sábado, 29 de junio de 2019

ASÍ FUE


Así fue como me despedí de él, con calma sin prestarle mucha atención, era poco tiempo y el retorno estaba cerca, solo era una vuelta. De esas de ida y vuelta, de ese recorrer para despejar, para reflexionar, para huir, para calmar. El caso es que no hubo retorno, su voz desapareció entre el aire espeso que cubría mi pensamiento, un aire que batió mi cuerpo como olas de mar enfurecido, estremeciendo hasta el último pelo de mi cuerpo, dejando un vacío eterno, de esos que no hay tierra que pueda rellenar. Solo tiempo, un tiempo demoledor que arrasa a fuego todo tu interior dejando lo muerto, sin nada fértil que sembrar, sin espacio ni horizonte al que mirar, sin suelo firme que pisar. 
Solo tiempo para dejar que el viento se lleve las cenizas de tan cruento incendio y deje que ese polvo sucio, frío e inservible empiece a regenerarse tan lento, tan lento que quizás algo germine. Quizás vuelva a mirar la vida de frente. 
Algún día veré de nuevo el sol y quizás se me quiten las ganas de gritar y preguntar con un doliente ¿por qué en ese momento?.En ese lugar la vida se iba a mofar con lo que más quiero ,dejándome en el abismo del silencio, del espacio sin regreso, del fuego cegador, de un camino dibujado en una pared de cemento, sin paz y sin precio.
Y ahora camina cuándo a tu mente la secuestra el desaliento.

viernes, 21 de junio de 2019

LA SOMBRA.

Cuándo el sol se cierne, despejas tu mirada
mirando al frente, no ves nada.
Te queda la sombra que te hace compañía, 
esa que te habla a escuchitos, que no calla
que admira tu valor y tu energía, tu tranquilidad.
Esa que no te abandona aunque se pierda la luz
esa que se levanta y acuesta contigo,
que te abraza mientras tu lo haces con la almohada,
esa que se esconde en tus sueños pero la ves
caminando siempre contigo a tu ritmo sin adelantarte
esa que no se desvanece aunque tú te tambalees.
esa que te mira mientras lloras y se enfada contigo. 
la sombra de tu tú niña, de tu tú mujer,
la que te espera a la sombra de tus andares
y de tu correr, la que se agacha y se encoge, 
la que te agarra y te desgarra hasta hacerte jirones
esa que permanece mientras te estremeces
a veces de dolor y otras de emoción.
la humilde sombra de la que no presumes
que te persigue mientras no la alimentas.
esa que no te abandona nunca de los jamases.
Esa que no te traiciona nunca de los jamases. 
Porque sombra sola, solo una, la tuya.

viernes, 14 de junio de 2019

VEINTICUATRO HORAS.

Aquí solo se ve la costa gris
y un cielo despejado muy azul.
Las aguas saladas se mueven bruscas
mientras los pájaros vuelan a ondanadas.

Me asomo a la ventana buscando el sol
que se asoma tímido por el este.
Amanece en silencio el nuevo día
mientras la vida de los vivos crece.

Huele a frescor de hierba
bañada del rocío frío del norte.
Norte que señala un sur perdido
por los limitados ojos en un infinito.

vistas de memoria y sensaciones
ataviada de historia corrida en sangre
que tiñe un cuerpo expectante
hacia lo que pueda sin querer que pase.

Allá cuándo cierre la ventana
y se vaya acabando el día
tras el cristal escribiré una historia
llena de nostalgia y melancolía.

Ratos en la oscuridad ensoñada
cautivado el tiempo interiorizado
horas dormidas, soñadas, vividas
un espejismo pasajero y transitorio.

Que finaliza al despertar

Así que solo se ve la costa gris
y un cielo despejado, muy azul.
Amanece en silencio el nuevo día
mientras la vida de los vivos crece.......


domingo, 9 de junio de 2019

TAN TERSA, TAN SUAVE.

Caminando sin saber a dónde ir, con el corazón frío para poder pensar, con las manos heladas apretando a un bebe que ya no llora, se cansó de no llegar a ningún lado. 
Descalzos y con los pies magullados, sin agua y con miles de lágrimas que cayeron en otros suelos y dejaron huella del adiós al martirio de las bombas, de los gritos y gemidos. 
Andando sin saber dónde ir, sin saber si comerán o podrán dormir sentados sin tener un ojo abierto y el otro cerrado, sin que te tenga que vencer el sueño, sin tener que apretar a tu niño en el pecho, sin tener que mirar atrás, sin tener que mirar atrás. 
De nuevo coges el camino, no sientes dolor porque no te lo permites, no sientes hambre tu cuerpo ya se acostumbró, no sientes pena por que eres la pena, la aflicción de no poder llevar a tu hijo a una cama limpia y caliente. Solo sueñas con unas sábanas tersas, suaves donde meterte con el y soñar que vuelas a un sitio donde no hay bombas, donde se respeta el silencio, donde se respeta el dolor y así poder mirar a tu hijo con una sonrisa, decirle que habéis llegado a puerto, quizás alguien celebre vuestra llegada y os de de comer caliente, os arrope con abrigo limpio y os deje dormir en una sencilla cama. Quizás en esas horas se obre el milagro de sentirse un ser humano y poder buscar una bandera que ondee en la libertad y la dignidad de un pueblo pacífico.