viernes, 5 de enero de 2018

LOS RECORTABLES. A Diana QUER

Somos como RECORTABLES, vivimos el momento, disfrutando de todo lo que la vida nos propone, aunque a veces nos produzca sufrimiento, por que mientras vives la vida se va recortando, pero cuando tienes 18 años como Diana sientes que te queda tanto por vivir, lo haces con un excedente de energía, sonríes y lloras con pasión, como todo lo que se suele hacer con esta edad, sin miedo a la muerte. 
Así volvía Diana, felíz de una noche de fiesta, de jolgorio y diversión, confiada regresaba a su casa, con su móvil otro miembro más de su cuerpo que no Le sirvió para defenderse, su paso era el de una bella joven con una preciosa sonrisa esa con la que prometía comerse el mundo. PERO todo se truncó, apareció el monstruo, una máquina de abusar, violar y matar, capaz de arrebatar la vida de alguien tan inocente sin ninguna piedad. UN MONSTRUO Que Le borró la sonrisa para siempre, a ella y a su familia. ¿Como indemnizar a la familia?, ¿cómo devolverles la sonrisa?, ¿cómo calmar ese sufrimiento?. Sabiendo que este tipo de monstruos son reincidentes, no hay terapia para tanta crueldad.
SE Me ocurren muchas torturas pero ninguna tan dura e irreversible como la que están sufriendo los padres de Diana. 
Los monstruos no pueden estar libres, ya salen en nuestras pesadillas quitándoles el sueño y haciéndonos sudar. 
OJALÁ sufra entre rejas, o entre cenizas, que no vuelva a ver el sol, ni la luna llena. 
OJALÁ se muera de aburrimiento entre rejas, por que este monstruo si está ocioso y libre siempre tendrá alguna víctima que seleccionar para jugar a lo que más Le gusta abusar y matar. 
Diana, descansa en paz.



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