Hace unas dos fines de semanas se celebró en Torrelavega los
10 km y hoy se ha celebrado en Santander. Después de participar en las dos, la
de Torre estaba mejor organizada, a pesar de que no era campeonato de España
como la de Santander . El recorrido distinto en las dos pero bonito en las dos
ciudades, claro está que Santander tiene toda la costa, pero el de Torrelavega
pasaba por zonas de la ciudad muy emblemáticas y al cambiar más de escenario,
el recorrido se hacía muy ameno. En Santander había tanta gente que colocándote
al final de la cola para la salida, tardé unos dos minutos en pasar por la meta
para iniciar el recorrido.
Los jardines de Pereda se convirtieron en un meadero de
machos atletas, aquí la corredora se tuvo que gastar dos euros en un botellín
de agua para orinar. Esto es como lo de rascarse los huevos,
privilegio de los hombres, a pesar de la publicidad que va dirigida a nuestra
zona genital, pero al mear lo mismo, ¿os imagináis las señoras agachadas meando
en los jardines de Pereda antes de correr?, no quiero ni pensar lo que nos dirían.
Otra de las cosas que me llamó la atención es que al llegar a
la meta, no había agua, solo coca cola, colacao, cerveza y de comer mucha fruta, pero ¿Cómo
puede ser que en una prueba de 10 kilómetros no haya agua al llegar a meta?, muy fácil lo que
hay es porque se publicita y el agua aunque sea lo más conveniente no da lugar
como en un juicio, el año que viene igual nos ponen lejía.
Cuando empecé a correr aluciné con la cantidad de gente que
había por todos lados, y lo curioso es cuando adelanté a una señora de 800
años, debía haber muerto y resucitado varias veces, corría de lado con una escoliosis
bestial, y tengo que reconocer que me
costó adelantarla, cuando pasé por su lado, le dije que era increíble como
corría, espectacular, con todo ese carro de años encima.
Después me adelantaron tres señoras de las que por fisionomía no parecerían que corren mucho, de gran envergadura es decir fuertes, eso minó mi autoestima, porque no tuve fuelle para
adelantarlas aunque no las perdí de vista, pero no me explicaba porque corrían
más que yo, creo que nunca lo entenderé, será como los temas que tratan en
cuarto milenio. En fin está claro que las apariencias engañan, aunque pensé
varias veces si no habrían atajado por algún lado. Vaya que me he picado con
las señoras y está claro que me han ganado, y lo llevo fatal, tengo todo el día
de hoy para superarlo.
Habrá que esperar a los próximos 10 kilómetros, y asumir que los años no te permiten ir al ritmo de hace 10, pero eso es algo que no queda más remedio que aceptar.
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