martes, 18 de abril de 2017

El VIAJE SIN RETORNO



Me puse las zapatillas y empecé a correr con los cascos, al principio como siempre notaba el peso de las piernas, como una máquina mal engrasada, cuesta rodar, es pronto y me acababa de levantar, pero era la mejor hora para hacerlo, era como recargar en una gasolinera combustible para todo el día. 
Cuándo llevaba 7 kilómetros, me pusieron Grease, la canción de Sandy esa donde Olivia golpeaba con la puerta del descapotable a John travolta cuando veían una película en un auto cine, crucé la carretera y note un golpe, pero seguí corriendo, escuché pitidos de coches y giré la cabeza un batiburrillo de gente se agrupaba en la acera, al poco el sonido de una ambulancia, pero seguí corriendo. Me sorprendió que al poco tiempo volví a pasar por el mismo sitio, había mucha gente pero no me impedían progresar en mis zancadas, se llevaban a alguien en una camilla con el cuerpo tapado, pero seguí corriendo y de nuevo volví a pasar por el mismo sitio, entonces me dí cuenta que era un viaje sin retorno, era yo a la que habían atropellado, entonces se abrió el túnel luminoso  por el que debía pasar. Al final desperté de un intenso sueño, al día siguiente cambié el recorrido no fuera un mal presagio.


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