Después de ver en Tele 5 la publicidad de la peli y saber que seguramente tendría que ir a verla si o si, ayer fue el día, mis hijos que volvían de la semana con su padre y pasaban el finde conmigo, ya que son alternos, aparecieron con mil compromisos, el sábado tres cumpleaños, y empezó el dilema de como dividirme, pero ¿para qué preocuparse ? todo tiene arreglo, el de 15 años se iba solo, el de 12 había que llevarle a Cinesa, a la de 10 venían a buscarla, ¿y a la de cinco?, estaba claro aprovechando llevar al de 12 años a Cinesa a las 3.45 para que se encontrase con sus amigos, nos meteríamos en una de esas pelis de princesas valientes que toman el protagonismo, y que pasan de los príncipes y prefieren besar ranas, pájaros, perros, o lo que sea.
Allí estábamos después de despedirnos de su hermano, observando la cartelera y pronunció las fatídicas palabras: quiero ir a Tadeo Jones. Entre con ella en el cine a las 3'45 todo rodado ni un minuto de espera, nos sentamos en las butacas con un chupa chups biológico que tiene el mismo azúcar que uno normal, pero que lo deben hacer con más cariño, por eso cuando mis hijos vienen a casa todo lo que comen es bioafectívo.
Empezó la peli, y ahí empecé a chocar con mis prejuicios, fue maravillosa, divertida, las ubicaciones donde se desarrollaba la película estaban magníficamente detalladas, el guión estaba muy currado y tratado cuidadosamente para que lo entendieran los infantes. Quedé perpleja del talento que tenemos los españoles, tres vivas por España, por todos esos estudiantes que se aburrieron en clase y que no pararon de dibujar para colocarnos en la cumbre de los animadores, viva por la creatividad, y por la gracia de un país que aunque lleno de corruptos y con una crisis que ahoga, se sabe reír de su sombra y disfrutar de la vida.
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