jueves, 23 de enero de 2020

RESETEARME.

Estoy en el camino del reseteo, no sé como llegué hasta aquí, sé que tengo muchas cosas maravillosas en el aquí y ahora, pero no me acuerdo del pasado. He debido de ser una persona inteligente, valiente y curiosa, muy obstinada en conseguir lo que se planteaba y con paciencia para saber que llegaría. 
Sé que despilfarré momentos aferrándome a muchos recuerdos que por fín olvidé, que ya no están, que ya no rumian y no tienen ningún protagonismo. Se acabó. Ya no miro atrás y las imágenes de archivo no condicionan cada amanecer, cada instante de lo nuevo.
Ahora entiendo que dejé atrás el victimismo, los por qués, los no entender, la búsqueda de respuestas que no dependían de mí. Dejé fluir el pasado como un viento que pasa por tu ventana zarandeando los cristales y desaparece, sin asomarme para ver como se marcha y las secuelas que dejó en el cristal , el marco, y las puertas. 
El camino comienza cada día en un punto diferente, sin vereda recorrida, sin caminantes atrapados en el recuerdo, sin ampollas en los pies. Se abre a cada paso infinidad de oportunidades. Mi mente recibe cada oportunidad con el  asombro de lo nuevo. No me atrapan las palabras ni me arrinconan el
gesto. Siento una fuerte energía que va más allá del cuerpo, una furia de vivir sin haber vivido antes, de recibir amando los momentos, de apreciar la magnitud del universo, de verme navegar por la vida a barlovento. Dejando fluir el manantial interior que inunda ese cosmos, llenas de partículas atómicas que bailan sin ton pero con mucho son, en el mundo de las emociones positivas, de las posibilidades, de las alternativas.
Quiero sumergirme de lleno en lo cuántico, en ese universo lleno de variabilidad, en descubrir mis capacidades, mis mundos diferentes, mis únicas verdades, esas que se bifurcan y me hacen ser diferente cada día, mejor que el anterior, imparable, enérgica.
Por fin desatrapada, desencarcelada, liberada, reconciliada, respetada, impulsada. Quiero perder del todo la cordura de lo que soy, para convertirme en lo que no soy, en dejar de ser la que era para traspasar horizontes y dejarme fluir como una hoja que rompe con la teoría de Newton y a la que no se la puede predecir, ni controlar.
Mi nuevo mundo empieza ahora.

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