LA ILUSIÓN

La ilusión, ¿Por qué este mundo está empecinado en quitarte la ilusión?, una lucha continua por encontrarla. Cuándo eres niña tienes los ojos que brillan a todas horas, y a medida que creces ves como te decapitan las ilusiones, por más esfuerzos que hagas, siempre viene alguien cercano o mismamente de la calle a restarte tu ilusión. Es difícil preparar a generaciones para que se esfuercen y vean un mundo construido con degolladores de la ilusión.

En las relaciones, la falta de compromiso, a veces de moral, de integridad, de fe en todo lo que creas, buscando el placer te quitan la ilusión, personas que prodigan el yo voy por libre, el individualismo, la falta de empatía.

En el hospital de Toledo famoso por intentar recuperar a parapléjicos que han sufrido amputaciones, o falta de sensibilización en sus miembros piernas o brazos por lesiones medulares intentan hacer lo imposible para que recuperen la ilusión por luchar en la vida en un ámbito que no los contempla realmente,  pero y los que sufrimos la amputación diaria  de nuestra vida, de nuestros proyectos,  de nuestra ilusión, sólo tienes una noche para emprender al día siguiente la lucha y no dejarte devorar por la depresión, por la desgana, por la opresión del pecho, la falta de ilusión te impide respirar, esa injusticia que no entiendes y a nadie le importa.

Cuándo vemos el telediario y los psicópatas que matan a sus hijos, maltratan a sus ex mujeres, o parejas, los políticos que con la corrupción y su demagogia barata amputan nuestras esperanzas de que todo vaya mejor, los accidentes que se producen y se podían haber evitado, los atentados terroristas, se cubren unos a otros para evitar responsabilidades, y el derecho se convierte en una lucha, nos dejan en situación de debilidad. La sociedad de la producción no quiere a débiles, no les ayudan. Quieren a depredadores mortales, y si no eres así te conviertes en víctima por tu humanidad, por tu honradez, por tu capacidad de trabajo, por tu compromiso con  las personas. Vives defendiéndote de la voracidad de los crueles. Es difícil mantener la ilusión, cuándo te castigan por no amar el poder a toda costa, por no ser   ego a todas horas, por poner el yo en un plano alejado al primero.

Y la tristeza es cruel, porque una persona triste tiene inflamación de la ilusión, una ilusión que enferma por nadar contracorriente y se agota por la  falta de justicia, falta de cordura, de razón, de lógica.