Por que yo también soy Juana. La sociedad aplica la justicia, cuándo esta pincha por todos lados, cuándo vemos lo absurdo de sus actuaciones, de sus sentencias. Todos podemos contra los mal tratadores, contra los violadores, contra los pederastas, contra los terroristas, contra los difamadores, los ladrones. Cuando la ley no es cabal, cuando la justicia es símbolo de injusticia, cuando va en contra del débil y favorece al delincuente, aparece la soberbia, la prepotencia, y estos entran en el juzgado por la alfombra roja, altivos orgullosos de sus delitos.
¿Qué está pasando?. los padres se cargan a los hijos para martirizar a sus ex mujeres, cuándo ya no saben como hacerles más daño, y aún así se les otorga la custodia con denuncias y habiendo sido juzgados por malos tratos y acusados por dichos delitos.
Al final, el mal tratador real es la propia justicia, que no tiene recursos razonables para tomar las decisiones que favorezcan a esos niños, que al fin y al cabo solo quieren vivir con una persona que les quiera y les trate con cariño, les dedique tiempo, y tenga un fuerte deseo de compartir su vida con ellos. No hace falta ser juez ni una eminencia para saber que alguien que maltrata a su mujer no está capacitado para criar a sus hijos, solo está capacitado para vivir entre rejas.
Juana está en mi casa, Juana está en cada una de las casas de esos españoles que creen en la justicia real.
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