domingo, 1 de septiembre de 2019

PAULA, GRIS.

Olivia se estrenaba como profesora, joven y con ganas de trabajar en lo que siempre había pensado que le gustaba. No había sido fácil llegar hasta el instituto con una plaza de funcionario con destino provisional, ya que nunca antes había trabajado de docente. Pero tenía muchas ganas de comprometerse con esa profesión, algo que había soñado desde pequeña.
Llegó a la puerta del aula, antes de que tocara el timbre de entrada. Eran las 8,20 de la mañana y faltaban a penas 10 minutos para presentarse y conocer a los alumnos que durante todo el curso iban a ser sus tutelados. Estaba nerviosa, aunque controlaba su pensamiento gracias a su entrenamiento mental ya que hacía meditación. Algo que descubrió hace un par de años y que le hacía mantenerse erguida física y mentalmente.
Empezaron a entrar después del toque o timbre de entrada, un sonido carcelario de pocos amigos, que te hacía despertar y enervarte al mismo tiempo.
Cuándo la clase estuvo llena, pasó lista. Se presentó y les dispuso a escribir unas preguntas de información personal para conocerles, sobre sus hobbies, intereses, aficiones...
Todos empezaron a escuchar las preguntas a escribirlas y responder. 
Olivia se fijó en una niña con mirada triste, que no dejaba de escribir. Le preguntó el nombre, se llamaba Paula Gris, el apellido se lo puso ella, entre su nombre y sus apellidos, estaba el Gris. ¿por qué ? pregunto Olivia, y ella respondió nunca vi un claro en mi pensamiento, nunca vi el sol en mi interior, nunca vi la lluvia descongestionar mi mente.
Al acabar la jornada, Olivia llegó a casa y después de comer se puso a leer lo que sus alumnos habían escrito. El primero el de Paula. Empezaba así.
Buenos días Olivia, me llamo Paula, tengo 13 años, me llamo Gris, por que nunca vi la luz en mi interior. Mi madre se quedó embarazada, sin desearme, lo sentí así en sus adentros. Me parió en casa de mi abuela repentinamente, nací prematura. Mi abuela llamo al 112 y estuve ingresada en neonatos prematuros un mes y medio. El día que debían recogerme, nadie se presentó. Mi madre ausente y mi abuela estaba con mi abuelo ingresado por una subida de azúcar, durante esos días murió. 
Había una enfermera que mientras me mecía en sus brazos, lloraba. Hacía pocos días había tenido su tercer aborto y no entendía por que no venían a recogerme, ella me hubiera llevado consigo sin dudarlo. 
A los tres días apareció mi abuela, destrozada por la muerte de mi abuelo. Con ella he vivido y me criado, ha sido muy buena, pero hemos vivido hasta ahora en una pobreza absoluta, en manos de la cruz roja, asuntos sociales. He soñado tantas veces que podía haber nacido en una familia normal, donde pudiera abrazar a mis padres, contarles mis preocupaciones y mis inquietudes. 
Todo lo he superado sola, no quería preocupar a nadie.
Hoy, en mi primer día de curso, que podía ser emocionante, estoy más triste que nunca. Dejé a mi abuela enferma en casa, con depresión y a las dos de la tarde, iban los del banco para desahuciarnos, es el tercer aviso, no tenemos donde ir y no sé como solucionarlo.
Olivia, leyó la historia de Paula sin respirar, se dió cuenta cuando terminó y dio una larga exhalación. 
Cogió el coche y se acercó al domicilio de Paula. Allí estaban, seguían allí, pues la enfermedad de su abuela no permitía al banco hacerse con la casa. 
A partir de ese día todo cambió. Olivia tramitó todos los documentos para evitar el abandono del hogar, se había licenciado en derecho y su familia tenía un despacho de abogados con tradición familiar. Consiguieron que las dos permanecieran en su hogar, Paula sonreía como nunca lo había hecho. Su abuela consiguió un trabajo en una empresa de limpieza y también empezó a sonreír.
Olivia aprendió que la labor de enseñar requería de prácticas de submarinismo ya que es difícil intentar enseñar si el que te pretende escuchar tiene mucho ruido interior, tiene un fuego que no puede apagar, y una dispersión que no le deja observar, mirar, reconocer o atisbar ningún horizonte. Solo se pierde en el fondo de un océano que no le permite aprender.


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