LA NIÑA Y EL SAUCE LLORÓN
Ella era pequeña, solo 7 años y siempre pensaba el porqué de las cosas, y muchas veces no tenía respuestas y eso la inquietaba, no le gustaba hacer lo que las niñas de su edad solían hacer, le gustaba pensar, escribir y dibujar, escuchar música. A veces se sentía muy sola, por que oía discusiones, veía cosas que le parecían injustas y quería crecer, solo quería crecer.
Cuando estaba triste iba a su jardín y se quedaba sola sentada al pie de un sauce llorón, esas enormes ramas que la rodeaban, a modo de cueva, allí se sentía segura y calmada. A veces lloraba y las lágrimas que caían por su cara terminaban en la tierra sobre las raíces del árbol, entonces el árbol la abrazaba con sus ramas y ella se sentía muy querida y sosegada.
Un día sus padres decidieron marcharse a un piso, la niña tuvo que abandonar el jardín y su árbol, la última tarde la pasaron abrazados sin separarse. Se sintió sola muchas veces y pensaba en él, en sus ramas, en su cueva.
Se hizo mayor, y una tarde fue a visitarlo, pero lo habían talado para hacer unas obras, se derrumbó en su hueco y abrazó la tierra llorando, cuando se marchaba vio una pequeña rama, la cogió, y metió dentro de sus bolsillos con toda la tierra que pudo, llegó a su casa y la plantó. La mimó, mucho, pero no parecía germinar, al cabo de unas semanas, mientras desayunaba antes de ir al instituto, la niña vio que habían salido dos hojitas, se acercó mientras le caía una hermosa lágrima, y la rama se inclinó abrazando su carita, ya nunca se volvieron a separar.
Y colorín colorado este cuento se ha acabado y por la ventana se ha volado…adiós cuento adiós.
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