Solo puedo observar sus caras de pánico, de miedo, de desolación. Una incomprensión que la da la tragedia y desde aquí la frustración de mirarles, y no poder hacer nada, no poder abrazarles, tranquilizarles. Agarrados a esos paquetes de galletas, que ni siquiera abren, por que no tienen estómago, solo miran un alrededor desolado.¿ y el que duerme?, quizás tendrá la esperanza de que sea una pesadilla que se diluya con el sueño.
La crueldad de un sin sentido que deja aterrados a los más inocentes.
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