sábado, 18 de marzo de 2017

SE CERRÓ LA PUERTA



Se marcho andando sin cerrar la puerta, sin mirar atrás, sin querer ver lo que dejaba. Su vida se había convertido en algo monótono, aburrido, sin alicientes, sin aventura. 
Quiso nacer de nuevo, y buscar un nuevo horizonte, lleno de pasión, de ilusiones. Sabía que lo nuevo le traería otro paisaje, quizás más bonito, quizás más pasional, quizás viviría más al límite, necesitaba adrenalina, esa que despega cuándo la razón se rompe. Tanta calma aburre, por que la aventura, trae incertidumbre. La lucha,te mantiene alerta, y dentro de esa casa, todo estaba en calma, esa que da el olor de la comida a fuego lento. Ya no se preocupaba ni de abrir las ventanas para renovar el aire, se había acostumbrado a vivir contenido, y deseaba salir de la dichosa zona de confort, esa que a ella le gustaba, que le daba seguridad, que le daba paz y armonía.
Así fue enterró los te quiero, los envejeceremos juntos, los paseos de la mano, las miradas compartidas, los superaremos, los susurros al oido, la telepatía por conocimiento. 
El hasta que la muerte nos separe, era un objetivo demasiado ambicioso, demasiada angustia, demasiadas obligaciones.
Las ventanas no se volvieron a cerrar, y en esa casa entró siempre aire renovado, pero tras él ,se cerró la puerta, para siempre. Los cambios no le pertenecían a ella, que seguía queriendo la calma, la tranquilidad, el sosiego,  y la brisa.



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