María llamó a su nieto Alejandro a voces, está adolescente y a esta edad sufre sordera, pero María insiste, le llama una y otra vez, hasta que Alejandro aparece. Su hija y su marido ocupan su casa desde que le desahuciaron, la niña con cuarenta años trabaja a media jornada en una peluquería de una residencia de la tercera edad y cobra 400 euros al mes, El Paco lo hace de vez en cuando si su amigo Monchi lo llama para ayudarle a tunear coches a la carta. Su nieto ya vivía con ella antes del trágico suceso y lo mantenía ella. El Alejandro es buen chico, aunque un poco desordenado, sordo a conveniencia, y vago. a pesar de sus 14 años la abu todavía le da el puré de garbanzos en la boca, dice que gasta más enegía en comerse el plato que lo que los propios garbanzos le proporciona. Ahora sí los donuts y demás pastelería precocinada no le da pereza, así que tiene más lorzas que un sharpei.
La Mari no se acuerda de la última vez que llevo el coche a la itv, tiene estudiada la hora en la que hay menos posibilidades de encontrarse con la guardia civil de tráfico y es la hora de la comida, esa es sagrada para el ser humano, por eso entre las 2 y las 4 hay tan poca gente en el super. A ella eso le viene bien, ya que nunca se vio tan apurada económicamente y ya la conocen en el supermercado Día por sus problemas con su tarjeta de crédito, nunca funciona y siempre lleva poco dinero en el bolso así que tiene que devolver las cosas que compra hasta que coincide el importe con los diez o quince euros que lleva en su viejo monedero. Al principio le resultaba difícil seleccionar lo que devolver, pero ahora lo hace rápido, la prioridad es su nieto, así que devuelve el arroz ante que los donuts.
Era día 14 y allí fueron de nuevo a comprar, era mediodía llegó a la caja y lo de siempre, mientras buscaba y seleccionaba lo que devolvía, pasaron la compra de otra señora que disimuladamente no podía dejar de mirarla con compasión, quería ayudarla pero no sabía como. Pasaron su compra, un carro lleno y le cobraron más de 100 euros, debía de tener muchos hijos, pero claramente su situación era solvente. Cargó las cosas en bolsas y salió con el carro para cargarlas en su coche un audi de alta gama. la señora se quedó mirando un coche que había aparcado a su lado y observó que en el cristal delantero no tenía la pegatina de la itv, era destartalado, las ventanas no tenían cristal, y estaba lleno de golpes, le faltaba uno de los espejos retrovisores. Dentro había un chaval de unos 14 años jugando con una carcasa vieja de casset, haciéndose selfies e imaginando que hablaba y whatsappeaba con un amigo. De pronto salio la Mari con su carro de la compra casi vacío llamó a su nieto que por supuesto no la escuchó, metió la compra en los sillones de atrás, ya que intentó abrir el maletero pero no pudo, cuándo fue a devolver el carro. La señora del Audi dejó caer discretamente un billete de 50 euros, la Mari corrió a dárselos no son míos dijo ella. Entonces entró en el supermercado y se llevó todo lo que allí había dejado, era creyente, estaba claro que Dios se los había mandado.
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