Ayer era 29 de septiembre del 2019, un día precioso para reencontrarse con personas maravillosas, de esas que te encuentras en la vida y son un regalo para el espíritu, de esas almas limpias como el agua cristalina, a la que te asomas y solo ves un fondo lleno de peces de colores, corales y estrellas de mar, de esas que iluminan tu camino y tu vida, de esas que te gustaría que hubiera a millares por que sabes que el mundo sería distinto, pero no, y tienes que dar gracias a que el destino te las haya regalado.
Era el curso 2014/2015, un 3º de la ESO, revoltoso como suele pasar en esos niveles. Allí estaban ellas, mellizas. Dos preciosas mujercitas con tanta sabiduría, capaces de empatizar con la debilidad, con la fragilidad e incapaces de tolerar la injusticia. Luchadoras en sus palabras, carismáticas y llenas de sabias reflexiones. Un par de pensamientos inquietos en el saber, con infinidad de preguntas que resolver, con ganas de crecer para enfrentarse a un mundo injusto, atolondrado, rasurado en valores. Un mundo lleno de fisuras donde parte de él llora y lamenta las injusticias y el otro lado impermeabiliza su conciencia.
María y Esther, sois tan bonitas. Ayer hubo magia, mucha complicidad como siempre, cada vez que estoy con vosotras, aprendo muchísimo. De vuestra juventud, inteligencia, sensibilidad. Siempre pensé en vuestros padres, en lo bien que lo han hecho en parte, la otra se lo agradezco a las almas buenas que decidieron encarnarse en vuestros bellos cuerpos.
Ayer aluciné con todas las frases y dichos que os decía en clase y al parecer os han ayudado en algún momento y que nunca fueron las reglas de ningún deporte. Nos reímos mucho, me hicisteis sentir importante, fuisteis un chute de adrenalina y felicidad. Un encuentro fantástico, mágico, emocionante.
Gracias por que sois increíbles, por que estando aquí, sois una garantía para el cambio. Un mundo más digno, mas justo, mas hermoso. Porque vuestra presencia augura un destino lleno de confianza, valentía y resiliencia. Acordaros siempre del cuento de las tres puertas.
Esther, te deseo un precioso curso en la universidad, lleno de aventuras y crecimiento personal.
María eres muy valiente, los cambios requieren de ímpetu, de impulso, de fuerza que rompa la inercia de lo continuado. Este año va a ser un año de muchos descubrimientos internos. El comienzo de una historia interminable, maravillosa.
Martín, tan creativo, estiloso. Que se prepare Madrid. La Cibeles, no sabe que llegas y que le puedes cambiar su estilismo. Disfruta a tope. La plaza del sol, te espera más radiante que nunca.
Eva, la preciosa Eva. Deseo que la fantástica sonrisa que reinaba en tu boca y tus ojos, vuelva con más fuerza que nunca. Empieza a sonreír de nuevo. Ya sabes sonrisas atraen más sonrisas.
Os admiro mucho queridas y querido alumno y ya sabéis que la admiración es uno de los principios del amor verdadero.
Ayer no hizo falta foto, ni selfie, ni instagram. Ese encuentro se nos quedó grabado en la memoria del alma, como un tatuaje de esos que perduran, en el que no se confunden las líneas con el tiempo ni pierde el color.
Hasta pronto.
Tus palabras son tan claras y puras. Eres una persona muy especial y transmites muchisimas sensaciones y todas buenas. Es un placer compartir charlas, consejos y experiencias contigo. A veces parece que justo la vida te pone a ciertas personas en tu camino en el momento indicado, porque tenerte ha sido un crecimiento personal constante y más a esa edad.
ResponderEliminarUn abrazo enorme 🌻
en mi opinión el articulo es bastante interesante y explica muy bien como nuestras emociones afectan directamente a nuestro rendimiento y el equilubrar esas emociones es muy útil para no dejarte llevar y no hacer ni un sobre esfuerzo ni quedarte corto
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