El mundo, mundo ...es.
A ritmo loco y enmarañado
lleno de ruido, de luces,
de imágenes, de prisas,
de ratos acelerados.
En un pis pás, el mundo se ha parado
Un virus nos ha colapsado.
Hay que meterse en casa.
El mundo se convierte en un cuadrado,
donde el espacio y el tiempo
cobran un nuevo significado.
Dónde las miradas se valoran,
y también los abrazos.
¿Dónde quedan las quedadas,
las cervezas y los dados?
Ahora toca la familia.
Recuperar la complicidad,
jugar con los niños.
Cantar con los vecinos de al lado.
Gritar a la libertad.
Dejar escapar al miedo.
Sonreír al presente,
refrescando nuestras mentes.
Imaginar cientos de nubes
cuándo miras al tejado.
Salir al porche a ver la luna
y el cielo estrellado.
Correr por los pasillos,
creando un bosque alado
lleno de bonitos cipreses,
de limoneros y jazmines dorados.
Aquí en casa nos plantamos,
abonando el amor, la bondad,
y la solidaridad que tanto añorábamos,
y ahora tanto necesitamos.
Amén
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