sábado, 13 de enero de 2018

LA HISTORIA SIGUE...EMILIANO.


Emiliano, era contable, austero, bueno de lo más tacaño y lo era para todo, pero le encantaba gastar en sus vicios, tabaco, alcohol, mujeres cuanto más putas mejor, su Mari, ya no le hacía nada, con la comida bastaba, según ella ya había trabajado mucho, criando a sus hijos y aguantando al lastre de su marido. 
Emiliano para lo del sexo era como un reloj, si le daba el calenton tenía que ser en ese momento y claro eso no lo encontraba en su hogar, entre otras cosas sus hazañas de ausentarse de casa y buscar cobijo en otros puentes, había dejado a la Mari impedida voluntariamente de cintura para abajo, esa desmotivación hizo que Emiliano fumara más en casa y se pusiera de muy mal carácter. ¿Donde se quedaron aquellos polvos de cinco minutos?, ¿donde quedó las ansias de devorarse?. Ella siempre se hacía una infusión para relajarse tanta efusividad y actuación la dejaba de los nervios, y todo para nada por que en su caso el telón siempre se quedaba abierto, y eso le producía mucha insatisfacción, mientras el que había llegado a casa con un tráiler de no se cuantas toneladas, descargaba sin ninguna sutileza y se quedaba como un tronco.
Nunca se preocupó de los problemas de sus hijos, para eso estaba su madre, el sabía que tenía tres machos y dos hembras. los machos vinieron antes, estaba convencido condicionado por su falta de educación coherente y razonable, que esto había sido así, por su fortaleza por su juventud, y después con los años y más débil vinieron las niñas. A su amigo Pepe siempre le había dicho por tener cuatro niñas que en un futuro inmediato saldría del armario, era una prueba fehaciente de que tenía cierta predisposición a ser maricón. Después de diez años Pepe se fugó con su socio y abandonó a su mujer y a sus dos hijas, y Emiliano cuándo hablaba del escándalo, ¡siempre decía ya se lo dije yo!, ese barco con tanta raja se hunde, pero el barco no sólo no se hundió si no que llegó a otro puerto más importante.
La enfermedad la vivió muy intensamente y rápido ya que en dos meses se fue, pero lo hizo motivado, su amigo Mohamed que tenía una polleria en el mercado de Ceuta le dijo que en el paraíso tendría un harén esperándole, Emiliano estaba preocupado por que de esa guisa no podría hacer nada, pero su amigo le comentó que cuándo pasas la frontera...de la muerte, pasas como nuevo, así que ni tan mal, cambiar a su Mari por ese grupo de mujeres no sonaba nada mal.



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