sábado, 30 de diciembre de 2017

EL OPRESOR SOCIAL

Ahora, pasó a la historia lo de durmiendo con tu enemigo, liberada después de pasar por sus garras y su voracidad queriendo tragarme no sin antes masticar me hasta la saciedad, saboreando cada segundo como sufro y como mi piel languidece por el dolor, la soledad, y la desesperación de verte rota y coger fuerzas para recomponer te de un desguace q te provee de piezas poco a poco, pero q al final te recompone, así que pasas a ser un vehículo de lujo de ocasión pero según te apetezca. 
Ahora en la distancia e intentando hacer una separación de bienes justa sin rencores, quiere seguir devorando te, masticar te y escupir te a la calle y que vivas entre cartones, y cuando tengas a tus hijos sufras para alimentar su ego, su prepotencia. 
Quizás se avergüenza de haber tenido una mujer con ovarios como campanas para sacar adelante a 4 hijos, que aunque económicamente estábamos los dos, físicamente los saque yo sólita. 
Ahora, ya liberada del opresor, sigue queriendo torturar, pero cada vez lo tiene más difícil. 
Aunque quedan cuatro hijos, que inocentes están bajo el yugo del opresor, controlados, manipulando sus afectos, teniéndoles miedo que con el miedo no se juega, por eso ya sienten el nudo oprimiendoles el cuello. 
Ahora tengo que estar agradecida a la vida por darme la oportunidad de quitarme a este prenda, que pierde color, con cada lavado de cara. 
Ojalá los niños tengan recursos para liberarse de tanto control opresor. 
Quizás el tiempo ponga las cosas en su sitio, por que nadie se queda con nada de nadie, al otro mundo te vas en pelota picada y quizás allí Le pongan una pantalla revisando todo lo que ha hecho, para que se vea malo, ridículo, prepotente e indigno de todas las oportunidades que Le dio la vida y que no supo aprovechar. 

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