Estábamos en el coche esperando a que saliera su hermana de una actividad extraescolar, y desde el sillón de atrás su vocecita preguntó: Mamá cuándo yo tenga tu edad (50 años) ¿tu estarás viva o muerta?. No lo sé respondí yo, si estoy viva seré muy viejecita, y si estoy muerta seré una muerta feliz por haber tenido lo más bonito que se puede desear, que eres tu y tus hermanos. Se hizo un silencio. Dudé de si lo había asimilado.
Se desabrochó el cinturón y se acercó a mi asomando la cabecita, suspiró y me dijo: Mamá estoy a punto de llorar por tus palabras. El silencio ahora fue mío, me quedé estupefacta, todavía no doy crédito, que madurez emocional para expresar tan claro lo que le han producido esas palabras.
Nunca dejes de dar importancia a los oídos de un niño por que sea pequeño y quizás pienses que lo que digas no transciende en su yo más profundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario