No hay manera de recorrer un país como España de cabo a rabo, de Sántander a Ceuta sin dejarte el aliento, las fuerzas y la pasta por el camino. No hay un vuelo que no te deje sin nómina, ni ningún transporte que una los dos extremos de España. Es más fácil volar a la India, más barato ir a Roma y más directo ir a Lóndres que intentar llegar al otro extremo del país a un español que por razones de familia y trabajo dejó su tierra para establecerse en otra pero que tiene la familia de origen en su tierra. ¡que puñetera vergüenza!. Y si te lanzas a la aventura de coger transportes, te encuentras con tres o cuatro transbordos, y a merced de la falta de puntualidad de nuestros medios de transporte, vas cargado con la maleta, sufriendo de que te pueda pasar lo que me ocurrió en el último viaje, que el tren se retrasó y nos tuvieron en la estación de Burgos tres horas esperando un maldito autobús, que además paró en todos los pueblos del mundo y llegamos a Cantabria a las 2,00 de la mañana.
Esto es un cachondeo, llegas exhausta y te das cuenta de que estando en tu propio país, estás en el culo del mundo, bochornoso.
Eso estando en plenas facultades, no puedo olvidar que cuando coges el barco en Álgeciras, te encuentras con tres kilómetros de marcha hasta llegar al barco y todas las rampas averiadas.
Parece mentira, año 2018 y somos un país de m, donde los extremos no cuentan, Sántander no sale ni en los mapas del tiempo del telediario y Ceuta solo sale para mencionar las desbandadas de negros saltando la valla. El otro día esta pobre gente, que no lo dudo echó ácido y mierda liquida a los guardia civiles que custodiaban la frontera, que son los otros desgraciados que dan la cara por la incapacidad de gestionar nada de los políticos.
Viajar es un placer, siempre que no sea volver a tu tierra de origen dentro de tu propio país, entonces se vuelve una pesadilla, te entran ganas de vomitar, y llegas tan cansada que tardas en recuperarte varios días. No dejaré de hacerlo, pero hasta que no veo la cara de mi madre, tengo muchas ganas de llorar de la impotencia, de que sigamos así en el 2018 y los encargados de llevar un país tomen un avión del estado para ir a un concierto o de parranda al resto que nos den por culo.
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