Cuándo la voluntad no quiere
el poder se hace invisible.
el miedo se cobija en la desidia,
el querer desaparece mutilado.
Te dejas mecer por el tiempo,
te caes en la inercia del peso
sabiendo que habrá un golpe.
Pero enmudeces en el letargo
aturdido e inmóvil en el desierto.
donde te has perdido
donde te has quedado ciego
donde ya no sientes
que padeces del no deseo
de vida como agua el sediento.
y ya no caminas, ¿para qué?
si ya lo hace el tiempo.
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