martes, 7 de marzo de 2017

EL DÍA 8, DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER



Somos todos feministas, término que implica igualdad entre hombres y mujeres, pero nada dista más de la realidad.
Somos mujeres exigentes, con una capacidad de trabajo bestial, somos capaces de llevar acabo el trabajo profesional en muchos casos y el de ama de casa a la perfección, y la que se dedica por mutuo acuerdo con su pareja a la vida familiar lo hace las veinticuatro horas, mientras su pareja tiene  un horario equis , que finaliza a una hora concreta en muchos casos. Cuando llega a casa, abre la nevera, y oyes el chasquido de la lata de cerveza y lo siguiente es tumbarse en el sofá. Las amas de casa siguen tendiendo, recogiendo, preparando la comida del día siguiente etc  este trabajo, no es trabajo, se infravalora, por que no está remunerado y sin quererlo pero de forma explícita queda claro que tienes que dar  todo tipo de explicaciones de los gastos mensuales, comprarse algo es como pedir un favor. Psicologicamente terrible, ¡una auténtica criada! . Esta situación supone en muchos casos un exceso de obligaciones,sumisión, desventaja y abuso.
Que llega de muchas maneras y formas, y que en muchos casos se sufre en silencio, sin ser una almorrana, pero con el mismo picor y con más dolor. La soledad de una mujer no valorada, desprestigiada, y vapuleada.
Además el hecho de estar siempre disponible y pendiente de los horarios de su marido, supone en muchos casos un menosprecio de lo que tienen en casa, una labor, en muchos casos subestimada a mínimos.
Todos los días veo a mi alrededor mujeres luchadoras, cargando como porteadoras de la frontera de Ceuta con Marruecos, bolsas de la compra, las garrafas de aceite, botellas de agua. Siempre que las veo de todas las edades, les digo : ¡hay que comprarse un carro! , nos estamos triturando la espalda, Mientras los hombres, tan inteligentes, y machos, tienen el trabajo y el ocio fuera de casa.
Pero cuándo vas a un juzgado a separarte por razones irreconciliables, ya que si fuera de otra manera, el sufrimiento de seguir con esa relación por mucho que quieras a tus hijos, iba a ser un infierno.Te encuentras con la juez y fiscal que entre comillas son feministas, ¡que es buenísimo!, por que cuándo la sociedad es machista, lo único que hacen es jodernos con la presunta igualdad.
Y después de haber trabajado fuera y en casa, o me da igual sólo en casa, haber llevado el 100/% de las veces a tus hijos al pediatra, a ver estado a pie de la cama, cuándo estaban malos, dar el pecho, mientras recoges el vómito del primogénito y vas sin dormir a trabajar día, tras día, no te queda otra opción que enfermar, y eso implica que con fiebre no dejas de hacer las tareas de obligado cumplimiento,  servir comidas, cenas y desayunos, planchar, lavar, llevar  a las distintas actividades extraescolares.  Toda la vida dedicada a ellos, por que para eso te jugaste la vida y te arriesgaste con la naturaleza ,todos esos embarazos y abortos, que por lo visto sufren los hombres de igual manera, les ponen la misma anestesia general, le hacen un legrado, que te pueden perforar el útero, te dejan con secuelas para siempre, tus ojos y mirada se vuelven lánguidos de oscuridad, hasta que se vuelve alumbrar otra vida. Por que la tristeza de un aborto es persistente, profunda.
Te dan una puta custodia compartida, tiene cojones la sociedad, nunca mejor dicho. Desde luego que hemos evolucionado de narices, ahora nos quitan a los hijos, pagamos la hipoteca  a medias y ponemos lo mismo para gastos comunes, aunque él lo gane el cuatriple.
Hemos avanzado, eh!!!! mujeres del mundo, así vamos de puto culo, pero como la sociedad es feminista, ja, ja. Olé, Olé, y Olé.
Y así seguimos, viéndonos como mulas de carga, con el ceño fruncido, sin enterarnos de nada por que los hijos y nuestro trabajo nos ocupa todo el tiempo, buscando la perfección, siendo imprescindibles, y encima con la obligación de arreglarte, por que cuántas veces te dijo tu madre, lo de mujer puesta quita al hombre de otra puerta, para que nunca te dejaras,y tu marido te viera siempre perfecta. ¡Que fuerte!, que sociedad más falsa e hipócrita. Solo nos queda revelarnos, por el bien de nuestras hijas. Educándolas para que se quieran, y lo hagan de verdad, no pensando en agradar a todo el mundo, que sean siempre libres física y mentalmente, y se puedan defender de los abusadores, maridos, jefes y políticos. Pero ¡cuidado! con las que van de feministas, fiscales  que  en un juicio, después de que tu abogado diga que tu hija de tres años necesita estar con su madre, se ría, lo mire con desprecio y le llame retrógrado. 
Sigue habiendo hombres cobardes que no te miran a los ojos,  y son incapaces de pasar de las tetas y mujeres, que creyendo en la presunta igualdad piensan con las tetas y el culo, en vez del cerebro.





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