viernes, 18 de agosto de 2017

EL CUENTO DEL DINOSAURIO CIEGO

Había una vez un Dinosaurio ciego, sordo, mudo, que no sentía nada, no estaba triste aunque si solo, muy solo. De vez en cuando aparecia corriendo por las calles de las grandes ciudades, sembrando el pánico, y la muerte. Pero el era ciego, sordo, y no sentía nada cuando mataba.
EL Dinosaurio era grande, muy grande y los transeúntes muy pequeños.
Un día, de sol el Dinosaurio se disponía a atacar de nuevo cuando apareció una muchedumbre de gente con las manos enlazadas, filas y filas de personas que le hacían frente sin miedo, sabían que el Dinosaurio no podría con todos y se rindió.
Entonces vio, y empezó a escuchar, a sentir, empatizo con las gentes y jamás volvió a sembrar el terror.

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