Llego al puerto, después de más de once horas de viaje y de partir España en dos medias naranjas, cojo el último barco, el de las diez horas. Desde el embarque al Ferry hay unos 500 metros, las cintas de equipaje averiadas. Esto no esta hecho para discapacitados, ancianos, o personas que van sencillamente con una maleta. Cuando llegas suplicas que no haya marejada porque ya estas hasta las narices y hay que ver el vaso medio lleno siempre cabe la posibilidad de que cierren el puerto y tengas que tomar las uvas en un hotel sola frente al espejo, pero nada te quita de la cabeza el abrazar a tu madre, vuelve a casa vuelve y decirle este viaje es un puto infierno.
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