¿Dónde estabas cuando te
necesité?, cuándo gritaba al viento la soledad que me acechaba.
Cuándo andaba por el
bosque de la incertidumbre, de la tristeza y el abandono.
Cuándo suplicaba una
caricia, un beso, y un abrazo. Desapareciste sin dejar ni rastro.
No valoraste que eras
importante para mí, necesitaba a alguien en quien apoyarme. Para resurgir del fondo
más profundo, de la pena, de la traición y la desolación.
Cada día era un reto
vivir lo, sentirlo, respirarlo…un animal herido sobreviviendo sin saber cómo ni por qué.
Ante la catástrofe emocional,
cada segundo dolía, cada minuto empapado en lágrimas.
Una garganta que se
desbordaba y no podía tragar, una desesperanza cruel.
Cada noche dormía
anestesiada por un dolor que no era capaz de soportar.
Pero sobreviví y ahora
vivo y ahora disfruto, y ahora sonrío desde dentro.
He aprendido a vivir
sola, y me encanta, estoy consiguiendo conquistar a la persona que llevo dentro
y que tantas veces no valoré, la vida me ha enseñado el placer de lo más
nimio, y solo necesito vivir con mucha paz, con mucho sosiego, con mucha
serenidad, creo que es lo que más me merezco.
Un fallo lo tiene
cualquiera, pero a mí ,no volverás a fallarme.
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