Un buen padre es el que es consciente de su paternidad y no delega todo el peso en su pareja, y se limita a la aportación económica.
Un buen padre se levanta con buen humor, levanta a sus hijos por la mañana con cariño, les prepara el desayuno, la ropa, habla con ellos. Cuándo sale de trabajar va a buscar a los niños, ya dejó el día anterior la comida hecha mientras les ponía la cena y le daba el antibiótico a uno de ellos que tenía fiebre. Les lleva a las distintas actividades extraescolares, va a las reuniones del tutor, les recoge, y hace los deberes con paciencia con ellos, sin gritos ni impaciencias, les lleva al pediatra, y a ponerse las vacunas. Prepara los baños, las duchas. y les pone la cena, recoge todo con ellos y los lleva a la cama, mientras se duermen les cuenta un cuento o dos, que les ayuda a conciliar el sueño y a promover la lectura. Pasa malas noches por que uno vomita, mientras al otro le duele la barriga, o se ha hecho pis y hay que cambiar toda la cama y va a trabajar con ojeras, y sueño. Se da cuenta que a uno de sus hijos se les han roto las zapatillas y al día siguiente tiene que comprar unas a toda velocidad que tienen Educación Física, y al otro hay que comprarle un libro de texto que le falta, además por la tarde hay que ir al oftalmologo que nos dio la cita hace dos meses. Y todo coincide con el entrenamiento de balonmano del tercero al que no pueden faltar.
Seguramente muchos cuándo lean esto dirán y la mujer, ¿que hace?, la madre cuestionada siempre, hace esto y mucho más mientras muchos a excepción de unos pocos ,se tocan los ... y eso no es ser ni buen padre ni nada.
Además delegando en las mujeres disponen de un tiempo que no es suyo, para hacer cosas que no están dentro de lo razonable dentro de un matrimonio ni es algo consensuado. Así que seguimos escuchando y cuestionando el papel de la buena madre que creo que está muy bien definido y claro, pero el del buen padre ni nos molestamos, como dice el Taoismo cada vez que un hombre insemina, o deja correr sus espermatozoides se debilita. Esta debe ser la razón fundamental del no cuestionarse que es ser un buen padre, o ¿quizás, no?.
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