La necesidad de aparentar, ¡que trabajo más duro y difícil!, muchos y muchas se proponen hacer creer al resto de las personas que viven a su alrededor, que tienen más dinero que nadie, que su vida es feliz, que derrochan alegría, que no les falta de nada, para ello es necesario que hayan personas que se presten a que todo eso les alimente su tiempo, así pueden chismorrear y criticar llenando su tiempo gracias a lo que hacen los demás, un juego muy banal que solo sirve para codiciar la vida de los demás, aunque sea pura ficción, por que mirar para adentro es duro, y entonces llegamos a la yoismos o yoyitis inflamación del yo, por que yo me he comprado, por que yo soy..., por que yo tengo... por que yo hago..., y luego empieza el posesivo de mi marido, mis hijos, mi coche, mi trabajo, mi móvil, mi tableta, mi .....
Un etc...que intenta convencer al resto de algo que tu no te crees, pero que te hace actuar cada momento de tu vida perdiéndote la espontaneidad de cada segundo.
A medida que lo tienes todo controlado, tus momento pierden frescura, pierden verdad, y se convierten en el guión de una peli mala, donde los personajes secundarios son sumamente aburridos, y el principal se ha metido en un reloj de arena donde todos sus condicionamientos le lleva a que el tiempo se escurra entre sus dedos sin más transcendencia que lo que pensarán los demás de mi vida, una vida insustancial, que quizás algún día me arrepienta de haberla vivido así, o quizás no, por que condicionado hasta las patas, no pueda ser consciente de ello, pero eso sí, en la esquela aparecerá lo previsible con cariño de tus seres queridos, y te meterán en el panteón familiar, para que luzcas el más bello del cementerio.