Apoyé mi cabeza suavemente en tu pecho, para escuchar tus latidos.
Resbalaron las lágrimas de mis ojos, sobre tu camiseta, me encontraba tan feliz.
Pensaba si no era yo la que dormía, si no era un sueño lo que veía.
Pero tu aliento y tus latidos eran de verdad.
Entrelacé tus manos con mis dedos y sentí como me relajaba, cerrándose me los ojos,
creo que me quedé profundamente dormida.
Al despertar, no estabas. Te busqué por todos los rincones de la casa.
No podía creer que solo hubieras sido un sueño. ¡ no puede ser!... eras tan tan real.
Pero te soñé...solo te soñé.
No sentí dolor ni tristeza, solo agradecimiento por que estuvieras ahí, aunque solo fuera
un momento, disfrutando de ti, notando tus latidos. ¡era tan real!.
Se que los sueños se cumplen, solo hay que saber esperar, y...
visualizarte cada noche como ayer, todos los días de mi vida.
Todos los días de todas mis vidas, hasta que no te sueñe y aparezcas en mis despertares.
No hay comentarios:
Publicar un comentario