sábado, 3 de marzo de 2018

UN FALLO LO TIENE CUALQUIERA.


¿Dónde estabas cuando te necesité?, cuándo gritaba al viento la soledad que me acechaba.
Cuándo andaba por el bosque de la incertidumbre, de la tristeza y el abandono.
Cuándo suplicaba una caricia, un beso, y un abrazo. Desapareciste sin dejar ni rastro.
No valoraste que eras importante para mí, necesitaba a alguien en quien apoyarme. Para resurgir del fondo más profundo, de la pena, de la traición y  la desolación.
Cada día era un reto vivir lo, sentirlo, respirarlo…un animal herido sobreviviendo sin saber cómo ni por qué.
Ante la catástrofe emocional, cada segundo dolía, cada minuto empapado en lágrimas.
Una garganta que se desbordaba y no podía tragar, una desesperanza cruel.
Cada noche dormía anestesiada por un dolor que no era capaz de soportar.
Pero sobreviví y ahora vivo y ahora disfruto, y ahora sonrío desde dentro.
He aprendido a vivir sola, y me encanta, estoy consiguiendo conquistar a la persona que llevo dentro y que tantas veces no valoré, la vida me ha enseñado el placer de lo más nimio, y solo necesito vivir con mucha paz, con mucho sosiego, con mucha serenidad, creo que es lo que más me merezco.
Un fallo lo tiene cualquiera, pero a mí ,no volverás a fallarme.


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