Esta mañana a las 7,00 me fui a correr, me costó mucho, pero cuándo te pones es la mejor hora, no hay tráfico, y la oscuridad todavía dibuja las calles, apenas se ve el suelo por donde pisas, por que hay muchas farolas apagadas, pero las luces de los pocos coches iluminan el camino.
En los oidos radio Kiss, para escuchar todo tipo de música con Xabi Rodriguez y Berta que tienen un programa bastante entretenido, donde intercalan chistes malos, pero muy malos y proponen un tema para que los oyentes cuenten sus experiencias, hoy tocaba: personas a las que he pillado infraganti.
La primera llamada una mujer contando la infidelidad de su marido, con humildad, serenidad, salía de un turno de noche, solía salir a las 6'00, y siempre se iba a tomar un café, ese día prefirió irse para casa, pilló a su marido con una en la cama en plena acción. Contaba que toda la vida se había imaginado que si alguna vez se veía en una situación parecida iba a chillar como una loca, repartir bofetadas y tirar todo lo que tuviera a mano. Pero se sorprendió así misma, con una tranquilidad pasmosa le dijo a su marido que iba a sacar al perro, que en diez minutos los quería a los dos fuera de casa, y que se llevara todo lo que pudiera, por que no iba a volver a entrar. Siempre se sorprendió de su reacción, después de muchas sospechas y de que su marido la llamara celosa compulsiva, fue lo mejor que le había pasado demostrarse primero que no estaba enferma de celos y luego que tenía una cara maravillosa que no conocía, la suficiente serenidad para mantener la compostura y no perder los nervios.
Y así monopolizaron el tema de pillaje con los cuernos, se sorprendían los locutores, todo eran infidelidades de señoras oyentes.
Otra señora después de que su marido de manera reiterada la increpara continuamente con el tema de sus celos, y después de pillarle mensajes, mentiras, salidas furtivas, fotos clandestinas supuestamente con amigas y gente del trabajo. Ella preocupada no le creía pero le quería y se quería fiar de sus palabras, pero el la minaba con sus insultos, estas enferma de celos infundados, vas acabar loca.
Un día fué a su trabajo, le siguió con el coche de una amiga hasta un motel, él se bajo con una señora, y subió al hotelillo, ella esperó, y después de un rato llegó a la habitación y los pilló en pleno acto adúltero. Ni una palabra más alta que otra, sonrió por que fué la manera de demostrarse que estaba muy cuerda. El todavía tuvo palabras alucinantes para ella, le dijo: hay que estar loca de celos y ser mala y fría para hacer lo que has hecho. Indudablemente el seguía con la esperanza de seguir secuestrando la realidad que ella sospechaba y que ahora era una prueba irrefutable de que su estado de cornuda era el actual.
Es como cuando estas enferma te hacen miles de pruebas y no saben lo que tienes, pero por duro que sea cuándo te dicen lo que realmente tienes, te sientes relajada, ahora te tocará luchar, pero ya sabes contra que, superar esa situación.
Que grandes las mujeres, que manera más digna de llevar los cuernos, y de liberarse de esos machos acomplejados, que necesitan reafirmarse engañando a la madre de sus hijos, a la señora que apuesta por vivir con él hasta el final de sus días. Que forma de contarlo tan humilde, sin orgullo, sin ego. Una desgracia que siempre te hace crecer y mejorar en tu valía. Los cuernos se perdonan pero no se olvidan y van hacer de ti indudablemente alguien mejor, por que cuando sales del fango, siempre hay tierra firme.
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