Matricular a una de mis hijas, y pagar los recibos del banco de libros y de la asociación de padres.
Por supuesto que hacer cualquier matrícula es una gymkana, cada pago en un banco diferente, pero lo más divertido y es mejor contarlo así para no morirse del asco, es cuándo entras al banco y te encuentras con la maquinita del número de turno que te dice si eres o no cliente, vamos que la primera diferenciación es para hacerte consciente de que en ese lugar si no eres cliente eres una mierda y vas a esperar más. Te sientas en una sala en medio de unas veinte mesas enumeradas y donde muchas están ocupadas por trabajadores del banco que no atienden a nadie. Miras el ticket, lo lees y pone que el máximo tiempo de espera es de 90 minutos, como la canción de India Martínez, una espera que te obliga a estar mirando unas pantallas donde van saliendo letras y números de series distintas que te obligan a no parpadear para que no se te pase el turno, solo puedes mirar, me parece alucinante, de una poca vergüenza bestial, ahí ya te están llamando tonto o tonta. Una pobre señora mayor me pide que por favor la avise, cuando le toque que no ve ni oye bien, con lo que además de llamarte mierda por que no eres cliente, tonto por tener que observar sin pestañear una pantalla, discriminan también por edad y por discapacidad funcional, Enhorabuena a los bancos, menudo marketing, cualquiera pregunta por el baño igual te espera una ducha de gas o ácido.
Por fin mi número y empiezo a dar vueltas no veo la ventanilla, desesperada grito en alto donde está la ventanilla número 14, y al final me indican justo detrás de las pantallas camuflada, allí me espera una señorita con cara de póquer, y me dice que para pagar el recibo de la asociación me va a costar dos euros y medio más si lo hago por ventanilla, y cero euros si lo hago por cajero, osea que he perdido 45 minutos esperando para nada, además me avisa que la máquina no acepta monedas, entonces miro el monedero y le digo que no tengo suelto que lo hagamos por ventanilla, cuándo me cobra los dos euros, y hace todo el proceso, le pregunto si me podía haber cambiado el billete y me dice que eso lo hace la máquina, total que me ha cobrado los dos euros y medio cuándo lo podría haber hecho por el cajero, me ha llamado idiota, da igual ser profesora, se puede ser idiota por necesitar entrar en un antro como es un banco. Espero que pase mucho tiempo hasta que vuelva a hacerlo. Bendito ING DIRECT.
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