otras cosas. A 10 kilómetros del pueblo Don Eusebio, puso
un puti, con una herencia de su abuela. Antes de jubilarse era viajante, y
siempre veía a las mismas putas haciendo la calle, y cuándo se jubiló se hizo
autónomo, y las contrató, quería darles un techo donde ejercitar su trabajo y
quitar las del frío de la noche y del tremendo sol del día.
- Don Tomás se lo dijo en el confesionario: hijo, sé que lo has hecho por el bien de las muchachas pero las mujeres del pueblo están que trinan.
- Don Eusebio le dijo: antes se iban al que está a unos 50 kilómetros, se gastaban mucho dinero por que comían por ahí, y como tardaban tenían que comprarle un regalo a su mujer para borrarle su mala cara, ahora ya no pasa eso, van y vuelven en un pis pás, y el dinero que se ahorran lo pueden gastar en el pueblo. Además allí, cómo aquí Don Tomás tenemos secreto de sumario, y el que va repetidas veces, deja constancia de fecha y hora, y yo por si le sirve para reprimirse le pongo en la mesita de noche de la habitación la foto de su mujer, que se la saco de la cartera .
- ¿y funciona?, preguntó Don Tomás.
- No, nunca funciona ya sabe usted que el deseo carnal es muy fuerte.
- Don Tomás se sujetó la cabeza y dijo: eso sin duda es lujuria.
- Don Tomás se lo dijo en el confesionario: hijo, sé que lo has hecho por el bien de las muchachas pero las mujeres del pueblo están que trinan.
- Don Eusebio le dijo: antes se iban al que está a unos 50 kilómetros, se gastaban mucho dinero por que comían por ahí, y como tardaban tenían que comprarle un regalo a su mujer para borrarle su mala cara, ahora ya no pasa eso, van y vuelven en un pis pás, y el dinero que se ahorran lo pueden gastar en el pueblo. Además allí, cómo aquí Don Tomás tenemos secreto de sumario, y el que va repetidas veces, deja constancia de fecha y hora, y yo por si le sirve para reprimirse le pongo en la mesita de noche de la habitación la foto de su mujer, que se la saco de la cartera .
- ¿y funciona?, preguntó Don Tomás.
- No, nunca funciona ya sabe usted que el deseo carnal es muy fuerte.
- Don Tomás se sujetó la cabeza y dijo: eso sin duda es lujuria.
Sí, es verdad Don Tomás, pero esos
hombres necesitan desfogar, las mujeres del pueblo están muy atareadas con la
casa, los hijos, sus chismorreos, y los hombres necesitan calmar ese deseo, ese
que no tienen en el lecho conyugal.
El puti, siempre está reluciente,
recién pintado, porque el carpintero viene frecuentemente, el electricista está
a todas horas, los jubilados van a mantener el jardín, que luce precioso, no le
falta personal de mantenimiento, solo nos falta confesarlas, por eso Don Tomás
sería importante que me dijera un día a la semana o si le parece los domingos y
las traigo y usted las confiesa.
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