martes, 15 de enero de 2019

QUIERO DESFILAR PARA DOLCE GABANNA.


El último desfile de estos reyes de la confección me ha hecho soñar querer desfilar por esa pasarela, he visto modelos de todas las anchuras, alturas, medidas, formas, carismas, artistas de cine, y de los ochenta y de los noventa. Mujeres que se salen y algunas que casi no se ven, jubiladas atractivas, abuelas encorsetadas pero con una elegancia que solo estos kamikazes maravillosos del hilo y el dedal pueden vestir, arriesgados, pero emocionales hasta más no poder. Cariñosos con las curvas, con los años y las arrugas. Quiero desfilar por esa pasarela que abre sus puertas a la diversidad, a las caricias disconformes, a las miradas ingenuas y a las sabias, a la inocencia y a la experiencia. 
Mujeres que se dan la mano para amarse, para envolver el aire de diferencia, de respeto, de eternidad. Un placer visual que me ha dejado enamorada del color, de las texturas, de los ornamentos. 
Quiero desfilar por esa pasarela con paso firme, llena de ese romanticismo que alimenta la imaginación de cualquier mujer, no se puede estar más bella con esos modelitos. 
Quiero desfilar para Dolce Gabanna.

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