sábado, 27 de mayo de 2017

EL CUENTO DE LA ROSA DE ESPINAS



Erase una vez un jardín de rosales de rosas rojas, todas eran muy bellas, pero había una demasiado hermosa y esa hermosura la hacía única, pasó Ainara una preciosa niña rubia de tan solo seis años que hechizada por su brillo y color se acercó a ella, mientras su madre absorta miraba sus últimos mensajes de móvil. Intentó cogerla, agarrarla, poseerla y se pinchó, de su pequeño dedo salio una gotita de sangre del color de la rosa, que cayó encima de sus hojas y del tallo salio una hoja que como una mano aterciopelada acarició su carita y le dijo:
- ¿Has intentado arrancarme la vida?
y la niña respondió: sólo quería llevarte a casa y ponerte en mi cuarto para admirarte cada día que me despierte.
- ¿Porqué me has pinchado? preguntó la niña.
- Soy hermosa por que vivo aquí rodeada de mi familia, de la tierra y del sol que me da la energía para lucir, si me arrancas marchitaré, entristeceré, se me caerán las hojas, perderé mi bonito color, y no te serviré para alegrar tus mañanas. Creo que cuándo vengas me buscarás y admirarás este bello jardín sin intentar llevarte ninguna rosa.
- la preciosa niña, soltó una lágrima pensando en lo que había estado a punto de hacerle a la bella flor, la lágrima cayó encima de la rosa, del tallo de la rosa salieron dos grandes hojas que abrazaron a la niña, y ella sonriendo se marchó al lado de su madre.
La niña le dijo a su madre: mamá. ¿Te has fijado en ese bello jardín?, ¿y en esa preciosa rosa?
la madre respondió: no me había fijado, ¿quieres que arranquemos algunas y nos la llevemos a casa?.
- No, mamá quiero venir más a menudo a este parque y admirarlas, ver como crecen y como embellecen este paisaje.




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