ERASE UNA VEZ una ciudad llamada Testículo, esta ciudad tenía la mayor fábrica de espermatozoides, los masculinos llamados Y y los femeninos X. Estos eran preparados desde su nacimiento para la carrera más importante de su vida, salir a correr en la fiesta de la patrona la eyaculación, para ello se preparaban en academias de prestigio con el fin de superar todas las piedras del camino. Los llamados Y eran muy rápidos , impulsivos . Su único deseo era ser el primero en alcanzar el ovocito. Los X eran menos intrépidos e impulsivos pero mucho más constantes y resistentes, no se rendían nunca, con su perseverancia muchas veces les ganaban la batalla.
El camino desde el Testículo a el país del Ovario, había concentrado multitud de servicios pensando en los espermatozoides que pasaban más tiempo fuera de casa, así que el recorrido estaba lleno de bares, locales con luces de neón, ríos para pescar, cotos de caza, estadios de fútbol. En el país del Ovario pusieron un Zara, varias universidades, y una gran biblioteca.
Los espermatozoides salían escopetados, pero pronto se encontraban con tanta emoción por el camino que se apeaban en los distintos servicios, los más tozudos con conseguir el primer puesto seguían. Los espermatozoides chica, o X, iban derechas a su destino, salvaban casi todas los obstáculos del camino mostrándose muy seguras de querer conseguir llegar al ovocito.
Los servicios diplomáticos de la ciudad de El Testículo, se pusieron en contacto con el país del Ovario para que quitasen todos los servicios tentadores para los Y que no llegaban a su destino. Cuándo esto ocurrió los Y perdieron todo interés por la carrera de la patrona, llegaban cansados y desmotivados, tuvieron que recurrir a espermatozoides X que hicieran la misión de liebres para que alguno al menos llegara al ovocito y así fuera la fecundación más equilibrada.
Estas misioneras no fueron nunca reconocidas y se cansaron de trabajar para ellos, sin más recompensa que hacer un viaje sin retorno.
Así que el día 8 de marzo se convocaba al gentío de El Testículo a una nueva carrera, los espermatozoides X se plantaron y decidieron decirle al mundo masculino que se las arreglasen sin ellas, que la historia siempre las ha obligado ha engendrar, a trabajar y a salvaguardar la familia, sin más opciones que asumir esas tareas sin tener un trato desde la diferencia de igualdad . Parece que los Y solo han visto en ellas la supervivencia de la especie, la explotación, el abuso, el maltrato,el servicio más barato y un menosprecio en el lenguaje, en las expresiones y en los gestos.
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