miércoles, 11 de septiembre de 2019

¿CÓMO CULTIVAR EL EQUILIBRIO EMOCIONAL?



COMO CULTIVAR EL EQUILIBRIO EMOCIONAL ATRAVÉS DEL MINDFULNESS.

¿Qué debo hacer?, cuándo te ocurre algo que te bloquea, que te produce una emoción muy fuerte, se te acelera la respiración y se te enciende el piloto  automático que llama  a todo tu ejército fisiológico y dispara tus alarmas en el cerebro ( sistema límbico ) anulando la razón para defenderte. Una reacción automática e impulsiva, que provoca respuestas inadecuadas y desproporcionadas nada razonables producidas en un sistema de falsa amenaza.
Entonces debemos:
Hacer una pausa, detenernos. Observar lo que está ocurriendo, como nos domina una emoción interna e intensa. Buscar ¿Qué sucede en nuestro interior?
Seguir estos pasos:
-         Respirar hondo, serenarse. Cobijarse en la cueva de la respiración, cambiar de escenario, retirarse un momento y centrarse en la respiración profunda, reconectarse, yendo a aquellas zonas del cuerpo donde la emoción se manifiesta, no evitar sentir ni experimentar estas sensaciones corporales.
-         Tomar conciencia de la emoción. Significa observarla sin juzgar para conocer la experiencia emocional. Observar que situaciones desencadenan esa emoción si es una situación o es una persona. Descubrir cuál es la emoción que nos está embargando o si son varias. Ponerles nombre. Alegría, tristeza, ira, miedo…Cuando las reconocemos, hay investigaciones que dicen que este reconocimiento favorece el detrimento de su fuerza. Es muy importante reconocer o averiguar cómo se expresa esa emoción, por ejemplo me tiemblan las manos, me duele la cabeza, siento presión en el pecho…También preguntarse ¿qué necesidad esconde?, ¿que nos impulsa  hacer ¿( gritar, correr, amenazar, llorar o reír…)

-         Aceptar la experiencia, permitir la emoción. aceptar la emoción sin juicios, en permitir que sea tal cual es, sin reprimirla ni oponer resistencia. Nos hacemos espectadores del rechazo que nos despierta. Dejamos que la emoción se exprese tal cual es. Le damos su espacio y la reconocemos dentro de nosotros, como algo que ocurre en nuestro interior.

-         Darnos cariño: es fundamental conectar con nuestro interior, abrazarnos, comprendiendo lo que ocurre, nos damos afecto nosotros mismos…Pensemos que el «maltrato personal» atenta contra esa fuerza que tanto necesitamos para alcanzar el equilibrio emocional. Si nos resulta difícil recurrimos a las personas que más nos quieren y que nos reconforta escuchar.

-         Soltar la emoción: intensidad de la emoción se irá reduciendo poco a poco y esto nos permitirá separarnos de ella. No somos la emoción solo le hemos dado cobijo durante un tiempo. Solo conseguiremos que la emoción desaparezca cuando consigamos que no se haga con el protagonismo de nuestro diálogo interno. (rumiar sin cesar, la preocupación, la emoción).De manera directa y tajante no se puede hacer desaparecer, pero así se va a ir disipando a través del contacto con ella. En este sentido, pensar que no somos la emoción es una estrategia clave para limitar el poder de la emoción sobre nosotros.

-         Una vez pasada la tormenta emocional, el último paso para conseguir el equilibrio emocional consiste en decidir si actuar o no. Si la situación en la que estamos inmersos demanda una respuesta, ahora estaremos en mejores condiciones para generarla. Desde la calma y la conexión con nuestras dudas y deseos será mucho más fácil actuar. Ahora bien, si no es necesario que demos una respuesta inmediata, lo más conveniente es esperar a que la emoción haya perdido la intensidad del todo y, de esta forma, hayamos asimilado su mensaje.

-          Como vemos, una emoción difícil puede transformarse en serenidad y calma a través de la atención plena y el paso del tiempo. El filósofo neerlandés Spinoza lo expreso muy bien: «Un afecto que es una pasión deja de ser pasión tan pronto como nos formamos de él una idea clara y distinta».

-         Estar presentes en las emociones es la llave que abre la puerta hacia el equilibrio emocional. Una práctica que requiere tiempo y destreza; sin embargo, si la conseguimos dominar, nos ayudará a sobrellevar las dificultades y problemas de nuestro día a día, tanto con nosotros mismos como con los demás.

La intensidad de la emoción se irá reduciendo poco a poco y esto nos permitirá separarnos de ella. Así, ya no pensaremos que somos la emoción, sino que la estamos albergando durante cierto tiempo.

Es importante tener en cuenta que solo permitiremos que la emoción se disipe cuando impidamos que se alce con la batuta de nuestro diálogo interno. Así, de manera directa no podemos forzar su desaparición, simplemente se va a ir disolviendo a través del contacto con ella. En este sentido, pensar que no somos la emoción es una estrategia clave para limitar el poder de la emoción sobre nosotros.
Una vez pasada la tormenta emocional, el último paso para conseguir el equilibrio emocional consiste en decidir si actuar o no. Si la situación en la que estamos inmersos demanda una respuesta, ahora estaremos en mejores condiciones para generarla. Desde la calma y la conexión con nuestras dudas y deseos será mucho más fácil actuar. Ahora bien, si no es necesario que demos una respuesta inmediata, lo más conveniente es esperar a que la emoción haya perdido la intensidad del todo y, de esta forma, hayamos asimilado su mensaje.

Como vemos, una emoción difícil puede transformarse en serenidad y calma a través de la atención plena y el paso del tiempo. El filósofo neerlandés Spinoza lo expreso muy bien: «Un afecto que es una pasión deja de ser pasión tan pronto como nos formamos de él una idea clara y distinta».

Estar presentes en las emociones es la llave que abre la puerta hacia el equilibrio emocional. Una práctica que requiere tiempo y destreza; sin embargo, si la conseguimos dominar, nos ayudará a sobrellevar las dificultades y problemas de nuestro día a día, tanto con nosotros mismos como con los demás.

«Si no está en tus manos cambiar una situación que te produce dolor, siempre podrás escoger la actitud con la que afrontes ese sufrimiento».

-Viktor Frankl-

Esta información sintetiza los siete puntos recogidos por el  Psiquiatra y catedrático de Psicobiología Vicente Simon, para recobrar el equilibrio emocional.




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