martes, 31 de marzo de 2020

UNA PARTE DE TODOS SE HA MARCHADO CON ELLOS

Parte de mi, se ha ido con ellos. Parte de todos se van todos los días con los que se dejan y abandonan a la muerte. Ese dulce hogar que nos depara a todos. Los que nos quedamos aquí, tenemos que pasar el duelo y este ya está siendo muy duro. Cada etapa doliente e incomprensible y aunque no hay consuelo al ver que un familiar, ya sea padre, madre, un abuelo, tío, hermana o hijo se va, sabemos que regresan a otro universo desde el que también llegamos.
Sus cuerpos dejan de sufrir, se elevan y empiezan a disfrutar de sensaciones inigualables, difíciles de definir con palabras, pero el placer de partir es inmenso, Así nos lo ha contado gracias a sus investigaciones la psiquiatra Elisabeth Krubber, con infinidad de testigos que han vivido una ECM o Experiencia cercana a la muerte. No hay nada igual.
Los que marcharon, sabían que debían partir, tenían una misión y ya cumplida había que fluir hacia el universo. Allí seguirán amando a sus familiares, se convertirán en sus ángeles de la guarda, rozarán sus cuerpos, susurraran en sus oídos, pasearán por sus sueños, les despejarán cuándo estén aturdidos y les acompañarán en el desaliento. Pero siempre estarán ahí, más cerca que nunca.
Cierra los ojos, agudiza la conciencia, siente que todo no se ve y esa parte imperceptible a los sentidos son parte de tu amor inmensurable.
Mira al cielo, a las estrellas, a esa planta y al árbol. Observa las nubes, el sol. Nunca estás solo, ellos nos gritan desde el cielo:
- ¡NO TENGÁIS MIEDO!
- ¡NO TENGÁIS MIEDO!
- ¡NO TENGÁIS MIEDO!
Visualizar a los médicos, enfermeras, auxiliares, celadores, administrativos, personal de limpieza, enfermos, familiares...visualizalos confiados como nunca, organizados como nunca, respetándose y queriéndose como nunca. Visualiza a los enfermos como responden a los tratamientos, visualiza a las personas en sus casas solas, con familia siendo responsables, respirando inhalando energía y en la exhalación enviando esa energía a los hospitales, a las residencias de ancianos, a las familias dolientes, a los contagiados. A todos los que necesitan ayuda,
Reposemos el miedo, dejémoslo marchar, abramos las ventanas para respirar y enviar toda nuestra fuerza a la humanidad.
lo necesitamos y es nuestra intención diaria.
Ahora nos toca replantearnos el mundo y trabajar duro para cambiarlo, se lo debemos a nuestros muertos. Esos que han cumplido su misión con el sacrificio de dejar la vida.
¿Estaremos dispuestos y aferrados a una única idea?
Hacer de este mundo de una vez por todas, UN MUNDO DIGNO.
UN MUNDO EN EL QUE DEFENDAMOS LA HUMANIDAD, EL AMOR, EL ALTRUISMO, LA SOLIDARIDAD, LA GENEROSIDAD Y QUE NO SEA NECESARIO DESARROLLAR LA COMPASIÓN NI LA EMPATIA, POR QUE SEA INHERENTE A ÉL.



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